FERIA DE LA VIGÉSIMA QUINTA
SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
MISA: “Aleluya”, sin “Gloria” ni “Credo” / Oraciones de la I-XXXIV Semana del T. Ordinario [364-397] / Prefacio Común (I-IX) [493-501] / Leccionario IV: Pr 30, 5-9; Sal 118, 29. 72. 89.101. 104. 163 [753]; Lc 9, 1-6 [464].
LITURGIA DE LAS HORAS: Tomo IV / Las lecturas del Oficio (“Año II”) y la oración conclusiva del miércoles XXV del T. Ordinario [272] / Todo lo demás del “Miércoles I” del Salterio [734] / COMPLETAS: “Miércoles” [1221].
LECTURAS
Lectura del libro de los Proverbios 30, 5-9
Lectura del libro de los Proverbios 30, 5-9
Toda palabra de Dios es acrisolada,
Dios es un escudo para el que se refugia en Él.
No añadas nada a sus palabras,
no sea que te reprenda y seas tenido por mentiroso.
Hay dos cosas que yo te pido,
no me las niegues antes que muera:
aleja de mí la falsedad y la mentira;
no me des ni pobreza ni riqueza,
dame la ración necesaria,
no sea que, al sentirme satisfecho, reniegue
y diga: «¿ Quién es el Señor?»,
o que, siendo pobre, me ponga a robar
y atente contra el Nombre de mi Dios.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL 118, 29. 72. 89. 101. 104. 163
R. ¡Tu palabra es una lámpara para mis pasos, Señor!
Apártame del camino de la mentira,
y dame la gracia de conocer tu ley.
Para mí vale más la ley de tus labios
que todo el oro y la plata. R.
Tu palabra, Señor, permanece para siempre,
esta firme en el cielo.
Yo aparto mis pies del mal camino,
para cumplir tu palabra. R.
Tus preceptos me hacen comprender:
por eso aborrezco el camino de la mentira.
Odio y aborrezco la mentira;
en cambio, amo tu ley. R.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 9, 1-6
Jesús convocó a los Doce y les dio poder y autoridad para expulsar a toda clase de demonios y para sanar las enfermedades. Y los envió a proclamar el Reino de Dios y a sanar a los enfermos, diciéndoles: «No lleven nada para el camino, ni bastón, ni provisiones, ni pan, ni dinero, ni tampoco dos túnicas cada uno. Permanezcan en la casa donde se alojen, hasta el momento de partir. Si no los reciben, al salir de esa ciudad sacudan hasta el polvo de sus pies, en testimonio contra ellos».
Fueron entonces de pueblo en pueblo, anunciando la Buena Noticia y sanando enfermos en todas partes.
Palabra del Señor.
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