Por CAMINO MISIONERO
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 12, 1-8
Jesús atravesaba unos sembrados y era un día sábado. Como sus discípulos sintieron hambre, comenzaron a arrancar y a comer las espigas.
Al ver esto, los fariseos le dijeron: «Mira que tus discípulos hacen lo que no esta permitido en sábado».
Pero Él les respondió: «¿No han leído lo que hizo David, cuando él y sus compañeros tuvieron hambre, cómo entró en la Casa de Dios y comieron los panes de la ofrenda, que no les estaba permitido comer ni a él ni a sus compañeros, sino solamente a los sacerdotes?
¿Y no han leído también en la Ley, que los sacerdotes, en el Templo, violan el descanso del sábado, sin incurrir en falta?
Ahora bien, Yo les digo que aquí hay alguien más grande que el Templo. Si hubieran comprendido lo que significa "prefiero la misericordia al sacrificio", no condenarían a los inocentes. Porque el Hijo del hombre es dueño del sábado».
Estamos llegando casi al fin de semana, falta muy poco para dejar nuestras tareas comunes de lado y comenzar un par de días dedicados al Señor. A lo mejor tenemos que salir a compartir la palabra en algún lugar, o participar de algún evento parroquial o de la institución a la que pertenecemos. Bien sea lo que te toque realizar en servicio de nuestra Iglesia, te invito hoy a que juntos oremos y meditemos el Evangelio, para prepararnos concienzudamente como Jesús lo quiere y nos lo ha mandado a realizar.
Es por eso que te animo a que comencemos esta oración, con la búsqueda de la comodidad y relajación para entregarnos enteramente a la Palabra de Dios, aunque bien sabemos que es difícil encontrar un lugar para tomarnos esta pausa diaria, tampoco es imposible apartarnos un momento del mundo, para meditar lo que el Señor nos está pidiendo en nuestras vidas.
Te propongo que comencemos con la siguiente plegaria:
"Te pido Señor que me regales Fe para comenzar este momento de oración y que esta lectura sea un instrumento tuyo para inspirarme lo que Tu Voluntad me está solicitando el día de hoy."
JESÚS ESTÁ PASANDO. Nos cuenta el Evangelio que el Maestro está en movimiento con sus apóstoles, trasladándose de un lugar a otro. A lo largo de los relatos evangélicos, Jesús constantemente se encuentra en un movimiento continuo, pero no en soledad, sino junto a aquellos que han decidido seguirlo. Esta faceta misionera de Jesús es emergente a la Gracia que lleva consigo, ya que debe ser esparcida por doquier, para que esa semilla germine en aquellos corazones que se han preparado convenientemente para recibir la Palabra de Dios y ponerla en práctica. Y siempre Jesús está pasando delante de nuestra vidas. Y siempre se nos está corriendo de un lugar a otro, para que nuestras almas se mantengan en un vilo prudente y de dinámica permanente para acatar el llamado de Dios. Esto nos sirve para meditar que Dios no es una propiedad o una pertenencia nuestra y por lo tanto debemos estar atentos hacia donde quiere Él invitarnos a seguirlo, y así ser dóciles compañeros en este caminar hacia el Reino.
EL CUMPLIMIENTO. En nuestra vida cristiana, sobre todo cuando pertenecemos a algunos círculos de la Iglesia, es frecuente que vayamos acumulando conocimientos, datos y mucha letra, pero que a la larga terminan vaciándose en su contenido. Es un saber que no se encarna y que nos aleja de Dios y de nuestros hermanos, porque ha perdido la funcionalidad para el cual, en su momento fue brindado. Así vamos sumando reuniones, cursos de formación, encuentros, seminarios, etc., pero cada vez estamos más atentos a las normas, que a las necesidades de nuestros hermanos. Si mi vida comunitaria, mi acción misionera, mi ministerio parroquial o mi rol misionero, no está orientado a que no haya exclusiones y que cada tarea sirva para la liberación de toda atadura, en orden a la santidad, todo aquello que realice, no tendrá sentido, puesto que estaremos caminando en el sentido contrario de las enseñanzas del Maestro. Es así que podemos contemplar que una de las preocupaciones que tiene Jesús, es que conozcamos realmente al Dios verdadero, más allá de las interpretaciones humanas y las acumulaciones de ritos. Cuando la Palabra es vivida y compartida, se hace carne en nosotros e instrumento de redención para nuestros hermanos.
JESÚS POR SOBRE TODA LEY. Cristo nos dice que Él es la Verdad y también nos enseña que la Verdad nos hace libres. De estas dos afirmaciones que escuchamos de Jesús, podemos intuir que cualquier tipo de esclavitud a la que nos sometamos (incluso en su nombre), no es querida por Dios. Siendo así, debemos revisar nuestra actitud en la vida eclesial y el comportamiento que tenemos hacia el prójimo, para no caer en una imagen desvirtuada de Cristo, que nos hará mucho mal a nosotros y nos arrastrará a predicar la existencia de un Dios que no existe. Debemos preguntarnos que lugar ocupa Jesús en nuestra concepción de la vida, y si ese Jesús es el Salvador que vino a ofrecerse a todos, sin importar la erudición de la persona, o status social, o nivel económico. Los instrumentos que poseemos a nuestro alcance en la Iglesia deben ser herramientas que nos lleven a unirnos entre todos y a encontrarnos con Cristo, y si por el contrario, esto no ocurre, tendremos que discernir que es lo que haría Él y como lo haría, para proceder de esa manera y no ser piedra de escándalo para nuestros hermanos.
COMUNIDADES MISERICORDIOSAS. Debemos trabajar intensamente en la construcción de espacios que reflejen el Amor que Dios tiene por el hombre. Cada grupo eclesial debe ser un espejo de la Misericordia del Padre en este mundo. Si una comunidad cristiana no tiene como premisa representar fielmente a Dios, para que todos puedan encontrar en ella una parte del Reino ¿Para que existe? Porque una comunidad puede estar muy bien delineada, con roles y cargos, estatutos y manuales, con actividades y apostolados, con asistencia perfecta a todo el quehacer eclesial, pero si no responde con su testimonio de vida y coherencia en cada ámbito que se mueva, dificilmente se podrá decir que es cristiana. Nuestras comunidades deben estar siempre abiertas, para que libremente sus integrantes puedan ingresar o marcharse si así lo desean, debe ser un lugar donde cada uno pueda encontrarse con el Señor y explotar los dones que Él le regaló. Miremos hacia adentro y lo invitemos a Cristo a que participe de nuestras reuniones y decisiones, para que así nuestra Iglesia crezca con testimonios de Amor y perseverancia en el afán por el Reino.
Hoy Jesús entra dentro nuestras comunidades y nos llama la atención por algunas cosas que estamos haciendo mal.
¿Que aspectos debemos corregir? ¿Que cosas nos propone Jesús?
Hagamos el firme propósito de actuar misericordiosamente en todos los ámbitos de nuestra vida y busquemos ser instrumentos en las manos de Dios, para conducir a nuestros hermanos a conocerlo y gustar de su Amor.
Gloria al Padre, Gloria al Hijo y Gloria al Espíritu Santo. Amén.
Al ver esto, los fariseos le dijeron: «Mira que tus discípulos hacen lo que no esta permitido en sábado».
Pero Él les respondió: «¿No han leído lo que hizo David, cuando él y sus compañeros tuvieron hambre, cómo entró en la Casa de Dios y comieron los panes de la ofrenda, que no les estaba permitido comer ni a él ni a sus compañeros, sino solamente a los sacerdotes?
¿Y no han leído también en la Ley, que los sacerdotes, en el Templo, violan el descanso del sábado, sin incurrir en falta?
Ahora bien, Yo les digo que aquí hay alguien más grande que el Templo. Si hubieran comprendido lo que significa "prefiero la misericordia al sacrificio", no condenarían a los inocentes. Porque el Hijo del hombre es dueño del sábado».
Compartiendo la Palabra
Estamos llegando casi al fin de semana, falta muy poco para dejar nuestras tareas comunes de lado y comenzar un par de días dedicados al Señor. A lo mejor tenemos que salir a compartir la palabra en algún lugar, o participar de algún evento parroquial o de la institución a la que pertenecemos. Bien sea lo que te toque realizar en servicio de nuestra Iglesia, te invito hoy a que juntos oremos y meditemos el Evangelio, para prepararnos concienzudamente como Jesús lo quiere y nos lo ha mandado a realizar.
Es por eso que te animo a que comencemos esta oración, con la búsqueda de la comodidad y relajación para entregarnos enteramente a la Palabra de Dios, aunque bien sabemos que es difícil encontrar un lugar para tomarnos esta pausa diaria, tampoco es imposible apartarnos un momento del mundo, para meditar lo que el Señor nos está pidiendo en nuestras vidas.
Te propongo que comencemos con la siguiente plegaria:
"Te pido Señor que me regales Fe para comenzar este momento de oración y que esta lectura sea un instrumento tuyo para inspirarme lo que Tu Voluntad me está solicitando el día de hoy."
Puntos para la Oración
JESÚS ESTÁ PASANDO. Nos cuenta el Evangelio que el Maestro está en movimiento con sus apóstoles, trasladándose de un lugar a otro. A lo largo de los relatos evangélicos, Jesús constantemente se encuentra en un movimiento continuo, pero no en soledad, sino junto a aquellos que han decidido seguirlo. Esta faceta misionera de Jesús es emergente a la Gracia que lleva consigo, ya que debe ser esparcida por doquier, para que esa semilla germine en aquellos corazones que se han preparado convenientemente para recibir la Palabra de Dios y ponerla en práctica. Y siempre Jesús está pasando delante de nuestra vidas. Y siempre se nos está corriendo de un lugar a otro, para que nuestras almas se mantengan en un vilo prudente y de dinámica permanente para acatar el llamado de Dios. Esto nos sirve para meditar que Dios no es una propiedad o una pertenencia nuestra y por lo tanto debemos estar atentos hacia donde quiere Él invitarnos a seguirlo, y así ser dóciles compañeros en este caminar hacia el Reino.
EL CUMPLIMIENTO. En nuestra vida cristiana, sobre todo cuando pertenecemos a algunos círculos de la Iglesia, es frecuente que vayamos acumulando conocimientos, datos y mucha letra, pero que a la larga terminan vaciándose en su contenido. Es un saber que no se encarna y que nos aleja de Dios y de nuestros hermanos, porque ha perdido la funcionalidad para el cual, en su momento fue brindado. Así vamos sumando reuniones, cursos de formación, encuentros, seminarios, etc., pero cada vez estamos más atentos a las normas, que a las necesidades de nuestros hermanos. Si mi vida comunitaria, mi acción misionera, mi ministerio parroquial o mi rol misionero, no está orientado a que no haya exclusiones y que cada tarea sirva para la liberación de toda atadura, en orden a la santidad, todo aquello que realice, no tendrá sentido, puesto que estaremos caminando en el sentido contrario de las enseñanzas del Maestro. Es así que podemos contemplar que una de las preocupaciones que tiene Jesús, es que conozcamos realmente al Dios verdadero, más allá de las interpretaciones humanas y las acumulaciones de ritos. Cuando la Palabra es vivida y compartida, se hace carne en nosotros e instrumento de redención para nuestros hermanos.
JESÚS POR SOBRE TODA LEY. Cristo nos dice que Él es la Verdad y también nos enseña que la Verdad nos hace libres. De estas dos afirmaciones que escuchamos de Jesús, podemos intuir que cualquier tipo de esclavitud a la que nos sometamos (incluso en su nombre), no es querida por Dios. Siendo así, debemos revisar nuestra actitud en la vida eclesial y el comportamiento que tenemos hacia el prójimo, para no caer en una imagen desvirtuada de Cristo, que nos hará mucho mal a nosotros y nos arrastrará a predicar la existencia de un Dios que no existe. Debemos preguntarnos que lugar ocupa Jesús en nuestra concepción de la vida, y si ese Jesús es el Salvador que vino a ofrecerse a todos, sin importar la erudición de la persona, o status social, o nivel económico. Los instrumentos que poseemos a nuestro alcance en la Iglesia deben ser herramientas que nos lleven a unirnos entre todos y a encontrarnos con Cristo, y si por el contrario, esto no ocurre, tendremos que discernir que es lo que haría Él y como lo haría, para proceder de esa manera y no ser piedra de escándalo para nuestros hermanos.
COMUNIDADES MISERICORDIOSAS. Debemos trabajar intensamente en la construcción de espacios que reflejen el Amor que Dios tiene por el hombre. Cada grupo eclesial debe ser un espejo de la Misericordia del Padre en este mundo. Si una comunidad cristiana no tiene como premisa representar fielmente a Dios, para que todos puedan encontrar en ella una parte del Reino ¿Para que existe? Porque una comunidad puede estar muy bien delineada, con roles y cargos, estatutos y manuales, con actividades y apostolados, con asistencia perfecta a todo el quehacer eclesial, pero si no responde con su testimonio de vida y coherencia en cada ámbito que se mueva, dificilmente se podrá decir que es cristiana. Nuestras comunidades deben estar siempre abiertas, para que libremente sus integrantes puedan ingresar o marcharse si así lo desean, debe ser un lugar donde cada uno pueda encontrarse con el Señor y explotar los dones que Él le regaló. Miremos hacia adentro y lo invitemos a Cristo a que participe de nuestras reuniones y decisiones, para que así nuestra Iglesia crezca con testimonios de Amor y perseverancia en el afán por el Reino.
Imagen para contemplar
Hoy Jesús entra dentro nuestras comunidades y nos llama la atención por algunas cosas que estamos haciendo mal.
¿Que aspectos debemos corregir? ¿Que cosas nos propone Jesús?
Conclusión
Hagamos el firme propósito de actuar misericordiosamente en todos los ámbitos de nuestra vida y busquemos ser instrumentos en las manos de Dios, para conducir a nuestros hermanos a conocerlo y gustar de su Amor.
Gloria al Padre, Gloria al Hijo y Gloria al Espíritu Santo. Amén.
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