IV DOMINGO DE ADVIENTO - CICLO B: Hacerse cristiano es el aprendizaje lento y voluntarioso (Lc 1,26-38)

Publicado por Misioneros Monfortanos

En este domingo ya cercano a la Navidad, estamos invitados a dejarnos maravillar por el misterio de la Anunciación, misterio tan querido por el P. de Montfort. Este Niño cuyo nacimiento vamos a celebrar viene para revelarnos el misterio escondido desde el comienzo. Misterio escondido en el desarrollo de la historia humana.

La encarnación ha empezado cuando Dios puso en el ser humano su imagen y semejanza. Sigue realizándose a lo largo de los siglos para llegar a su perfección. Cuando los tiempos llegaron a su cumplimiento, el misterio –este niño escondido de nuestra historia – se manifestó, y Jesús vino a nosotros, en nosotros. Desde luego, él ha cogido nuestra humanidad – nos ha cogido – pero nosotros hemos de agarrarlo también, de juntarnos a él. Es que este niño ha de crecer en nosotros. Pero no puede crecer en cada uno sino haciendo de cada uno un solo cuerpo cuyo lazo es el amor.

El relato de la Anunciación es muy rico y nos presenta muchas facetas. La Anunciación sigue la lógica de la Alianza. Para venir en medio de los hombres, Dios necesita el acuerdo de éstos. No se trata sólo de un anuncio sino de una petición.. María es el “sí” que la humanidad comunica a la petición de Dios. De una manera que nos escapa siempre, pero del que el relato evangélico nos da el sentido, María tomaconciencia que un cambio de vida, de rumbo le está propuesto. Ahora nada será como antes.

La perspectiva de lo nuevo, y sobre todo del don que Dios nos hace, nos pone a prueba. A igual que todo ser humano, María tuvo que pasar del miedo (v. 29 y 30) a la fe en la palabra (v. 38). “Ella se turbó ante estas palabras”… Dios es siempre novedad, inesperado. Se ofrece, y nosotros podemos acogerlo. Para que Dios venga a los hombres en la persona de Jesús, hacía falta el “sí” de María, su aceptación, su compromiso para el futuro: el “sí” de María es la primera palabra de la Iglesia.

El relato hace resaltar este paso del miedo a la fe, y este es el itinerario que todos hemos de recorrer. Es condición de nuestra relación filial con Dios, en Cristo. María vive un sino único, pero no olvidemos que toda fecundidad, todo nacimiento vienen de Dios. María recibe el ser “la llena de gracia” o la “amada de Dios”. Nosotros, bautizados, Dios nos llama, por modos muy diversos, a entender y a construir nuestra existencia en la entrega de un “sí” y bajo la señal de un riesgo: aprender, a lo largo de los años, a saber acoger y a entregarse… entregarse plenamente en el matrimonio… comprometer toda la vida en comunidad con otros, al estilo de tal o cual testigo de la fe… Hacerse cristiano es el aprendizaje lento y voluntarioso, pero fecundo, de una vida dada prometedora de fecundidad.

Oración : Política plural

La mentira siempre nos deja desnudos.
Adán y Eva acaban perdiendo la confianza
en Dios y en ellos mismos.
Ya no pueden gozar
de la brisa de la tarde con el Señor.
Se han convertido en personas importantes
y no pueden perder el tiempo en espiritualidades.
Gracias, Señor, porque,
conociéndonos como nos conoces,
no sólo sigues confiando en nosotros.
Te haces niño para recordamos que nos necesitas
para seguir cuidando el mundo
y ayudar a las personas.
El evangelio de hoy
nos anima a dedicar un tiempo a la oración.
María pudo decir sí porque escuchó a Dios.
Hablaba con Él como tú y yo hablamos
con las personas amadas.
Aunque estén lejos, siempre están presentes.
Sabemos sus ilusiones y deseos.
Mantener la presencia de Dios en nosotros
nos ayudará a dar la respuesta correcta
a las necesidades del mundo de hoy.