Bienaventuranzas del Pueblo Cristiano
(Extraído de: Experiencia de Dios y pasión por el pueblo)
Pedro Casáldaliga

1. Feliz aquel que ama a Dios y vive, por la fe, en su presencia.
El que cree, ora y tiene tiempo para participar de las celebraciones de la comunidad
2. Feliz aquel que reconoce a Dios como el Padre que cuida celosamente de sus hijos.
- No hagas de Él un negociante, recordándolo sólo a la hora de pedirle favores y a cambio de las promesas que le hagas.
3. Feliz aquel que ha descubierto que el verdadero Dios camina con el pueblo y quiere su liberación.
- No digas que es voluntad de Dios la explotación, la miseria, la injusticia, la existencia de ricos y pobres.
4. Feliz aquel que sabe que seguir a Jesús es vivir en comunidad, siempre unido al Padre y a los hermanos.
- No te engañes: quien se aleja de la comunidad, en busca de ventajas personales, se aleja de Dios; quien persigue a la comunidad, persigue a Dios.
5. Feliz aquel que respeta y trata a todos como iguales, como hermanos de verdad.
- No es verdadero cristiano quien desprecia al indio, al negro, al peón, al anciano, a la prostituta, al pobre.
6. Feliz aquel que confía en los compañeros. "El mundo será mejor cuando el menor que padece sepa confiar en el menor".
- No confíes en las promesas de los grandes. No pretendas apoyarte en "árbol que da mucha sombra". "Acuerdo" de patrón y trabajador no puede dar resultado.
7. Feliz aquel que cree que la vida y el buen nombre de los compañeros vale más que todo el oro del mundo.
- No es cristiano el que se deja llevar por la venganza, el que no sabe perdonar, el que levanta falso testimonio, el que traiciona a los compañeros.
8. Feliz aquel que ama y respeta a su familia: el marido, la mujer, los hijos, los padres.
- No estropees tu vida y la felicidad de tu familia con tiranías, con el juego, en borracheras, en la prostitución.
9. Feliz aquel que sabe que su dignidad personal es sagrada.
- No vendas tu conciencia, tu libertad, tu voto, por dinero, empleo, ventajas.
10. Feliz aquel que ha descubierto que la verdadera religión consiste en amar a Dios como Padre y al prójimo como hermano:
-trabajando por el Reino de Dios
-estando siempre al lado de los más débiles
-no acobardándose nunca, ni siquiera en las
dificultades y persecuciones
-luchando por la Liberación, en las organizaciones populares, en el Sindicato, en la política, en la comunidad.
El que cree, ora y tiene tiempo para participar de las celebraciones de la comunidad
2. Feliz aquel que reconoce a Dios como el Padre que cuida celosamente de sus hijos.
- No hagas de Él un negociante, recordándolo sólo a la hora de pedirle favores y a cambio de las promesas que le hagas.
3. Feliz aquel que ha descubierto que el verdadero Dios camina con el pueblo y quiere su liberación.
- No digas que es voluntad de Dios la explotación, la miseria, la injusticia, la existencia de ricos y pobres.
4. Feliz aquel que sabe que seguir a Jesús es vivir en comunidad, siempre unido al Padre y a los hermanos.
- No te engañes: quien se aleja de la comunidad, en busca de ventajas personales, se aleja de Dios; quien persigue a la comunidad, persigue a Dios.
5. Feliz aquel que respeta y trata a todos como iguales, como hermanos de verdad.
- No es verdadero cristiano quien desprecia al indio, al negro, al peón, al anciano, a la prostituta, al pobre.
6. Feliz aquel que confía en los compañeros. "El mundo será mejor cuando el menor que padece sepa confiar en el menor".
- No confíes en las promesas de los grandes. No pretendas apoyarte en "árbol que da mucha sombra". "Acuerdo" de patrón y trabajador no puede dar resultado.
7. Feliz aquel que cree que la vida y el buen nombre de los compañeros vale más que todo el oro del mundo.
- No es cristiano el que se deja llevar por la venganza, el que no sabe perdonar, el que levanta falso testimonio, el que traiciona a los compañeros.
8. Feliz aquel que ama y respeta a su familia: el marido, la mujer, los hijos, los padres.
- No estropees tu vida y la felicidad de tu familia con tiranías, con el juego, en borracheras, en la prostitución.
9. Feliz aquel que sabe que su dignidad personal es sagrada.
- No vendas tu conciencia, tu libertad, tu voto, por dinero, empleo, ventajas.
10. Feliz aquel que ha descubierto que la verdadera religión consiste en amar a Dios como Padre y al prójimo como hermano:
-trabajando por el Reino de Dios
-estando siempre al lado de los más débiles
-no acobardándose nunca, ni siquiera en las
dificultades y persecuciones
-luchando por la Liberación, en las organizaciones populares, en el Sindicato, en la política, en la comunidad.

Recordatorio de las Santas Misiones
Prelazia de Sâo Félix do Araguaia, 1982
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