Publicado por Moceop
Queridos Benjamín, Evaristo y toda la santa tribu de esos madriles solidarios. Mando este pequeño mensaje al Congreso de Teología. Pedro
Estáis de nuevo (estamos) reunidos en ese Congreso de Teología, fiel, estimulante, y al mismo tiempo "sospechoso" para quienes no es posible aceptar en Teología, en Iglesia, en Sociedad, voces diferentes y libres. Vosotros y vosotras seguís dentro de esa libertad de familia que Jesús nos conquistó.
El Congreso es una afirmación, serena y persistente, de ese derecho a vivir de un modo adulto nuestra vocación humana y cristiana. El tema es de ferviente actualidad. Sobre todo en Europa y tal vez más aún en nuestra España de la nunca superada Cristiandad. La globalización urge a asumir la laicidad, abiertos, abiertas, al diálogo intercultural e interreligioso.
La separación real entre Religión y Estado, y la vivencia gratuita y sin privilegios de la propia religión de cada uno, es una plataforma bienhechora para la Iglesia y para todas las religiones, y para una vivencia humanitaria plena. La paz tan maltratada, muchas veces por motivos religiosos, sólo la conquistaremos desabsolutizando lo que es relativo y absolutizando lo que es absoluto. Debemos vivir y ayudar a vivir la común Humanidad que es nuestra primera y mayor identidad.
Las religiones, y concretamente la Iglesia de Jesús, deben aportar sobre todo humanismo, humanizando cada vez más la propia Humanidad. Para la fe cristiana la Encarnación es un dogma fundamental que sólo lo podemos vivir encarnándonos cada día, y siempre más hondamente, en ese misterio amoroso entre la única Humanidad que somos y el Dios de la Vida y del Amor que profesamos.
De lejos, pero muy cerca en el compromiso y en la comunión, abrazo a todos y todas en la Esperanza inclaudicable de un Otro Mundo Posible.
Pedro Casaldáliga Obispo emérito de São Félix do Araguaia, Mato Grosso, Brasil.
Estáis de nuevo (estamos) reunidos en ese Congreso de Teología, fiel, estimulante, y al mismo tiempo "sospechoso" para quienes no es posible aceptar en Teología, en Iglesia, en Sociedad, voces diferentes y libres. Vosotros y vosotras seguís dentro de esa libertad de familia que Jesús nos conquistó.
El Congreso es una afirmación, serena y persistente, de ese derecho a vivir de un modo adulto nuestra vocación humana y cristiana. El tema es de ferviente actualidad. Sobre todo en Europa y tal vez más aún en nuestra España de la nunca superada Cristiandad. La globalización urge a asumir la laicidad, abiertos, abiertas, al diálogo intercultural e interreligioso.
La separación real entre Religión y Estado, y la vivencia gratuita y sin privilegios de la propia religión de cada uno, es una plataforma bienhechora para la Iglesia y para todas las religiones, y para una vivencia humanitaria plena. La paz tan maltratada, muchas veces por motivos religiosos, sólo la conquistaremos desabsolutizando lo que es relativo y absolutizando lo que es absoluto. Debemos vivir y ayudar a vivir la común Humanidad que es nuestra primera y mayor identidad.
Las religiones, y concretamente la Iglesia de Jesús, deben aportar sobre todo humanismo, humanizando cada vez más la propia Humanidad. Para la fe cristiana la Encarnación es un dogma fundamental que sólo lo podemos vivir encarnándonos cada día, y siempre más hondamente, en ese misterio amoroso entre la única Humanidad que somos y el Dios de la Vida y del Amor que profesamos.
De lejos, pero muy cerca en el compromiso y en la comunión, abrazo a todos y todas en la Esperanza inclaudicable de un Otro Mundo Posible.
Pedro Casaldáliga Obispo emérito de São Félix do Araguaia, Mato Grosso, Brasil.
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