Publicado por Vocaciones Jesuitas
"Hay momentos en que uno no puede reservarse". Así se expresaba el P.Arrupe al comentar las razones que le llevaron a atender a los heridos por la bomba atómica de Hiroshima. Una situación excepcional la que le tocó vivir, cierto, pero hay disposiciones del corazón que no se improvisan.
Llevas tiempo que te ronda el deseo de entregar tu vida como el Señor, con una totalidad que te extraña a ti mismo. En ocasiones, ese deseo aparece con intensidad y toma forma vocacional. Luego, aminora y vuelves a lo de siempre como siempre. Te parece razonable ya que piensas que es imposible que seas capaz de vivir algo así. Es una razón comprensible y lo dejas pasar. Estás cargado de razones parecidas... pero el deseo sigue ahí y cuando menos te lo esperas reaparece.
Llevas tiempo que te ronda el deseo de entregar tu vida como el Señor, con una totalidad que te extraña a ti mismo. En ocasiones, ese deseo aparece con intensidad y toma forma vocacional. Luego, aminora y vuelves a lo de siempre como siempre. Te parece razonable ya que piensas que es imposible que seas capaz de vivir algo así. Es una razón comprensible y lo dejas pasar. Estás cargado de razones parecidas... pero el deseo sigue ahí y cuando menos te lo esperas reaparece.
Hay momentos en que uno no puede reservarse.
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