Abrám tenía muchas riquezas en ganado, plata y oro. Lot, que acompañaba a Abrám, también tenía ovejas, vacas y carpas. y como los dos tenían demasiadas riquezas, no había espacio suficiente para que pudieran habitar juntos. Por eso, se produjo un altercado entre los pastores de Abrám y los de Lot. En ese tiempo, los cananeos y los perizitas ocupaban el país.
Abrám dijo a Lot: «No quiero que haya altercados entre nosotros dos, ni tampoco entre tus pastores y los míos, porque somos hermanos. ¿No tienes todo el país por delante? Sepárate de mí: si tú vas hacia la izquierda, yo iré hacia la derecha; y si tú vas hacia la derecha, yo iré hacia la izquierda».
Lot dirigió una mirada a su alrededor, y vio que toda la región baja del Jordán, hasta llegar a Soar, estaba tan bien regada como el Jardín del Señor o como la tierra de Egipto. Esto era antes que el Señor destruyera a Sodoma y Gomorra. Entonces Lot eligió para sí toda la región baja del Jordán y se dirigió hacia el este. Así se separaron el uno del otro: Abrám permaneció en Canaán, mientras que Lot se estableció entre las ciudades de la región baja, poniendo su campamento cerca de Sodoma. Pero los habitantes de Sodoma eran perversos y pecaban gravemente contra el Señor.
El Señor dijo a Abrám, después que Lot se separó de él: «Levanta los ojos, y desde el lugar donde estás, mira hacia el norte y el sur, hacia el este y el oeste, porque toda la tierra que alcances a ver, te la daré a ti y a tu descendencia para siempre. Yo haré que tu descendencia sea numerosa como el polvo de la tierra. Si alguien puede contar los granos de polvo, también podrá contar tu descendencia. Ahora recorre el país a lo largo y a lo ancho, porque Yo te lo daré».
Entonces Abrám trasladó su campamento y fue a establecerse junto al encinar de Mamré, que está en Hebrón. Allí erigió un altar al Señor.
R. ¿Quién habitará en tu casa, Señor?
El que procede rectamente
y practica la justicia;
el que dice la verdad de corazón
y no calumnia con su lengua. R.
El que no hace mal a su prójimo
ni agravia a su vecino,
el que no estima a quien Dios reprueba
y honra a los que temen al Señor. R.
El que no se retracta de lo que juró
aunque salga perjudicado;
el que no presta su dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que procede así nunca vacilará. R.
Jesús dijo a sus discípulos:
No den las cosas sagradas a los perros, ni arrojen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen y después se vuelvan contra ustedes para destrozarlos.
Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en esto consiste la Ley y los Profetas.
Entren por la puerta estrecha, porque es ancha la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que van por allí. Pero es angosta la puerta y estrecho el camino que lleva a la Vida, y son pocos los que lo encuentran.
INVOCACIÓN INICIAL
V. Señor, abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.
INVITATORIO
Ant. Al Señor, al Dios grande, venid, adorémosle.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: ESTÁTE, SEÑOR, CONMIGO.
Estáte, Señor, conmigo
siempre, sin jamás partirte,
y cuando decidas irte,
llévame, Señor, contigo;
porque el pensar que te irás
me causa un terrible miedo
de si yo sin ti me quedo,
de si tú sin mí te vas.
Llévame en tu compañía
donde tu vayas, Jesús,
porque bien sé que eres tú
la vida del alma mía;
si tú vida no me das
yo sé que vivir no puedo,
ni si yo sin ti me quedo,
ni si tú sin mí te vas.
Por eso, más que a la muerte
temo, Señor, tu partida,
y quiero perder la vida
mil veces más que perderte;
pues la inmortal que tú das,
sé que alcanzarla no puedo,
cuando yo sin ti me quedo,
cuando tú sin mí te vas. Amén.
SALMODIA
Ant. 1. Para ti es mi música, Señor; voy a explicar el camino perfecto.
Salmo 100 - PROPÓSITO DE UN PRÍNCIPE JUSTO
Voy a cantar la bondad y la justicia,
para ti es mi música, Señor;
voy a explicar el camino perfecto:
¿Cuándo vendrás a mí?
Andaré con rectitud de corazón
dentro de mi casa;
no pondré mis ojos
en intenciones viles.
Aborrezco al que obra mal,
no se juntará conmigo;
lejos de mí el corazón torcido,
no aprobaré al malvado.
Al que en secreto difama a su prójimo
lo haré callar;
ojos engreídos, corazones arrogantes
no los soportaré.
Pongo mis ojos en los que son leales,
ellos vivirán conmigo;
el que sigue un camino perfecto,
ése me servirá.
No habitará en mi casa
quien comete fraudes;
el que dice mentiras
no durará en mi presencia.
Cada mañana haré callar
a los hombres malvados,
para excluir de la ciudad del Señor
a todos los malhechores.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Para ti es mi música, Señor; voy a explicar el camino perfecto.
Ant. 2. No nos desampares, Señor, para siempre.
Cántico: ORACIÓN DE AZARÍAS EN EL HORNO Dn. 3, 26-27. 29. 34-41
Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres,
digno de alabanza y glorioso es tu nombre.
Porque eres justo en cuanto has hecho con nosotros
y todas tus obras son verdad,
y rectos tus caminos,
y justos todos tus juicios.
Hemos pecado y cometido iniquidad
apartándonos de ti, y en todo hemos delinquido.
Por el honor de tu nombre,
no nos desampares para siempre,
no rompas tu alianza,
no apartes de nosotros tu misericordia.
Por Abraham, tu amigo,
por Isaac, tu siervo,
por Israel, tu consagrado,
a quienes prometiste
multiplicar su descendencia
como las estrellas del cielo,
como la arena de las playas marinas.
Pero ahora, Señor, somos el más pequeño
de todos los pueblos;
hoy estamos humillados por toda la tierra
a causa de nuestros pecados.
En este momento no tenemos príncipes,
ni profetas, ni jefes;
ni holocausto, ni sacrificios,
ni ofrendas, ni incienso;
ni un sitio donde ofrecerte primicias,
para alcanzar misericordia.
Por eso, acepta nuestro corazón contrito,
y nuestro espíritu humilde,
como un holocausto de carneros y toros
o una multitud de corderos cebados;
que éste sea hoy nuestro sacrificio,
y que sea agradable en tu presencia:
porque los que en ti confían
no quedan defraudados.
Ahora te seguimos de todo corazón,
te respetamos y buscamos tu rostro.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. No nos desampares, Señor, para siempre.
Ant. 3. Te cantaré, Dios mío, un cántico nuevo.
Salmo 143, 1-10 - ORACIÓN POR LA VICTORIA Y POR LA PAZ
Bendito el Señor, mi Roca,
que adiestra mis manos para el combate,
mis dedos para la pelea;
mi bienhechor, mi alcázar,
baluarte donde me pongo a salvo,
mi escudo y mi refugio,
que me somete los pueblos.
Señor, ¿qué es el hombre para que te fijes en él?
¿Qué los hijos de Adán para que pienses en ellos?
El hombre es igual que un soplo;
sus días, una sombra que pasa.
Señor, inclina tu cielo y desciende,
toca los montes, y echarán humo,
fulmina el rayo y dispérsalos,
dispara tus saetas y desbarátalos.
Extiende la mano desde arriba:
defiéndeme, líbrame de las aguas caudalosas,
de la mano de los extranjeros,
cuya boca dice falsedades,
cuya diestra jura en falso.
Dios mío, te cantaré un cántico nuevo,
tocaré para ti el arpa de diez cuerdas:
para ti que das la victoria a los reyes,
y salvas a David, tu siervo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Te cantaré, Dios mío, un cántico nuevo.
LECTURA BREVE Is 55, 1
Oíd, sedientos todos, acudid por agua, también los que no tenéis dinero: venid, comprad trigo, comed sin pagar: vino y leche de balde.
RESPONSORIO BREVE
V. Escucha mi voz, Señor; espero en tu palabra.
R. Escucha mi voz, Señor; espero en tu palabra.
V. Me adelanto a la aurora pidiendo auxilio.
R. Espero en tu palabra.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Escucha mi voz, Señor; espero en tu palabra.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. De la mano de nuestros enemigos, líbranos, Señor.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamaran Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. De la mano de nuestros enemigos, líbranos, Señor.
PRECES
Dios nos otorga el gozo de poder alabarlo en este comienzo del día, reavivando con ello nuestra esperanza. Invoquémosle, pues, diciendo:
Por el honor de tu nombre, escúchanos, Señor.
Dios y Padre de nuestro Salvador Jesucristo,
te damos gracias porque, por mediación de tu Hijo, nos has dado el conocimiento y la inmortalidad.
Danos, Señor, un corazón humilde
para que vivamos sujetos unos a otros en el temor de Cristo.
Infunde tu Espíritu en nosotros, tus siervos,
para que nuestro amor fraterno sea sin fingimiento.
Tú que has dispuesto que el hombre dominara el mundo con su esfuerzo,
haz que nuestro trabajo te glorifique y santifique a nuestros hermanos.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
Ya que Dios nos muestra siempre su amor de Padre, velando amorosamente por nosotros, nos atrevemos a decir:
Padre nuestro...
ORACIÓN
Aumenta, Señor, nuestra fe, para que esta alabanza que brota de nuestro corazón vaya siempre acompañada de frutos de vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: PROFETA DE SOLEDADES
Profeta de soledades,
labio hiciste de tus iras
para fustigar mentiras
y para gritar verdades.
Desde el vientre escogido
fuiste tú el pregonero,
para anunciar al mundo
la presencia del Verbo.
El desierto encendido
fue tu ardiente maestro,
para allanar montañas
y encender los senderos.
Cuerpo de duro roble,
alma azul de silencio;
miel silvestre de rocas
y un jubón de camello.
No fuiste, Juan, la caña
tronchada por el viento;
sí la palabra ardiente
tu palabra de acero.
En el Jordán lavaste
al más puro Cordero,
que apacienta entre lirios
y duerme en los almendros.
En tu figura hirsuta
se esperanzó tu pueblo:
para una raza nueva
abriste cielos nuevos.
Sacudiste el azote
ante el poder soberbio;
y ante el Sol que nacía
se apagó tu lucero.
Por fin, en un banquete
y en el placer de un ebrio,
el vino de tu sangre
santificó el desierto.
Profeta de soledades,
labio hiciste de tus iras
para fustigar mentiras
y para gritar verdades. Amén.
SALMODIA
Ant. 1. Isabel, esposa de Zacarías, dio a luz a un gran hombre: Juan Bautista, el precursor del Señor.
Salmo 112 - ALABADO SEA EL NOMBRE DEL SEÑOR
Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.
El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra?
Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Isabel, esposa de Zacarías, dio a luz a un gran hombre: Juan Bautista, el precursor del Señor.
Ant. 2. El precursor del Señor, Juan Bautista, nació del vientre de una anciana estéril.
Salmo 145 - FELICIDAD DE LOS QUE ESPERAN EN DIOS.
Alaba, alma mía, al Señor:
alabaré al Señor mientras viva,
tañeré para mi Dios mientras exista.
No confiéis en los príncipes,
seres de polvo que no pueden salvar;
exhalan el espíritu y vuelven al polvo,
ese día perecen sus planes.
Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,
el que espera en el Señor, su Dios,
que hizo el cielo y la tierra,
el mar y cuanto hay en él;
que mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos,
el Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos.
El Señor guarda a los peregrinos;
sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El precursor del Señor, Juan Bautista, nació del vientre de una anciana estéril.
Ant. 3. Entre los nacidos de mujer no ha surgido nadie mayor que Juan Bautista.
EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN - Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Entre los nacidos de mujer no ha surgido nadie mayor que Juan Bautista.
LECTURA BREVE Hch 13, 23-25
Según lo prometido, Dios sacó para Israel de la descendencia de David un salvador, Jesús. Y su precursor fue Juan. Ya éste, antes de presentarse Jesús, había predicado a todo el pueblo de Israel un bautismo como señal de arrepentimiento. Y, cuando estaba para terminar su misión, solía decir: «No soy yo el que vosotros os imagináis. Pero, mirad, viene otro después de mí; y yo no soy digno de desatar su calzado.»
RESPONSORIO BREVE
V. Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas.
R. Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas.
V. El que viene después de mí ya existía antes que yo.
R. Enderezad sus sendas.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Cuando entró Zacarías en el santuario del Señor, se le apareció el ángel Gabriel, de pie a la derecha del altar del incienso.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Cuando entró Zacarías en el santuario del Señor, se le apareció el ángel Gabriel, de pie a la derecha del altar del incienso.
PRECES
Oremos confiados al Señor, que eligió a Juan Bautista para anunciar a los hombres el reino de Cristo, y digámosle:
Guía, Señor, nuestros pasos por el camino de la paz.
Tú, Señor, que llamaste a Juan cuando estaba aún en las entrañas maternas y lo elegiste para que preparara los caminos de tu Hijo,
danos ánimos para seguir siempre a Cristo con la misma fidelidad con que Juan lo precedió.
Tú que concediste al Bautista reconocer al Cordero de Dios,
concede a la Iglesia anunciar a Cristo de tal manera que los hombres de nuestro tiempo puedan reconocerlo.
Tú que dispusiste que Juan menguase y que Cristo creciera,
enséñanos a saber humillarnos, para que brille Cristo a los ojos de los hombres.
Tú que, por el martirio de Juan, quisiste manifestar la justicia,
concédenos testificar tu verdad con valentía, sin temor a la tribulación.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
Acuérdate, Señor, de los que han salido ya de este mundo
y colócalos en el reino de la luz y de la paz.
Dirijamos nuestra oración al Padre que está en los cielos, diciendo:
Padre nuestro...
ORACIÓN
Dios todopoderoso, haz que tu pueblo, siguiendo las exhortaciones de san Juan Bautista, progrese por las sendas de la salvación y llegue así, con seguridad, al encuentro del Mesías, anunciado por el santo precursor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
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COMPLETAS
(Oración antes del descanso nocturno)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
EXAMEN DE CONCIENCIA
Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos,
que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.
V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
Himno: CUANDO LA LUZ DEL SOL ES YA PONIENTE
Cuando la luz del sol es ya poniente,
gracias, Señor, es nuestra melodía;
recibe, como ofrenda, amablemente,
nuestro dolor, trabajo y alegría.
Si poco fue el amor en nuestro empeño
de darle vida al día que fenece,
convierta en realidad lo que fue un sueño
tu gran amor que todo lo engrandece.
Tu cruz, Señor, redime nuestra suerte
de pecadora en justa, e ilumina
la senda de la vida y de la muerte
del hombre que en la fe lucha y camina.
Jesús, Hijo del Padre, cuando avanza
la noche oscura sobre nuestro día,
concédenos la paz y la esperanza
de esperar cada noche tu gran día. Amén.
SALMODIA
Ant. 1. Ten piedad de mí, Señor, y escucha mi oración.
Salmo 4 - ACCIÓN DE GRACIAS.
Escúchame cuando te invoco, Dios, defensor mío;
tú que en el aprieto me diste anchura,
ten piedad de mí y escucha mi oración.
Y vosotros, ¿hasta cuándo ultrajaréis mi honor,
amaréis la falsedad y buscaréis el engaño?
Sabedlo: el Señor hizo milagros en mi favor,
y el Señor me escuchará cuando lo invoque.
Temblad y no pequéis, reflexionad
en el silencio de vuestro lecho;
ofreced sacrificios legítimos
y confiad en el Señor.
Hay muchos que dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha,
si la luz de tu rostro ha huido de nosotros?»
Pero tú, Señor, has puesto en mi corazón más alegría
que si abundara en trigo y en vino.
En paz me acuesto y en seguida me duermo,
porque tú sólo, Señor, me haces vivir tranquilo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Ten piedad de mí, Señor, y escucha mi oración.
Ant. 2. Durante la noche, bendecid al Señor.
Salmo 133 - ORACIÓN VESPERTINA EN EL TEMPLO
Y ahora bendecid al Señor,
los siervos del Señor,
los que pasáis la noche
en la casa del Señor:
Levantad las manos hacia el santuario,
y bendecid al Señor.
El Señor te bendiga desde Sión:
el que hizo cielo y tierra.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Durante la noche, bendecid al Señor.
LECTURA BREVE Dt 6,4-7
Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas. Las palabras que hoy te digo quedarán en tu memoria; se las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado.
RESPONSORIO BREVE
V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
V. Tú, el Dios leal, nos librarás.
R. Te encomiendo mi espíritu.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
CÁNTICO DE SIMEÓN Lc 2, 29-32
Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz,
porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos
luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
ORACIÓN
OREMOS,
Visita, Señor, esta habitación: aleja de ella las insidias del enemigo; que tus santos ángeles habiten en ella y nos guarden en paz y que tu bendición permanezca siempre con nosotros. Por Cristo nuestro Señor.
Amén
BENDICIÓN
V. El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
R. Amén.
ANTÍFONA FINAL DE LA SANTÍSIMA VIRGEN
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra,
Dios te salve.
A ti llamamos los desterrados hijos de Eva,
a ti suspiramos , gimiendo y llorando
en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clemente, oh piadosa,
oh dulce Virgen María!
Abrám dijo a Lot: «No quiero que haya altercados entre nosotros dos, ni tampoco entre tus pastores y los míos, porque somos hermanos. ¿No tienes todo el país por delante? Sepárate de mí: si tú vas hacia la izquierda, yo iré hacia la derecha; y si tú vas hacia la derecha, yo iré hacia la izquierda».
Lot dirigió una mirada a su alrededor, y vio que toda la región baja del Jordán, hasta llegar a Soar, estaba tan bien regada como el Jardín del Señor o como la tierra de Egipto. Esto era antes que el Señor destruyera a Sodoma y Gomorra. Entonces Lot eligió para sí toda la región baja del Jordán y se dirigió hacia el este. Así se separaron el uno del otro: Abrám permaneció en Canaán, mientras que Lot se estableció entre las ciudades de la región baja, poniendo su campamento cerca de Sodoma. Pero los habitantes de Sodoma eran perversos y pecaban gravemente contra el Señor.
El Señor dijo a Abrám, después que Lot se separó de él: «Levanta los ojos, y desde el lugar donde estás, mira hacia el norte y el sur, hacia el este y el oeste, porque toda la tierra que alcances a ver, te la daré a ti y a tu descendencia para siempre. Yo haré que tu descendencia sea numerosa como el polvo de la tierra. Si alguien puede contar los granos de polvo, también podrá contar tu descendencia. Ahora recorre el país a lo largo y a lo ancho, porque Yo te lo daré».
Entonces Abrám trasladó su campamento y fue a establecerse junto al encinar de Mamré, que está en Hebrón. Allí erigió un altar al Señor.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL 14, 2-4b. 5
R. ¿Quién habitará en tu casa, Señor?
El que procede rectamente
y practica la justicia;
el que dice la verdad de corazón
y no calumnia con su lengua. R.
El que no hace mal a su prójimo
ni agravia a su vecino,
el que no estima a quien Dios reprueba
y honra a los que temen al Señor. R.
El que no se retracta de lo que juró
aunque salga perjudicado;
el que no presta su dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que procede así nunca vacilará. R.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 7, 6. 12-14
Jesús dijo a sus discípulos:
No den las cosas sagradas a los perros, ni arrojen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen y después se vuelvan contra ustedes para destrozarlos.
Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en esto consiste la Ley y los Profetas.
Entren por la puerta estrecha, porque es ancha la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que van por allí. Pero es angosta la puerta y estrecho el camino que lleva a la Vida, y son pocos los que lo encuentran.
Palabra del Señor.
LITURGIA DE LAS HORAS
TIEMPO ORDINARIO
MARTES DE LA SEMANA XII
De la feria. Salterio IV. I vísperas de la solemnidad de San Juan Bautista
23 de Junio
LAUDES
(Oración de la mañana)
TIEMPO ORDINARIO
MARTES DE LA SEMANA XII
De la feria. Salterio IV. I vísperas de la solemnidad de San Juan Bautista
23 de Junio
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Señor, abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.
INVITATORIO
Ant. Al Señor, al Dios grande, venid, adorémosle.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: ESTÁTE, SEÑOR, CONMIGO.
Estáte, Señor, conmigo
siempre, sin jamás partirte,
y cuando decidas irte,
llévame, Señor, contigo;
porque el pensar que te irás
me causa un terrible miedo
de si yo sin ti me quedo,
de si tú sin mí te vas.
Llévame en tu compañía
donde tu vayas, Jesús,
porque bien sé que eres tú
la vida del alma mía;
si tú vida no me das
yo sé que vivir no puedo,
ni si yo sin ti me quedo,
ni si tú sin mí te vas.
Por eso, más que a la muerte
temo, Señor, tu partida,
y quiero perder la vida
mil veces más que perderte;
pues la inmortal que tú das,
sé que alcanzarla no puedo,
cuando yo sin ti me quedo,
cuando tú sin mí te vas. Amén.
SALMODIA
Ant. 1. Para ti es mi música, Señor; voy a explicar el camino perfecto.
Salmo 100 - PROPÓSITO DE UN PRÍNCIPE JUSTO
Voy a cantar la bondad y la justicia,
para ti es mi música, Señor;
voy a explicar el camino perfecto:
¿Cuándo vendrás a mí?
Andaré con rectitud de corazón
dentro de mi casa;
no pondré mis ojos
en intenciones viles.
Aborrezco al que obra mal,
no se juntará conmigo;
lejos de mí el corazón torcido,
no aprobaré al malvado.
Al que en secreto difama a su prójimo
lo haré callar;
ojos engreídos, corazones arrogantes
no los soportaré.
Pongo mis ojos en los que son leales,
ellos vivirán conmigo;
el que sigue un camino perfecto,
ése me servirá.
No habitará en mi casa
quien comete fraudes;
el que dice mentiras
no durará en mi presencia.
Cada mañana haré callar
a los hombres malvados,
para excluir de la ciudad del Señor
a todos los malhechores.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Para ti es mi música, Señor; voy a explicar el camino perfecto.
Ant. 2. No nos desampares, Señor, para siempre.
Cántico: ORACIÓN DE AZARÍAS EN EL HORNO Dn. 3, 26-27. 29. 34-41
Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres,
digno de alabanza y glorioso es tu nombre.
Porque eres justo en cuanto has hecho con nosotros
y todas tus obras son verdad,
y rectos tus caminos,
y justos todos tus juicios.
Hemos pecado y cometido iniquidad
apartándonos de ti, y en todo hemos delinquido.
Por el honor de tu nombre,
no nos desampares para siempre,
no rompas tu alianza,
no apartes de nosotros tu misericordia.
Por Abraham, tu amigo,
por Isaac, tu siervo,
por Israel, tu consagrado,
a quienes prometiste
multiplicar su descendencia
como las estrellas del cielo,
como la arena de las playas marinas.
Pero ahora, Señor, somos el más pequeño
de todos los pueblos;
hoy estamos humillados por toda la tierra
a causa de nuestros pecados.
En este momento no tenemos príncipes,
ni profetas, ni jefes;
ni holocausto, ni sacrificios,
ni ofrendas, ni incienso;
ni un sitio donde ofrecerte primicias,
para alcanzar misericordia.
Por eso, acepta nuestro corazón contrito,
y nuestro espíritu humilde,
como un holocausto de carneros y toros
o una multitud de corderos cebados;
que éste sea hoy nuestro sacrificio,
y que sea agradable en tu presencia:
porque los que en ti confían
no quedan defraudados.
Ahora te seguimos de todo corazón,
te respetamos y buscamos tu rostro.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. No nos desampares, Señor, para siempre.
Ant. 3. Te cantaré, Dios mío, un cántico nuevo.
Salmo 143, 1-10 - ORACIÓN POR LA VICTORIA Y POR LA PAZ
Bendito el Señor, mi Roca,
que adiestra mis manos para el combate,
mis dedos para la pelea;
mi bienhechor, mi alcázar,
baluarte donde me pongo a salvo,
mi escudo y mi refugio,
que me somete los pueblos.
Señor, ¿qué es el hombre para que te fijes en él?
¿Qué los hijos de Adán para que pienses en ellos?
El hombre es igual que un soplo;
sus días, una sombra que pasa.
Señor, inclina tu cielo y desciende,
toca los montes, y echarán humo,
fulmina el rayo y dispérsalos,
dispara tus saetas y desbarátalos.
Extiende la mano desde arriba:
defiéndeme, líbrame de las aguas caudalosas,
de la mano de los extranjeros,
cuya boca dice falsedades,
cuya diestra jura en falso.
Dios mío, te cantaré un cántico nuevo,
tocaré para ti el arpa de diez cuerdas:
para ti que das la victoria a los reyes,
y salvas a David, tu siervo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Te cantaré, Dios mío, un cántico nuevo.
LECTURA BREVE Is 55, 1
Oíd, sedientos todos, acudid por agua, también los que no tenéis dinero: venid, comprad trigo, comed sin pagar: vino y leche de balde.
RESPONSORIO BREVE
V. Escucha mi voz, Señor; espero en tu palabra.
R. Escucha mi voz, Señor; espero en tu palabra.
V. Me adelanto a la aurora pidiendo auxilio.
R. Espero en tu palabra.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Escucha mi voz, Señor; espero en tu palabra.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. De la mano de nuestros enemigos, líbranos, Señor.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamaran Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. De la mano de nuestros enemigos, líbranos, Señor.
PRECES
Dios nos otorga el gozo de poder alabarlo en este comienzo del día, reavivando con ello nuestra esperanza. Invoquémosle, pues, diciendo:
Por el honor de tu nombre, escúchanos, Señor.
Dios y Padre de nuestro Salvador Jesucristo,
te damos gracias porque, por mediación de tu Hijo, nos has dado el conocimiento y la inmortalidad.
Danos, Señor, un corazón humilde
para que vivamos sujetos unos a otros en el temor de Cristo.
Infunde tu Espíritu en nosotros, tus siervos,
para que nuestro amor fraterno sea sin fingimiento.
Tú que has dispuesto que el hombre dominara el mundo con su esfuerzo,
haz que nuestro trabajo te glorifique y santifique a nuestros hermanos.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
Ya que Dios nos muestra siempre su amor de Padre, velando amorosamente por nosotros, nos atrevemos a decir:
Padre nuestro...
ORACIÓN
Aumenta, Señor, nuestra fe, para que esta alabanza que brota de nuestro corazón vaya siempre acompañada de frutos de vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
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I VÍSPERAS
Oración de la tarde
I VÍSPERAS
Oración de la tarde
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: PROFETA DE SOLEDADES
Profeta de soledades,
labio hiciste de tus iras
para fustigar mentiras
y para gritar verdades.
Desde el vientre escogido
fuiste tú el pregonero,
para anunciar al mundo
la presencia del Verbo.
El desierto encendido
fue tu ardiente maestro,
para allanar montañas
y encender los senderos.
Cuerpo de duro roble,
alma azul de silencio;
miel silvestre de rocas
y un jubón de camello.
No fuiste, Juan, la caña
tronchada por el viento;
sí la palabra ardiente
tu palabra de acero.
En el Jordán lavaste
al más puro Cordero,
que apacienta entre lirios
y duerme en los almendros.
En tu figura hirsuta
se esperanzó tu pueblo:
para una raza nueva
abriste cielos nuevos.
Sacudiste el azote
ante el poder soberbio;
y ante el Sol que nacía
se apagó tu lucero.
Por fin, en un banquete
y en el placer de un ebrio,
el vino de tu sangre
santificó el desierto.
Profeta de soledades,
labio hiciste de tus iras
para fustigar mentiras
y para gritar verdades. Amén.
SALMODIA
Ant. 1. Isabel, esposa de Zacarías, dio a luz a un gran hombre: Juan Bautista, el precursor del Señor.
Salmo 112 - ALABADO SEA EL NOMBRE DEL SEÑOR
Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.
El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra?
Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Isabel, esposa de Zacarías, dio a luz a un gran hombre: Juan Bautista, el precursor del Señor.
Ant. 2. El precursor del Señor, Juan Bautista, nació del vientre de una anciana estéril.
Salmo 145 - FELICIDAD DE LOS QUE ESPERAN EN DIOS.
Alaba, alma mía, al Señor:
alabaré al Señor mientras viva,
tañeré para mi Dios mientras exista.
No confiéis en los príncipes,
seres de polvo que no pueden salvar;
exhalan el espíritu y vuelven al polvo,
ese día perecen sus planes.
Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,
el que espera en el Señor, su Dios,
que hizo el cielo y la tierra,
el mar y cuanto hay en él;
que mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos,
el Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos.
El Señor guarda a los peregrinos;
sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El precursor del Señor, Juan Bautista, nació del vientre de una anciana estéril.
Ant. 3. Entre los nacidos de mujer no ha surgido nadie mayor que Juan Bautista.
EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN - Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Entre los nacidos de mujer no ha surgido nadie mayor que Juan Bautista.
LECTURA BREVE Hch 13, 23-25
Según lo prometido, Dios sacó para Israel de la descendencia de David un salvador, Jesús. Y su precursor fue Juan. Ya éste, antes de presentarse Jesús, había predicado a todo el pueblo de Israel un bautismo como señal de arrepentimiento. Y, cuando estaba para terminar su misión, solía decir: «No soy yo el que vosotros os imagináis. Pero, mirad, viene otro después de mí; y yo no soy digno de desatar su calzado.»
RESPONSORIO BREVE
V. Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas.
R. Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas.
V. El que viene después de mí ya existía antes que yo.
R. Enderezad sus sendas.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Cuando entró Zacarías en el santuario del Señor, se le apareció el ángel Gabriel, de pie a la derecha del altar del incienso.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Cuando entró Zacarías en el santuario del Señor, se le apareció el ángel Gabriel, de pie a la derecha del altar del incienso.
PRECES
Oremos confiados al Señor, que eligió a Juan Bautista para anunciar a los hombres el reino de Cristo, y digámosle:
Guía, Señor, nuestros pasos por el camino de la paz.
Tú, Señor, que llamaste a Juan cuando estaba aún en las entrañas maternas y lo elegiste para que preparara los caminos de tu Hijo,
danos ánimos para seguir siempre a Cristo con la misma fidelidad con que Juan lo precedió.
Tú que concediste al Bautista reconocer al Cordero de Dios,
concede a la Iglesia anunciar a Cristo de tal manera que los hombres de nuestro tiempo puedan reconocerlo.
Tú que dispusiste que Juan menguase y que Cristo creciera,
enséñanos a saber humillarnos, para que brille Cristo a los ojos de los hombres.
Tú que, por el martirio de Juan, quisiste manifestar la justicia,
concédenos testificar tu verdad con valentía, sin temor a la tribulación.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
Acuérdate, Señor, de los que han salido ya de este mundo
y colócalos en el reino de la luz y de la paz.
Dirijamos nuestra oración al Padre que está en los cielos, diciendo:
Padre nuestro...
ORACIÓN
Dios todopoderoso, haz que tu pueblo, siguiendo las exhortaciones de san Juan Bautista, progrese por las sendas de la salvación y llegue así, con seguridad, al encuentro del Mesías, anunciado por el santo precursor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
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COMPLETAS
(Oración antes del descanso nocturno)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
EXAMEN DE CONCIENCIA
Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos,
que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.
V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
Himno: CUANDO LA LUZ DEL SOL ES YA PONIENTE
Cuando la luz del sol es ya poniente,
gracias, Señor, es nuestra melodía;
recibe, como ofrenda, amablemente,
nuestro dolor, trabajo y alegría.
Si poco fue el amor en nuestro empeño
de darle vida al día que fenece,
convierta en realidad lo que fue un sueño
tu gran amor que todo lo engrandece.
Tu cruz, Señor, redime nuestra suerte
de pecadora en justa, e ilumina
la senda de la vida y de la muerte
del hombre que en la fe lucha y camina.
Jesús, Hijo del Padre, cuando avanza
la noche oscura sobre nuestro día,
concédenos la paz y la esperanza
de esperar cada noche tu gran día. Amén.
SALMODIA
Ant. 1. Ten piedad de mí, Señor, y escucha mi oración.
Salmo 4 - ACCIÓN DE GRACIAS.
Escúchame cuando te invoco, Dios, defensor mío;
tú que en el aprieto me diste anchura,
ten piedad de mí y escucha mi oración.
Y vosotros, ¿hasta cuándo ultrajaréis mi honor,
amaréis la falsedad y buscaréis el engaño?
Sabedlo: el Señor hizo milagros en mi favor,
y el Señor me escuchará cuando lo invoque.
Temblad y no pequéis, reflexionad
en el silencio de vuestro lecho;
ofreced sacrificios legítimos
y confiad en el Señor.
Hay muchos que dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha,
si la luz de tu rostro ha huido de nosotros?»
Pero tú, Señor, has puesto en mi corazón más alegría
que si abundara en trigo y en vino.
En paz me acuesto y en seguida me duermo,
porque tú sólo, Señor, me haces vivir tranquilo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Ten piedad de mí, Señor, y escucha mi oración.
Ant. 2. Durante la noche, bendecid al Señor.
Salmo 133 - ORACIÓN VESPERTINA EN EL TEMPLO
Y ahora bendecid al Señor,
los siervos del Señor,
los que pasáis la noche
en la casa del Señor:
Levantad las manos hacia el santuario,
y bendecid al Señor.
El Señor te bendiga desde Sión:
el que hizo cielo y tierra.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Durante la noche, bendecid al Señor.
LECTURA BREVE Dt 6,4-7
Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas. Las palabras que hoy te digo quedarán en tu memoria; se las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado.
RESPONSORIO BREVE
V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
V. Tú, el Dios leal, nos librarás.
R. Te encomiendo mi espíritu.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
CÁNTICO DE SIMEÓN Lc 2, 29-32
Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz,
porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos
luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
ORACIÓN
OREMOS,
Visita, Señor, esta habitación: aleja de ella las insidias del enemigo; que tus santos ángeles habiten en ella y nos guarden en paz y que tu bendición permanezca siempre con nosotros. Por Cristo nuestro Señor.
Amén
BENDICIÓN
V. El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
R. Amén.
ANTÍFONA FINAL DE LA SANTÍSIMA VIRGEN
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra,
Dios te salve.
A ti llamamos los desterrados hijos de Eva,
a ti suspiramos , gimiendo y llorando
en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clemente, oh piadosa,
oh dulce Virgen María!
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