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viernes, 11 de febrero de 2011


Publicado por CIPECAR
Lecturas: Eclesiástico 15,16-21; Salmo 118, 1-34; 1 Co 2,6-10
Evangelio: Mateo 5,17-37

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«No creáis que he venido a abolir la Ley y los profe­tas no he venido a abolir, sino a dar
plenitud.
Os aseguro que, antes pasarán el cielo v la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde ele la Ley. El que se salte uno sólo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos.
Pero quien los cumpla y enseñe será grade en el reino ­de los cielos.
Os lo aseguro: Si no sois mejores que los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Habéis oído que se dijo a los antiguos: "No matarás", y. el que mate será procesado.
Pero yo os digo: Todo el que esté peleado con su her­mano será procesado. Y si uno llama a su hermano "im­bécil", tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama "renegado", merece la condena del fuego.
Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuel­ve a presentar tu ofrenda.
Con el que te pone pleito, procura arreglarte ensegui­da, mientras vais todavía de camino, no sea que te entre­gue al juez, y el juez al alguacil, y te metan, en la cárcel: Te aseguró que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último cuarto.
Habéis oído el mandamiento "no cometerás adulterio". Pues yo os digo: El que mira a una mujer casada deseán­dola, ya ha sido adúltero con ella en su interior.
Si tu ojo derecho te hace caer, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un-miembro que ser echado entero en el infierno.
Si tu mano derecha te hace caer, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero al infierno.
Está mandado: "El que se divorcie de su mujer, que le dé acta de repudio”.
Pues yo os digo: El que se divorcie de su mujer, excep­to en caso de impureza, la induce al adulterio, y el que se case con la divorciada comete adulterio
Habéis oído que se dijo a los antiguos: "No jurarás en falso" y "Cumplirás tus votos al Señor".
Pues yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes, volver blanco o negro un solo pelo. A vosotros os basta decir "si" o "no". Lo que pasa de ahí viene del Maligno.»
Merece la pena ver de un golpe Mt 5,17-48 que trata de la relación entre la Ley del Sinaí y el Reino de los Cielos proclamado por Jesús:

vv. 17-20: Un principio general. Jesús no vino a destruir la Ley, sino llevar a su desarrollo total.

v. 20: Un principio básico de la santidad cristiana.

vv. 21-26: Aplicación de este principio al 5º Mandamiento de la Ley.

vv. 27-32: Aplicación de este principio al 6º Mandamiento de la Ley.

vv. 31-32: … en relación al Matrimonio.

vv. 33-37: … en relación al Juramento.

vv. 38-42: … en relación a la Ley del Talión

vv. 43-48: Amor incluso al enemigo siguiendo el ejemplo del ABBA.
vv. 17-19: No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Sí, os lo aseguro: el cielo y la tierra pasarán antes que pase una i o una tilde de la Ley sin que todo suceda. Por tanto, el que traspase uno de estos mandamientos más pequeños y así lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de los Cielos; en cambio, el que los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos.
Jesús no pone otra ley para sustituir a la Ley del Sinaí. No le interesa romper la caña cascada.
La intención de Jesús llega a la raíz de los mandamientos de Dios.
Veremos cómo los lleva al extremo. Jesús no cae en la falsa postura de destruir todo para levantar su sistema.
Esos versículos preparan el Principio General del versículo siguiente y los ejemplos donde aparecen los ideales a los que tienden los mandamientos escogidos.
Estos versículos son la introducción al v. 20 donde se dice que nuestra santidad tiene que ser superior a la de los escribas-fariseos y a los casos de contraste entre los odres viejos y el nuevo que trae Jesús en varios ejemplos que usa la fórmula “Habéis oído que se dijo…pues yo os digo…”. Fue considerada, como lo veremos, una fórmula blasfema.
v. 20: Porque os digo que, si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos.
Justicia, sdeqa, en contextos religiosos como aquí se debe traducir por santidad.
La santidad de los escribas y fariseos exigía el cumplimiento de la Ley. Pecado era una transgresión de la Ley en su forma externa. Hablaban mucho de la observancia de la Ley. Buscaban ser tenidos por justos o santos.
Jesús interioriza la moral; canoniza o recrimina la intencionalidad.
Sus discípulos son invitados a prácticas más perfectas.
v. 21: Habéis oído que se dijo a los antepasados: No matarás; y Aquel que mate será reo ante el tribunal.
Habéis oído en las sinagogas donde se leía y explicaba la Torah
Se dijo a los antepasados, es decir, Dios dijo a los antepasados.
El sentido del v. 21 es: Os dicen que Dios dijo a los vuestros antepasados…

Esta fórmula aparece repetida en cada caso en esta parte.

Pues YO os digo. Ese yo no es de un interprete que está a la altura de Moisés, sino a la altura de Dios que habló en el Sinaí.
Técnicamente era una blasfemia ponerse a la altura de un Dios Dador de la Ley.
Sentado en el Monte, actúa como un Legislador Divino.
v. 22: Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal; pero el que llame a su hermano "imbécil", será reo ante el Sanedrín; y el que le llame "renegado", será reo de la gehenna de fuego.
Hay una graduación:
1.- La ira interna. El tribunal de la población era competente de este delito.

2.- Decir Raca-imbécil. Esto es más grave; se reserva al Sanedrín de Jerusalén

3.- Llamar a uno Môré-Impío, ateo. Gravísimo; al infierno.

Es una parábola muy gráfica en estilo popular. Se acentúa gravedades de acciones que no eran asesinatos externos. Sus seguidores deben evitan también los asesinatos verbales y las maledicencias.
vv. 23-24: Si, pues, al presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas entonces de que un hermano tuyo tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelves y presentas tu ofrenda.
… ofrenda en el altar. Era el llamado altar de los holocaustos que estaba en el Santo, lugar donde sólo los sacerdotes tenían acceso.
En las ofrendas, los sacerdotes se ponían en procesión solemne llevando cada una de las siete piezas del animal que se ofrecía. Esa procesión no se podía interrumpir por ningún motivo.
Jesús dice que se tiene que interrumpir en el caso que se necesitase reconciliarse con el hermano ofendido.
Vete primero a reconciliarte con tu hermano … … luego… sigue con tu rito sagrado.
El Padre prefiere la reconciliación a todas las ceremonias rituales.
vv. 25-26: Ponte enseguida a buenas con tu adversario mientras vas con él por el camino; no sea que tu adversario te entregue al juez y el juez al guardia, y te metan en la cárcel. Yo te aseguro: no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo.
Es una pequeña parábola. La comparación es fácil de captar. Conviene componer los litigios que tenemos con nuestros hermanos antes de acercarnos a Dios, Juez de nuestras vidas.
v. 27: Habéis oído que se dijo: No cometerás adulterio.

Si se sorprende a un hombre acostado con una mujer casada, morirán los dos: el hombre que se acostó con la mujer y la mujer misma. Así harás desaparecer de Israel el mal (Dt 22,22).
Adulterio era cuando la mujer era casada. Otro tipo de relaciones sexuales de hombre no era considerado adulterio en la Ley de Moisés.
Para cometer adulterio era necesario poner todos los medios para tener una relación sexual, que se le pudiera procesar en un tribunal.
Jesús también en este caso dirá.
… Pues YO os digo.
vv. 28-30: Pues yo os digo: Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón. Si, pues, tu ojo derecho te es ocasión de pecado, sácatelo y arrójalo de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea arrojado a la gehenna.Y si tu mano derecha te es ocasión de pecado, córtatela y arrójala de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo vaya a la gehenna.
… deseándola… Jesús supone que quiere hacerla suya en esa relación sexual. Si no lo lleva a práctica será no poderlo hacer.
El acto interno tiene la misma condición ética que la realización.
Jesús, me imagino, que no se maravillaría de poder contemplar una bella flor y un ser humano bello.
Tenemos aquí otro ejemplo de exageración oriental; claro ejemplo del modo gráfico de la predicación de Jesús.
Naturalmente no se predicación la mutilación corporal para ser castos.
v. 31: También se dijo: El que repudie a su mujer, que le dé acta de divorcio.

Si un hombre toma una mujer y se casa con ella, y resulta que esta mujer no halla gracia a sus ojos, porque descubre en ella algo que le desagrada, le redactará un libelo de repudio, se lo pondrá en su mano y la despedirá de su casa (Dt 24,1).
resulta que esta mujer no halla gracia a sus ojos, es decir, si ya deja de gustarle.
Hallar gracia significa gustar (me gusta - no me gusta).
Los rabinos de la escuela de Shammai exigían algo grave, como por ejemplo, que el marido sospechara de la infidelidad de la esposa.
Los rabinos de la escuela de Hillel decían que la Ley dice aquí: porque descubre en ella algo que le desagrada, sin especificar cuánto tiene que ser ese algo. Basta pues cualquier motivo por ridículo que pareciera.
v.32: Pues yo os digo: Todo el que repudia a su mujer, excepto el caso de fornicación, la hace ser adúltera; y el que se case con una repudiada, comete adulterio.
Jesús otra vez en lenguaje exagerado de predicador prohíbe el divorcio y a los divorciados los llama adúlteros si se vuelven a casar.
Excepto el caso de porneia. Parece ser que contempla la unión en casos prohibidos por la Ley o la costumbre. Por ej. en la Ley de Moisés estaba prohibido el matrimonio tío-sobrina o tía-sobrino. Es grado de consaguinidad no era obstáculo para un matrimonio en el mundo romano. Hoy diríamos en matrimonios no-válidos.
Solamente aparece esa excepción en la comunidad con mayoría judeo-cristiana de Mateo.
vv. 33-36: Habéis oído también que se dijo a los antepasados: No perjurarás, sino que cumplirás al Señor tus juramentos.
La Ley de Moisés y las leyes de las iglesias cristianas permiten el jurar en nombre de Dios.
Muchos han sido los juramentos ante testigos y con firmas por triplicado que se han exigido a miembros de nuestra Iglesia.
Jesús, en cambio, lo prohíbe tajantemente. ¿Por qué? Lo veremos más abajo.
Otra vez aparece el Pues YO digo…
Pues yo digo que no juréis en modo alguno: ni por el = Cielo =, porque es = el trono de Dios, = ni por = la Tierra, = porque es = el escabel de sus pies; = ni por = Jerusalén =, porque es = la ciudad del gran rey. =Ni tampoco jures por tu cabeza, porque ni a uno solo de tus cabellos puedes hacerlo blanco o negro.
Se ve que en tiempo de Jesús y más tarde en el mundo judío se jura invocando muchas realidades, además de Dios:
Por el Cielo, elemento cercano a Dios, su trono.

Por la Tierra, también cerca de Dios, el escabel de sus pies, ahí donde el Gran Emperador Creador descansa sus pies cuando está sentado en Su trono.

Por Jerusalén, ciudad del Gran Rey.

Por tu cabeza, por tu persona… porque eres esa preciosa criatura que el Creador ha creado.
¿Cuál es pues la razón que Jesús dice que la santidad de los cristianos y de la comunidad cristiana tiene que desterrar por completo el juramento?
v. 37: Sea vuestro lenguaje: "Sí, sí"; "no, no": que lo que pasa de aquí viene del Maligno.
En la comunidad de Jesús debe prevalecer la sinceridad sin sospechas, el estaban desnudos y no se avergonzaban el uno de la otra de Gn 2,25.
Si no nos fiamos y necesitamos juramentos o su equivalente hoy, declaraciones notariales, es que estamos en el Reino de Satanás, el Maligno, donde nadie se fía de nadie.
Hemos apretado mucho en otras llamadas incondicionales como el ideal del amor matrimonial y la pureza, que la hemos desmenuzado hasta los pensamientos semi-consentidos, pero los tragamos los juramentos y actas firmadas con testigos cada dos por tres.
Señor Jesús, llénanos de la Luz y de la Fuerza de tu Espíritu para podamos vivir con el gozo de las llamadas incondicionales que nos brindas en el Sermón del Monte;que gocemos siendo guiados por este Espíritu que produzca en nosotros fe-confianza en ti y amor al prójimo. Amén.

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