Pubilcado por Claretgazteak
Claret, nacido en un hogar de tejedores, creió acunado por el ruido de los telares del taller de su casa y se familiarizó muy pronto con las máquinas de tejer, hasta el punto de pasar sus primeros años centrado en el aprendizaje del oficio.
El telar se convirtió en el objeto de su atención y estudio, más aún, en la mejor manera de expresar su vocación natural. Llegó a ser un experto en la fabricación textil.
El cuentro profundo con la Palabra de Dios y la apertura de su horizonte vital le sacó de la fabricación textil; pero, andando el tiempo, comprendió que su vida misma era como un telar donde se tejía con un hilo distinto -el del Evangelio-, con una fuerza motriz diferente -la que nace del amor de Cristo-, y con unos fines diversos -los que promueve la salvación de todas las personas-.
Claret puso su vida y sus talentos naturales al servicio de la misión. Conservamos algunas telas tejidas por él, pero sobre todo le recordamos como el misionero, que teje la vida de Dios en el corazón de los hombres, de mil maneras y con todos los medios posibles.
El telar se convirtió en el objeto de su atención y estudio, más aún, en la mejor manera de expresar su vocación natural. Llegó a ser un experto en la fabricación textil.
El cuentro profundo con la Palabra de Dios y la apertura de su horizonte vital le sacó de la fabricación textil; pero, andando el tiempo, comprendió que su vida misma era como un telar donde se tejía con un hilo distinto -el del Evangelio-, con una fuerza motriz diferente -la que nace del amor de Cristo-, y con unos fines diversos -los que promueve la salvación de todas las personas-.
Claret puso su vida y sus talentos naturales al servicio de la misión. Conservamos algunas telas tejidas por él, pero sobre todo le recordamos como el misionero, que teje la vida de Dios en el corazón de los hombres, de mil maneras y con todos los medios posibles.
Antonio Bellela,cmf.
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