Publicado por Ecclesia Digital
Este domingo 14 de junio es la solemnidad litúrgica del Santísimo Cuerpo y Sangre del Señor, el popular día del Corpus Christi. Es el día del Amor, el día del Señor Sacramento, el día que más reluce el sol, el día de la Caridad, el día de la Iglesia que nace de la Eucaristía y que hace la Eucaristía. Como aproximación al misterio, a la belleza y a la grandeza de esta fiesta del Corpus, he aquí cuatro decálogos de la Eucaristía, cuatro decálogos del Corpus.
Diez definiciones y descripciones de la Eucaristía
1.- Es Jesucristo mismo, "pan vivo bajado del cielo".
2.- Es el sacramento de la unidad, el vínculo de la caridad y la prenda de la inmortalidad.
3.- Es el corazón, la fuente y la cumbre de la vida de la Iglesia.
4.- Es memorial de la Pascua del Señor, rememoración y actualización de su sacrificio redentor. "Haced esto en memoria mía".
5.- Es el banquete y la fiesta del Señor, que nos invita, en la comunión de la Iglesia, a su Mesa, a nutrirnos de su Cuerpo y su Sangre.
6.- La Eucaristía hace la Iglesia y la Iglesia hace la Eucaristía.
7.- Es el sacramento del amor y de la caridad, signo y expresión del Cuerpo del Señor entregado y de su Sangre redamada para nuestra salvación y la de todos los hombres.
8.- Es la mesa de la palabra, de la acción de gracias, de la alabanza y de la plegaria y del único alimento que nos salva.
9.- Es el sacramento de la presencia continuada y permanente del Señor en medio de nosotros. En la Eucaristía está real, verdadera y gloriosamente presente el Señor Resucitado.
10.- Es el sacramento cuyos signos esenciales son el pan de trigo y el vino de vid, que significan el trabajo del hombre y que, a su vez, dos realidades esenciales en la nutrición y vida humanas, que, tras las palabras sacramentales del ministro de la Eucaristía, se convierten substancial, admirable, real y misteriosamente en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo. Es el misterio inefable y amoroso de la Transubstanciación.
Los diez nombres de la Eucaristía
1.- Acción de gracias porque los términos hebreos con que se alude a ella evocan las bendiciones judías que proclaman -sobre todo durante la comida- las grandes obras de Dios: la creación, la redención y la santificación.
2.- La Cena del Señor porque es memoria y celebración de la última y memorable Cena del Señor con sus apóstoles, donde instituyó la Eucaristía, significada en el trozo de pan, que será su cuerpo entregado por nosotros, y la copa de vino, que será su sangre derramada para nuestra salvación.
3.- El banquete del Señor porque se trata, como queda dicho, de la Cena última que el Señor celebró con sus apóstoles en la víspera de su pasión, y porque es anticipación del banquete de las Bodas del Cordero en la Jerusalén celestial.
4.- La fracción del pan porque este rito, propio del banquete judío, fue utilizado por Jesús cuando bendecía y distribuía en pan como cabeza de familia, sobre todo en la última Cena. En este gesto, le reconocerán los discípulos tras la resurrección y El les invitará también a ellos a partir el pan en su nombre.
5.-La asamblea (Synaxis) porque la Eucaristía es celebrada en la Asamblea de los fieles, expresión visible de la Iglesia.
6.- El santo sacrificio porque actualiza el único sacrificio de Cristo Salvador e incluye la ofrenda de la Iglesia. Este santo sacrificio eucarístico es también llamado santo sacrificio de la Misa, sacrificio de alabanza, sacrificio espiritual, sacrificio puro y santo porque supera todos los sacrificios de la Antigua Alianza.
7.- La santa y divina liturgia porque toda la liturgia de la Iglesia encuentra su centro y su expresión más densa y plena en la celebración de este sacramento. En el mismo sentido se llama también "Santos Misterios".
8.- El Santísimo Sacramento porque es el sacramento de los sacramentos. Con este nombre se designan las designan las especies eucarísticas guardadas en el sagrario.
9.- La comunión porque en este sacramento nos unimos a Cristo que nos hace partícipes de su Cuerpo y de su Sangre para formar un solo cuerpo.
10.- La Santa Misa porque la liturgia en la que se realiza el misterio de salvación se termina con el envío de los fieles ("missio") a fin de que cumplan la voluntad de Dios en la vida cotidiana.
La Eucaristía es también llamada "pan de los ángeles", "pan del cielo", medicina de inmortalidad", "viático para el camino"...
Lo que la Eucaristía es desde la Misa
1.- La Eucaristía es Asamblea, Comunidad, Congregación, Pueblo, Iglesia. La Eucaristía hace la Iglesia y la Iglesia hace la Eucaristía.
2.- La Eucaristía es perdón, impetrado, ofrecido y recibido. Es reconciliación y es paz. La Misa comienza con el acto penitencial, en el que nos manifestamos necesitados del perdón, y la misa incluye también el rito de la paz, donde experimentados el gozo de la reconciliación y el anhelo de la paz.
3.- La Eucaristía es Palabra de Dios. La mesa eucarística es pan de la palabra. Dios nos habla con su Palabra en cada misa. Son palabras de vida eterna. Es la gran catequesis de nuestra permanente necesidad de formación cristiana.
4.- La Eucaristía es profesión de fe, expresada en la recitación de Credo. La Eucaristía actualiza nuestra fe en Dios Padre, Dios Hijo y en Dios Espíritu Santo y en su prolongación a través de la Iglesia. La Eucaristía es profesión y testimonio de la fe.
5.- La Eucaristía es ofrenda. En el ofertorio de la misa ofrecemos limosnas en favor de los necesitados y de la comunidad eclesial y nos ofrecemos nosotros mismos como ofrenda permanente al Señor y a su Iglesia. La Eucaristía es ofrenda de amor y de servicio. Es consagración a Dios y a los hermanos, a imagen y en memoria de Jesucristo.
6.- La Eucaristía es la cruz y la pascua. Es su memorial. Es su actualización. Es cenáculo. La misa sigue siendo el Calvario: el monte de la cruz y el jardín de la resurrección. "Este es el sacramento de nuestra fe: Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, ven, Señor Jesús".
7.- La Eucaristía es oración y compromiso de fraternidad. Lo expresamos en Padre Nuestro de cada misa. Reconocemos que Dios es nuestro Padre y que nosotros somos hermanos. Pedimos el pan nuestro de cada día para nosotros y para toda la humanidad. Pedimos el perdón. Nos comprometemos así, desde la plegaria, a la fraternidad y a la caridad.
8.- La Eucaristía es comunión. Es comunión con Dios y con los hermanos. Es comunión con la Iglesia. Es comunión que nos transforma en cuerpo y en sangre de Dios. Es comunión en prenda de la verdadera y definitiva Comunión del Reino de los cielos.
9.- La Eucaristía es acción de gracias. Esta acción de gracias se expresa en el mismo nombre y significación etimológica de la palabra "Eucaristía". En la misa es acción de gracias en el prefacio de la misa y en la oración de postcomunión. Vivir la acción de gracias de la Eucaristía es encarnar el proyecto eucarístico en la vida diaria, allí donde se trabaje y se vive -en la familia, en la escuela, en la fábrica, en las más diversas condiciones de la vida-. Encarnar el proyecto eucarístico en la vida de cada día significa también que la realidad humana no se entiende y no se justifica sin la referencia al Creador.
10.- La Eucaristía es misión. El "podéis ir en paz" del final de la misa es llamada a la misión y al testimonio. La Eucaristía es origen y camino de la Evangelización. La Eucaristía es Jesucristo, el objeto y sentido de la misión y de la evangelización. La Eucaristía nos proporciona no sólo la fuerza interior sino también -en cierto sentido- el mismo "proyecto" misionero y evangelizador.
Los diez frutos de la Eucaristía
1.- La Eucaristía acrecienta nuestra unión con Cristo. Recibir la Eucaristía en la comunión da como fruto la unión íntima con El: "Quien come mi carne y bebe mi sangre permanece en mi y yo en él".
2.- La Eucaristía conserva, acrecienta y renueva la vida de la gracia dada en el Bautismo. Este crecimiento de la vida cristiana necesita ser alimentado por la comunión eucarística, pan de nuestra peregrinación.
3.- La Eucaristía nos separa del pecado. El Cuerpo de Cristo que recibimos en la comunión es "entregado por nosotros" y la Sangre que bebemos es "derramada por muchos para el perdón de los pecados".
4.- La Eucaristía nos une a Cristo y, al mismo tiempo, nos purifica de los pecados cometidos y preservarnos de futuros pecados. Borra los pecados veniales y por la misma caridad que enciende en nosotros, nos preserva de futuros pecados mortales.
5.- La Eucaristía fortalece la caridad, reaviva nuestro amor y nos hace capaces de romper los lazos desordenados. Nos llena de vitalidad y de energía espiritual, al igual que el alimento sirve para restaurar la pérdida de fuerzas.
6.- La Eucaristía hace la Iglesia y consolida la unidad del Cuerpo Místico de Cristo, que es precisamente su Iglesia. Los que recibe la Eucaristía se unen más estrechamente a Cristo. Por ello mismo, Cristo une a todos los fieles en un sólo cuerpo: la Iglesia. La Eucaristía renueva, fortifica, profundiza la incorporación a la Iglesia realizada ya por el Bautismo.
7.- La Eucaristía entraña un compromiso en favor de los pobres, especial e insoslayable. Para recibir en la verdad el Cuerpo y la Sangre de Cristo entregados por nosotros debemos reconocer a Cristo en los más pobres, sus hermanos. El pan eucarístico es partido, repartido y compartido. Eucaristía es caridad. El lavatorio de los pies fue el gesto que precedió en la última cena a la institución de la Eucaristía, rubricados ambos por el mandamiento nuevo del amor fraterno.
8.- La Eucaristía es camino para la unidad de los cristianos. "¡Oh sacramento de piedad, oh signo de unidad, oh vínculo de caridad!" llamaba San Agustín a la Eucaristía. Como escribe el Catecismo de la Iglesia Católica, "cuanto más doloroso se hacen sentir las divisiones de la Iglesia que rompen la participación común en la mesa del Señor, tanto más apremiantes son las oraciones al Señor para que lleguen los días de la unidad completa de todos los que creen en El".
9.- La Eucaristía es comunión, es reconciliación. Es el pan formado por distintos granos, unidos íntimamente entre sí. El sacramento de la reconciliación es siempre el mejor camino para acceder al sacramento de la Eucaristía. El perdón, la reconciliación, la fraternidad, la paz son premisas, frutos y prendas de la Eucaristía.
10.- La Eucaristía es prenda de la futura gloria. ""¡Oh sagrado banquete, en el que se recibe al mismo Cristo, se renueva la memoria de su pasión, el alma se llena de gracia y se nos da una prenda de la gloria futura"!, escribía y exclamaba Santo Tomás de Aquino. Si la Eucaristía es memorial de la Pascua del Señor, es también anticipación de la gloria celestial. De la gran esperanza de los cielos nuevos y de la tierra nueva, no tenemos prenda más segura, signo más manifiesto que la Eucaristía. La Eucaristía, para San Ignacio de Antioquía, es partir un mismo pan, es "remedio de inmortalidad, antídoto para no morir, sino para vivir en Jesucristo para siempre".
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