NO DEJES DE VISITAR
GIF animations generator gifup.com www.misionerosencamino.blogspot.com
El Blog donde encontrarás abundante material de formación, dinámicas, catequesis, charlas, videos, música y variados recursos litúrgicos y pastorales para la actividad de los grupos misioneros.
Fireworks Text - http://www.fireworkstext.com
BREVE COMENTARIO, REFLEXIÓN U ORACIÓN CON EL EVANGELIO DEL DÍA, DESDE LA VIVENCIA MISIONERA
SI DESEAS RECIBIR EL EVANGELIO MISIONERO DEL DÍA EN TU MAIL, DEBES SUSCRIBIRTE EN EL RECUADRO HABILITADO EN LA COLUMNA DE LA DERECHA

domingo, 30 de agosto de 2009

Domingo XXII del Tiempo Ordinario: Entre lo aparente y lo real

Por Roberto Sayalero Sanz, agustino recoleto

La sabiduría popular advierte que las apariencias engañan. Jesús hoy pone a cada uno en sus sitio, desenmascarando la hipocresía y falsedad de los fariseos. Nosotros tenemos que intentar descubrir lo real y ser fieles a ello.

En una frutería todas las frutas visten sus mejores galas a fin de seducir la pupila del comprador. Pero bien sabemos que a veces nos llevamos sorpresas, que no siempre la manzana más lustrosa es la más dulce, o el melocotón de mayor tamaño está en su punto. No siempre la apariencia coincide con la realidad. Al igual que pasa con las frutas, bien sabemos que sucede también con las personas. Una cosa es la apariencia y otra diferente es la realidad. Por desgracia abundan muchas armaduras vacías, muchos muñecos rellenos de serrín y castillos de naipes disfrazados de superman. La hipocresía es un gas repugnante con el que tenemos que vivir y convivir. La pena es que, al igual que sucedía en tiempos de Jesús, dentro de la Iglesia también hay demasiado hipócrita de comunión diaria o de sermón de campanillas, que todavía no ha entendido que lo primero es la persona y su felicidad y luego la ley.

El evangelio de este domingo refleja a la perfección lo que venimos comentando. Jesús les dice sin tapujos a los fariseos que lo que mancha es lo que sale de dentro: el egoísmo infecta todo en cualquiera de sus muchas formas. La conducta moral limpia y sana está centrada, en el amor a Dios a través del prójimo. Las “verdaderas” faltas de pureza son estas y no otras. Con e levangelio de la mano, La caridad es mucho más importante que la castidad, pero muchas veces estamos empeñados en lo contrario.

Volviendo al evangelio de hoy, las tradiciones tienen su valor propio, pero siempre relativo; no son mandatos divinos; la higiene tiene valor por sí misma, no porque está mandado lavarse en determinadas circunstancias. El evangelio revela lo que hace daño al hombre y lo que le hace bien. Durante muchos siglos y, por desgracia, parece que hoy va en aumento en algunos ambientes eclesiales, hay quienes se han empeñado, y se empeñan, en llenar de preceptillos la vida cristiana. Por ejemplo, el pollo en viernes de Cuaresma es pecado mientras que la merluza o las angulas son indulgentes. Demasiado dictadorzuelo de ambón y sotana que reparte pases de vida eterna a ritmo de amenaza de castigo divino, empeñados en contar los mandamientos del 6 al 1 en vez del 1 al 6 como hizo Jesús, pues lo primero es el amor.

Por todos los medios tenemos que intentar orientar nuestra vida moral a hacer más feliz y soportable la vida en primer lugar a quienes tenemos más cerca. Nuestra asignatura pendiente será el liberarnos del cumplimiento hueco y del obrar bajo amenaza para poder ver con claridad que aquello por lo que Jesús luchó es porque fuésemos felices de verdad, porque disfrutásemos y gozásemos del gran regalo de la vida. A nadie le está permitido poner trabas a esto y a nadie le ha de ser ajena la responsabilidad de ayudar a quienes se ven privados de la posibilidad de ser felices. Pero ojo, que la felicidad no es lo mismo que la diversión, ser feliz no es pasar un buen rato. La felicidad da sentido a nuestra vida y solo se da cuando nuestras necesidades fundamentales están cubiertas y sentimos el calor y la cercanía de aquellos a quienes queremos.

La perfección que se nos pide es en el amor, pero no en el escaparate sino en el horizonte de Dios, a cuya mirada están sujetos nuestros corazones. Y en esa perfección el otro cabe siempre. Porque el perfecto es Dios, que hace llover sobre justos e injustos...; y nuestro reto, nuestra misión, nuestro milagro es amar lo mejor que sepamos cada uno, siempre más que ayer y menos que mañana. Como dice el refrán, las apariencias engañan.

Roberto Sayalero Sanz, agustino recoleto.
Colegio San Agustín (Valladolid, España)

No hay comentarios: