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lunes, 15 de diciembre de 2008

Lecturas y Liturgia de las Horas: Martes 16 de Diciembre de 2008

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Lectura de la profecía de Sofonías 3, 9-13

Así habla el Señor:

Yo haré que sean puros
los labios de los pueblos,
para que todos invoquen el Nombre del Señor
y lo sirvan con el mismo empeño.
Desde más allá de los ríos de Cus,
mis adoradores, los que están dispersos,
me traerán ofrendas.
Aquel día,
ya no tendrás que avergonzarte de las malas acciones
con las que me has ofendido,
porque Yo apartaré a esos jactanciosos prepotentes
que están en medio de ti,
y ya no volverás a engreírte
sobre mi santa Montaña.
Yo dejaré en medio de ti
a un pueblo pobre y humilde,
que se refugiará en el Nombre del Señor.
El resto de Israel
no cometerá injusticias
ni hablará falsamente;
y no se encontrarán en su boca
palabras engañosas.
Ellos pacerán y descansarán
sin que nadie los perturbe.

Palabra de Dios.


SALMO RESPONSORIAL 33, 2-3. 6-7. 17-19. 23

R. El pobre invocó al Señor; y Él lo escuchó.

Bendeciré al Señor en todo tiempo,
su alabanza estará siempre en mis labios.
Mi alma se gloría en el Señor:
que lo oigan los humildes y se alegren. R.

Miren hacia Él y quedarán resplandecientes,
y sus rostros no se avergonzarán.
Este pobre hombre invocó al Señor:
Él lo escuchó y lo salvó de sus angustias. R.

El Señor rechaza a los que hacen el mal,
para borrar su recuerdo de la tierra.
Cuando los justos claman, el Señor los escucha
y los libra de todas sus angustias. R.

El Señor está cerca del que sufre
y salva a los que están abatidos.
El Señor rescata a sus servidores,
y los que se refugian en él no serán castigados. R.


Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 21, 28-32

Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:

«¿Qué les parece? Un hombre tenía dos hijos y, dirigiéndose al primero, le dijo: "Hijo, quiero que hoy vayas a trabajar a mi viña". Él respondió: "No quiero". Pero después se arrepintió y fue.
Dirigiéndose al segundo, le dijo lo mismo y éste le respondió: "Voy, Señor", pero no fue. ¿Cuál de los dos cumplió la voluntad de su padre?»
«El primero», le respondieron.
Jesús les dijo: «Les aseguro que los publicanos y las prostitutas llegan antes que ustedes al Reino de Dios.
En efecto, Juan vino a ustedes por el camino de la justicia y no creyeron en él; en cambio, los publicanos y las prostitutas creyeron en él. Pero ustedes, ni siquiera al ver este ejemplo, se han arrepentido ni han creído en él».

Palabra del Señor.


LITURGIA DE LAS HORAS
TIEMPO DE ADVIENTO
MARTES DE LA SEMANA III
De la feria. Salterio III


LAUDES
(Oración de la mañana)

INVOCACIÓN INICIAL

V. Señor, abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.

INVITATORIO

Ant. Al Rey que viene, al Señor que se acerca, venid, adorémosle.

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Himno: UNA CLARA VOZ RESUENA.

Una clara voz resuena
que las tinieblas repudia,
el sueño pesado ahuyéntase,
Cristo en el cielo fulgura.

Despierte el alma adormida
y sus torpezas sacuda,
que para borrar los males
un astro nuevo relumbra.

De arriba llega el Cordero
que ha de lavar nuestras culpas;
con lágrimas imploremos
el perdón que nos depura,

porque en su nueva venida
que aterroriza y conturba,
no tenga que castigarnos,
más con piedad nos acuda.

Al Padre eterno la gloria,
loor al Hijo en la altura,
y al Espíritu Paráclito
por siempre alabanza suma. Amén.

SALMODIA

Ant. 1. Señor, has sido bueno con tu tierra, has perdonado la culpa de tu pueblo.

Salmo 84 - NUESTRA SALVACIÓN ESTA CERCA

Señor, has sido bueno con tu tierra,
has restaurado la suerte de Jacob,
has perdonado la culpa de tu pueblo,
has sepultado todos sus pecados,
has reprimido tu cólera,
has frenado el incendio de tu ira.

Restáuranos, Dios salvador nuestro;
cesa en tu rencor contra nosotros.
¿Vas a estar siempre enojado,
o a prolongar tu ira de edad en edad?

¿No vas a devolvernos la vida,
para que tu pueblo se alegre contigo?
Muéstranos, Señor, tu misericordia
y danos tu salvación.

Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz
a su pueblo y a sus amigos
y a los que se convierten de corazón.»

La salvación está ya cerca de sus fieles,
y la gloria habitará en nuestra tierra;
la misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;

la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo;
el Señor dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.

La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Señor, has sido bueno con tu tierra, has perdonado la culpa de tu pueblo.

Ant. 2. Mi alma te ansía de noche, Señor; mi espíritu madruga por ti.

Càntico: HIMNO DESPUÉS DE LA VICTORIA SOBRE EL ENEMIGO Is 26, 1-4. 7-9. 12

Tenemos una ciudad fuerte,
ha puesto para salvarla murallas y baluartes:

Abrid las puertas para que entre un pueblo justo,
que observa la lealtad;
su ánimo está firme y mantiene la paz,
porque confía en ti.

Confiad siempre en el Señor,
porque el Señor es la Roca perpetua:

La senda del justo es recta.
Tú allanas el sendero del justo;
en la senda de tus juicios, Señor, te esperamos,
ansiando tu nombre y tu recuerdo.

Mi alma te ansía de noche,
mi espíritu en mi interior madruga por ti,
porque tus juicios son luz de la tierra,
y aprenden justicia los habitantes del orbe.

Señor, tú nos darás la paz,
porque todas nuestras empresas
nos las realizas tú.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Mi alma te ansía de noche, Señor; mi espíritu madruga por ti.

Ant. 3. Ilumina, Señor, tu rostro sobre nosotros.

Salmo 66 - QUE TODOS LOS PUEBLOS ALABEN AL SEÑOR.

El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.

¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.

Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra.

¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.

La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Ilumina, Señor, tu rostro sobre nosotros.

LECTURA BREVE Gn 49, 10

No se apartará de Judá el cetro, ni el bastón de mando de entre sus rodillas, hasta que venga el que ha de venir, aquel a quien le está reservado, a quien rendirán homenaje las naciones.

RESPONSORIO BREVE

V. Sobre ti, Jerusalén, amanecerá el Señor.
R. Sobre ti, Jerusalén, amanecerá el Señor.

V. Su gloria aparecerá sobre ti.
R. Amanecerá el Señor.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Sobre ti, Jerusalén, amanecerá el Señor.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Despierta, despierta, ponte en pie, Jerusalén, desata las correas de tu cuello, cautiva hija de Sión.

Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamaran Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Despierta, despierta, ponte en pie, Jerusalén, desata las correas de tu cuello, cautiva hija de Sión.

PRECES

El Señor, Padre todopoderoso, tenderá otra vez su mano, para rescatar el resto de su pueblo; supliquémosle, pues, confiados:

Venga tu reino, Señor.

Concédenos, Señor, dar aquel fruto que pide la conversión,
para que podamos recibir tu reino que se acerca.

Prepara, Señor, en nuestros corazones, un camino para tu Palabra que ha de venir;
así tu gloria se manifestará al mundo por medio de nosotros.

Abaja los montes y las colinas de nuestro orgullo y levanta los valles de nuestros desánimos y de nuestras cobardías.

Destruye los muros del odio que dividen a las naciones
y allana los caminos de la concordia entre los hombres.

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

El Señor se acerca para salvarnos; por eso nos atrevemos a pedir la venida de su reino, diciendo:

Padre nuestro...

ORACIÓN

Dios nuestro, que por medio de tu Hijo has hecho que volvamos a nacer como nuevas creaturas, mira con amor estas obras de tu misericordia y, por la venida de tu Hijo, borra en nosotros toda huella de pecado. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.



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VÍSPERAS
Oración de la tarde

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno: JESUCRISTO, PALABRA DEL PADRE.

Jesucristo, Palabra del Padre,
luz eterna de todo creyente:
ven, Señor, porque ya se hace tarde,
ven y escucha la súplica ardiente.

Cuando el mundo dormía en tinieblas,
en tu amor, tú quisiste ayudarlo
y trajiste, viniendo a la tierra,
esa vida que puede salvarlo.

Ya madura la historia en promesas,
sólo anhela tu pronto regreso;
si el silencio madura la espera,
el amor no soporta el silencio.

Con María, la Iglesia te aguarda
con anhelos de esposa y de Madre
y reúne a sus hijos, los fieles,
para juntos poder esperarte.

Cuando vengas, Señor, en tu gloria,
que podamos salir a tu encuentro
y a tu lado vivamos por siempre,
dando gracias al Padre en el reino. Amén.

SALMODIA

Ant. 1. El Señor rodea a su pueblo.

Salmo 124 - EL SEÑOR VELA POR SU PUEBLO.

Los que confían en el Señor son como el monte Sión:
no tiembla, está asentado para siempre.

Jerusalén está rodeada de montañas,
y el Señor rodea a su pueblo
ahora y por siempre.

No pesará el cetro de los malvados
sobre el lote de los justos,
no sea que los justos extiendan
su mano a la maldad.

Señor, concede bienes a los buenos,
a los sinceros de corazón;
y a los que se desvían por sendas tortuosas,
que los rechace el Señor con los malhechores.
¡Paz a Israel!

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. El Señor rodea a su pueblo.

Ant. 2. Si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos.

Salmo 130 - COMO UN NIÑO, ISRAEL SE ABANDONÓ EN BRAZOS DE DIOS.

Señor, mi corazón no es ambicioso,
ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas
que superan mi capacidad;
sino que acallo y modero mis deseos,
como un niño en brazos de su madre.

Espere Israel en el Señor
ahora y por siempre.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos.

Ant. 3. Has hecho de nosotros, Señor, un reino de sacerdotes para nuestro Dios.

Cántico: HIMNO A DIOS CREADOR Ap. 4, 11; 5, 9-10. 12

Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,
el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.

Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y por tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes
y reinan sobre la tierra.

Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,
la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Has hecho de nosotros, Señor, un reino de sacerdotes para nuestro Dios.

LECTURA BREVE Cf. 1 Co 1,7b-9

Esperamos vivamente la revelación de Jesucristo, Señor nuestro. Él nos fortalecerá hasta el fin, de modo que nos encontremos libres de culpa en el día de Jesucristo, nuestro Señor. Fiel es Dios, por quien hemos sido convocados a la unión con su Hijo.

RESPONSORIO BREVE

V. Ven a salvarnos, Señor Dios de los ejércitos.
R. Ven a salvarnos, Señor Dios de los ejércitos.

V. Que brille tu rostro y nos salve.
R. Señor Dios de los ejércitos.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Ven a salvarnos, Señor Dios de los ejércitos.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. No cohabitaban todavía y María se encontró encinta por obra del Espíritu Santo. Aleluya.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. No cohabitaban todavía y María se encontró encinta por obra del Espíritu Santo. Aleluya.

PRECES

Cristo, palabra eterna, ha inaugurado un camino nuevo y vivo, a través del velo de su propia carne, para entrar en el santuario; pidámosle, pues, con humildad:

Ven, Señor, y sálvanos.

Oh Dios, en quien vivimos, nos movemos y existimos,
ven a revelarnos que somos estirpe tuya.

Tú que no estás lejos de ninguno de nosotros,
muéstrate en seguida a todos los que te buscan.

Padre de los pobres y consuelo de los afligidos,
da la libertad a los cautivos y la alegría a los tristes.

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Tú que destruyes la muerte y haces brillar la vida,
líbranos a nosotros y a todos los difuntos de la muerte eterna.

Digamos con Jesús a nuestro Padre del cielo la oración de los hijos de Dios:

Padre nuestro...

ORACIÓN

Dios nuestro, que por medio de tu Hijo has hecho que volvamos a nacer como nuevas creaturas, mira con amor estas obras de tu misericordia y, por la venida de tu Hijo, borra en nosotros toda huella de pecado. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.



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COMPLETAS
(Oración antes del descanso nocturno)

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

EXAMEN DE CONCIENCIA

Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados.

Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos,
que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.

V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

Himno: CUANDO ACABAMOS EL DÍA

Cuando acabamos el día
te suplicamos, Señor,
nos hagas de centinela
y otorgues tu protección.

Que te sintamos: contigo
sueñe nuestro corazón
para cantar tus loores
de nuevo al salir el sol.

Danos vida saludable,
alienta nuestro calor,
tu claridad ilumine
la oscuridad que llegó.

Dánoslo, Padre piadoso,
por Jesucristo, el Señor,
que reina con el Espíritu
Santo vivificador. Amén.

SALMODIA

Ant. No me escondas tu rostro, ya que confío en ti.

Salmo 142, 1-11 - LAMENTACIÓN Y SÚPLICA ANTE LA ANGUSTIA

Señor, escucha mi oración;
tú que eres fiel, atiende a mi súplica;
tú que eres justo, escúchame.
No llames a juicio a tu siervo,
pues ningún hombre vivo es inocente frente a ti.

El enemigo me persigue a muerte,
empuja mi vida al sepulcro,
me confina a las tinieblas
como a los muertos ya olvidados.
mi aliento desfallece,
mi corazón dentro de mí está yerto.

Recuerdo los tiempos antiguos,
medito todas tus acciones,
considero las obras de tus manos
y extiendo mis brazos hacia ti:
tengo sed de ti como tierra reseca.

Escúchame en seguida, Señor,
que me falta el aliento.
No me escondas tu rostro,
igual que a los que bajan a la fosa.

En la mañana hazme escuchar tu gracia,
ya que confío en ti;
indícame el camino que he de seguir,
pues levanto mi alma a ti.

Líbrame del enemigo, Señor,
que me refugio en ti.
Enséñame a cumplir tu voluntad,
ya que tú eres mi Dios.
Tu espíritu, que es bueno,
me guíe por tierra llana.

Por tu nombre, Señor, consérvame vivo;
por tu clemencia, sácame de la angustia.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. No me escondas tu rostro, ya que confío en ti.

LECTURA BREVE 1Pe 5,8-9

Sed sobrios, estad despiertos: vuestro enemigo, el diablo, como león rugiente, ronda buscando a quien devorar; resistidle, firmes en la fe.


RESPONSORIO BREVE

V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

V. Tú, el Dios leal, nos librarás.
R. Te encomiendo mi espíritu.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.

CÁNTICO DE SIMEÓN Lc 2, 29-32

Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz,

porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos

luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.

ORACIÓN

OREMOS,
Ilumina, Señor, nuestra noche y concédenos un descanso tranquilo; que mañana nos levantemos en tu nombre y podamos contemplar, con salud y gozo, el clarear del nuevo día. Por Cristo nuestro Señor.
Amén

BENDICIÓN

V. El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
R. Amén.

ANTÍFONA FINAL DE LA SANTÍSIMA VIRGEN

Bajo tu amparo nos acogemos,
santa Madre de Dios,
no desprecies las oraciones
que te dirigimos en nuestras necesidades,
antes bien líbranos de todo peligro,
oh Virgen gloriosa y bendita.

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