No nos dejes caer en la tentación - Guido Jonquieres sj

(Padre Nuestro de todas maneras)
GUIDO JONQUIERES, S.J

Tentados seremos, tentado seré yo,
pero no nos dejes caer en la trampa
ni tropezar en la prueba.
Haznos avispados y fuertes
para resistir o escapar del tentador para vencerlo.
No nos sometas a prueba excesiva para nuestra fe.
Guárdanos de la prueba o en la prueba
del hombre y la privación,
de la enfermedad larga,
de la muerte repentina,
del abandono
de terremotos e incendios,
del cáncer y el SIDA,
de la infidelidad ajena,
de la cesantía,
de la cárcel,
de la insolencia,
y no permitas que hagamos lo que lleva a la cárcel,
al SIDA,
a la infidelidad,
a la desobediencia.
Haznos prudentes y valientes si nos atrae en exceso el trago,
el juego,
la droga,
la mujer ajena (o el marido ajeno)
el negocio deshonesto.
Que no consideremos siquiera hacer lo indebido,
no miremos de reojo al fruto prohibido,
que no gastemos más tiempo del necesario fuera de la familia,
ni menos del necesario en el trabajo.
que no busquemos ni aceptemos
entretenciones viciosas
o peligrosas para la salud física o moral.
Que nos ayudemos unos a otros
a seguir un buen camino,
mejor aún: a seguir a Jesús,
que nos hagamos la vida más llevadera
unos a otros,
que seamos solidarios en el bien,
para toda acción buena,
que no llevemos a nadie a pecar,
ni por nuestras palabras,
ni por nuestras acciones,
ni por mentira y engaño,
ni por insolencia,
ni por injusticia o violencia,
ni por escándalo.
Frena nuestras pasiones,
aumenta nuestras virtudes.
atráenos hacia todo bien,
danos placer sano,
alegría de vivir,
la felicidad posible,
la unión de los corazones,
la paz de la conciencia,
la victoria sobre el mal,
la humildad
que nunca mira en menos ni ofende.
Que no enseñemos a los niños a mentir,
a hacer trampas
a no ser por juego inocente
a vengarse,
a mofarse de otros,
a encubrir el mal,
a ser rastreros
o perdedores...
o bien a ser soberbios,
a triunfar a cualquier precio.
Que no creemos un ambiente destructor para niños y adolescentes,
no seamos con ellos ni duros ni consentidos, ni escrupulosos,
no exasperemos a los hijos,
ni como hijos desesperemos a nuestros padres
por ser irresponsables o por abandono.
Haznos bastante libres para amar sin dominar,
trabajar sin embrutecernos,
distraernos sin ser vulgares,
pedir sin frustración o desquite,
ganar sin soberbia,
obedecer sin ser serviles,
mandar sin atropellar y sin inhibiciones
orar sin quedar de brazos cruzados,
actuar sin creernos imprescindibles,
ver el mal sin desilusión,
ver el bien ajeno sin envidia,
sufrir sin desesperar,
afrontar el fracaso y la muerte
sin caer en la depresión.
Haz que nos guste más servir que ser servidos,
llorar que hacer llorar,
prestar y devolver que pedir prestado,
regalar que ser regalados,
dar que recibir,
morir que matar, sobar o cometer adulterio.
No nos dejes caer en pecado mortal,
cortejar el pecado venial,
querer nuestras imperfecciones,
ni desesperarnos por ellas.
No permitas que confundamos el bien con el mal
el mal con el bien
la tentación con el pecado.
Fortalécenos con pruebas medidas,
y haz que las aceptemos y amemos.
Haz que nos entrenemos con renuncias voluntarias,
por el don y el perdón,
por la caridad activa,
por la paciencia.
Que el recuerdo de Jesús en Getsemaní
de María al pie de la cruz
nos haga fuertes y valientes.
Gracias, Padre, por cada tentación vencida,
mal pensamiento rechazado
y prueba superada.
Gracias por haber así participado de la victoria de Jesucristo.