"El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera:
María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:
-«José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados. »
Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el Profeta:
«Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa "Dios-con-nosotros".»
Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.
v. 18: La generación de Jesucristo fue de esta manera:
Su madre, María, estaba desposada con José y,
antes de empezar a estar juntos ellos,
se encontró encinta por obra del Espíritu Santo.
Mateo, escribiendo a judeo-cristianos, fija bien sólidamente a Jesús, como hijo de Abraham a través de José, hijo de Jacob, hijo de Mattán y esposo de María, de la que nació Jesús, llamado Cristo.
En el mundo judío de entonces y de ahora, la condición de ser judío da al niño/a su madre judía, mientras el padre lo pone en la lista genealógica; si no tiene padre reconocido entra en la lista de los espurios.
Así que el reconocimiento de parte de José hizo que Jesús fuera legítimo en la línea genealógica, por eso se nos da la lista de los antepasados.
Mateo también insiste que Jesús no fue engendrado por José, si no por el Espíritu Santo.
v. 19: Su marido José, como era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto.
Mateo no narra el encuentro del mensajero de Dios en la persona del Arcángel Gabriel como lo hace Lucas, simplemente nos dice que María se encontró en cinta por obra del Espíritu Santo.
En la narración se colige que María no dijo nada a José. ¿Qué podía decirle? ¿Que había venido un angelito y le había dicho cosas tan raras como que quedaría embarazada por el Espíritu de Dios?
Se ve que, confiando mucho en Dios, optó por el silencio.
Y José… ¿qué pasó por su mente cuando se dio cuenta del embarazo de su esposa? ¿Qué podía hacer el joven esposo de unos 17 o 18 años?
Tenía una prohibición y dos posibilidades legales y consuetudinarias.
La prohibición era: No podía ocultar que ese hijo no era suyo; no podía hacer pasar a un espurio como hijo suyo. Hay que tener en cuenta que para ser justo, tenía que cumplir esa ley.
Las posibilidades eran:
1) Pedir la pena de muerte por apedreamiento para su esposa, adúltera, como joven virgen prometida que tuvo relaciones con otro varón (Dt 22,23-26).
2) Despedirla como divorciada, fundamentado en Dt 24,1, porque descubre en ella algo que le desagrada.
José optó por esta segunda posibilidad de solución y de hecho, resolvió divorciarse en secreto. Así lo tenía planeado.
vv. 20-21: Así lo tenía planeado, cuando el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: “José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.”
Así lo tenía planeado. José, su esposo, tomó la alternativa de divorciarse. No hubiera dejado de ser una tragedia que José hubiera llevado adelante esa decisión.
En la Biblia, Dios puede apretar, pero no ahoga. Se dan dramas serios pero no tragedias, donde el inocente no es atendido. Podría parece que la muerte de Jesús fue una tragedia, pero el Inocente Jesús fue premiado con la Resurrección inmediata sin esperar al final de los tiempos.
vv. 22-23: Todo esto sucedió para que se cumpliese el oráculo del Señor por medio del profeta: “Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que traducido significa: “Dios con nosotros.”
Esta profecía es del gran profeta al rey Ajaz; en ella se nos dice que se estremeció el corazón del rey y el corazón de su pueblo, como se estremecen los árboles del bosque por el viento ante la amenaza de dos reyes que venían a destronarlo, fue muy comentado en el Antiguo Testamento. Mateo siguiendo la exégesis de leer todo acontecimiento del N. T. como ya previsto en el Antiguo, se apropia lícitamente de este texto.
v. 24: Despertado José del sueño, hizo como el Ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer.
Mateo nos presenta a un José tan obediente que despertado del sueño, hizo como el Ángel del Señor le había mandado y tomo consigo a su mujer.
Se nos muestra obediente nuestro querido San José. Porque bien podría haber pensado que los sueños, sueños son; pero la realidad era que su esposa estaba embarazada, y no por él.
María es la Madre de todos los creyentes porque se fío totalmente de Dios; José, la acompañó en esta fe-confianza a la Palabra de Dios.
Señor Jesús, cuánto nos alegramos que tus padres, María y José, sean seguidores tuyos en tu gran deseo de implantar el Reino de Dios entre los adoradores al Padre en espíritu y verdad. Concédenos la gracia de ser seguidores tuyos con esa misma simplicidad de vida que viviste en Nazaret.
Querido San José, esposo de María y abbá de Jesús, te damos gracias por haber obedecido a la voz divina que te propuso aceptar la vocación especial en relación a la Virgen María y al Hijo de Dios. Sé nuestro protector. Amén.
María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:
-«José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados. »
Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el Profeta:
«Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa "Dios-con-nosotros".»
Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.
v. 18: La generación de Jesucristo fue de esta manera:
Su madre, María, estaba desposada con José y,
antes de empezar a estar juntos ellos,
se encontró encinta por obra del Espíritu Santo.
Mateo, escribiendo a judeo-cristianos, fija bien sólidamente a Jesús, como hijo de Abraham a través de José, hijo de Jacob, hijo de Mattán y esposo de María, de la que nació Jesús, llamado Cristo.
En el mundo judío de entonces y de ahora, la condición de ser judío da al niño/a su madre judía, mientras el padre lo pone en la lista genealógica; si no tiene padre reconocido entra en la lista de los espurios.
Así que el reconocimiento de parte de José hizo que Jesús fuera legítimo en la línea genealógica, por eso se nos da la lista de los antepasados.
Mateo también insiste que Jesús no fue engendrado por José, si no por el Espíritu Santo.
v. 19: Su marido José, como era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto.
Mateo no narra el encuentro del mensajero de Dios en la persona del Arcángel Gabriel como lo hace Lucas, simplemente nos dice que María se encontró en cinta por obra del Espíritu Santo.
En la narración se colige que María no dijo nada a José. ¿Qué podía decirle? ¿Que había venido un angelito y le había dicho cosas tan raras como que quedaría embarazada por el Espíritu de Dios?
Se ve que, confiando mucho en Dios, optó por el silencio.
Y José… ¿qué pasó por su mente cuando se dio cuenta del embarazo de su esposa? ¿Qué podía hacer el joven esposo de unos 17 o 18 años?
Tenía una prohibición y dos posibilidades legales y consuetudinarias.
La prohibición era: No podía ocultar que ese hijo no era suyo; no podía hacer pasar a un espurio como hijo suyo. Hay que tener en cuenta que para ser justo, tenía que cumplir esa ley.
Las posibilidades eran:
1) Pedir la pena de muerte por apedreamiento para su esposa, adúltera, como joven virgen prometida que tuvo relaciones con otro varón (Dt 22,23-26).
2) Despedirla como divorciada, fundamentado en Dt 24,1, porque descubre en ella algo que le desagrada.
José optó por esta segunda posibilidad de solución y de hecho, resolvió divorciarse en secreto. Así lo tenía planeado.
vv. 20-21: Así lo tenía planeado, cuando el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: “José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.”
Así lo tenía planeado. José, su esposo, tomó la alternativa de divorciarse. No hubiera dejado de ser una tragedia que José hubiera llevado adelante esa decisión.
En la Biblia, Dios puede apretar, pero no ahoga. Se dan dramas serios pero no tragedias, donde el inocente no es atendido. Podría parece que la muerte de Jesús fue una tragedia, pero el Inocente Jesús fue premiado con la Resurrección inmediata sin esperar al final de los tiempos.
vv. 22-23: Todo esto sucedió para que se cumpliese el oráculo del Señor por medio del profeta: “Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que traducido significa: “Dios con nosotros.”
Esta profecía es del gran profeta al rey Ajaz; en ella se nos dice que se estremeció el corazón del rey y el corazón de su pueblo, como se estremecen los árboles del bosque por el viento ante la amenaza de dos reyes que venían a destronarlo, fue muy comentado en el Antiguo Testamento. Mateo siguiendo la exégesis de leer todo acontecimiento del N. T. como ya previsto en el Antiguo, se apropia lícitamente de este texto.
v. 24: Despertado José del sueño, hizo como el Ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer.
Mateo nos presenta a un José tan obediente que despertado del sueño, hizo como el Ángel del Señor le había mandado y tomo consigo a su mujer.
Se nos muestra obediente nuestro querido San José. Porque bien podría haber pensado que los sueños, sueños son; pero la realidad era que su esposa estaba embarazada, y no por él.
María es la Madre de todos los creyentes porque se fío totalmente de Dios; José, la acompañó en esta fe-confianza a la Palabra de Dios.
Señor Jesús, cuánto nos alegramos que tus padres, María y José, sean seguidores tuyos en tu gran deseo de implantar el Reino de Dios entre los adoradores al Padre en espíritu y verdad. Concédenos la gracia de ser seguidores tuyos con esa misma simplicidad de vida que viviste en Nazaret.
Querido San José, esposo de María y abbá de Jesús, te damos gracias por haber obedecido a la voz divina que te propuso aceptar la vocación especial en relación a la Virgen María y al Hijo de Dios. Sé nuestro protector. Amén.
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