NO DEJES DE VISITAR
GIF animations generator gifup.com www.misionerosencamino.blogspot.com
El Blog donde encontrarás abundante material de formación, dinámicas, catequesis, charlas, videos, música y variados recursos litúrgicos y pastorales para la actividad de los grupos misioneros.
Fireworks Text - http://www.fireworkstext.com
BREVE COMENTARIO, REFLEXIÓN U ORACIÓN CON EL EVANGELIO DEL DÍA, DESDE LA VIVENCIA MISIONERA
SI DESEAS RECIBIR EL EVANGELIO MISIONERO DEL DÍA EN TU MAIL, DEBES SUSCRIBIRTE EN EL RECUADRO HABILITADO EN LA COLUMNA DE LA DERECHA

miércoles, 16 de marzo de 2011

II Domingo de Cuaresma (Mt 17,1-9) - Ciclo A: Escúcha a Jesús


P. Félix Jiménez Tutor, escolapio

El domingo pasado comenzábamos el tiempo de Cuaresma, el tiempo de purificación, bajo el signo de la seducción y el pecado, del No de la humanidad a Dios.
Recordábamos nuestra debilidad ante los guiños del tentador.
Y contemplábamos a Jesucristo, solo en el desierto, diciendo Sí a Dios y No al tentador.
En este segundo domingo de cuaresma hemos escuchado que la historia de la salvación comenzó con la obediencia de un hombre, Abrahán. A través de su obediencia todos hemos sido bendecidos.
La voz que le ordena salir de su tierra y dejar su parentela, no es la voz del hambre, ni la voz del euro o del dólar, ni la voz del miedo, ni la voz de la aventura, ni ninguna de las voces que a nosotros nos invitan a viajar.
Era la voz de Dios la que le ordenaba salir.
Era la voz de Dios la que le invitaba a la alianza.
Era la voz de Dios la que le hacía nuevas promesas.
Y Abrahán se puso en camino. ¿Hacia dónde? El viaje de Abrahán no era dejar Soria, Veracruz, Manta o Moca para instalarse en Madrid o New York.

Era un viaje espiritual. Una nueva orientación de su vida. Un cambio interior. Una búsqueda del Dios verdadero. Abrahán dejó sus dioses, sus ídolos y empezó la hermosa aventura del encuentro de Dios con mayúsculas. Y lo encontró y creyó y obedeció y fue bendecido y se convirtió en bendición para sus hijos, su pueblo y todos nosotros.

El libro del Buscón termina con esta frase: "Y fuele peor en las Américas porque la felicidad no consiste en cambiar de sitio sino en cambiar de vida".

Todos nosotros hemos cambiado de sitio, hemos dejado el campo por el asfalto, la vida tranquila por la bulla, la familia por el trabajo, a veces hemos dejado las buenas costumbres por el vicio…¿pero hemos cambiado de vida?

Lo material y las nuevas obsesiones nos han quitado el deseo y la libertad para este viaje interior, espiritual, que es la búsqueda de Dios.

Yo les invito, hoy, en el nombre del Señor, a cambiar de vida y a dejarse guiar, como Abrahán, por la tierra que él nos prepara y a heredar las promesas que hace a todos sus hijos.

Abrahán no pidió seguridades ni garantías; no dijo a Dios "show me the Money", muéstrame el dinero. El Espíritu era su seguridad y su garantía, su guía y su paz.

En su viaje a Jerusalén, Jesús sube a la montaña con Pedro, Santiago y Juan y allí se transfigura.

La Transfiguración es como un
preview de su resurrección,
un anticipo del final de su vida,
un momento de éxtasis en el fragor de la batalla de cada día,
un anuncio de la gloria venidera.
La transfiguración es el triunfo, es el destino de Jesús y de todos sus seguidores.
Porque Él es la plenitud, el cumplimiento de la Ley y de los Profetas.

"Señor, qué bien se está aquí", dijo Pedro. Sí, esos momentos de bienestar en que hemos dado en el blanco o hemos sido agraciados con la paz inmensa que sólo Dios puede dar.

Sí, esos momentos de felicidad que quisiéramos eternizar pero el Señor no invita a bajar de la montaña, a salir al mundo del trabajo, de los hijos, de la violencia, de las responsabilidades, de la muerte… y nos dice "Yo también estoy ahí, transforma la realidad, transfigura el mundo que es tuyo y mío. Ámalo y hazlo más hermoso.

Dios está en la montaña y también en el asfalto.

Dios está en los acontecimientos extraordinarios y en los ordinarios.

Érase un hombre muy testarudo que se negaba a abandonar su casa a pesar de los repetidos avisos de amenaza de huracán.

Al equipo de socorristas que le avisó les dijo: "No se preocupen. Dios se ocupará de mí!.

A la mañana siguiente la primera planta de la casa estaba llena de agua. Nuestro hombre se refugió en la segunda planta. De nuevo el equipo de socorristas le invitó a subir a la barca y abandonar la casa. "No se preocupen. Dios se ocupará de mí".

Por la noche toda la casa estaba inundada y nuestro hombre se sentó en el tejado. Un helicóptero vino a recatarle pero se negó a subir y decía: "Dios se ocupará de mí".

Sucedió lo que tenía que suceder. Nuestro hombre se ahogó.

Cuando llegó al cielo le preguntó a Dios por su ausencia, por qué no le había socorrido cuando más lo necesitaba. Dios le contestó: te envié socorristas, te envié una barca, te envié un helicóptero. ¿Qué más podía hacer?

Dios nos envió a Abrahán, Moisés, Elías y a Jesús. Y en su bautismo y en la transfiguración nos dijo: "Este es mi Hijo amado. Escuchadle".

Dios nos manda mirar a su hijo. Mírenlo. Vean en él al Hijo de Dios. Véanle revestido de su carne por amor, véanle, amándole como si sólo existiera usted.

Y escúchenle. Jesús te está ha hablado, te lo aseguro. No en visiones. Sí a través de los hombres, de la guerra, de las tragedias en nuestros países, te habla a través de tus propias experiencias.

En nuestro viaje con Jesús hacia nuestra personal Jerusalén, escúchale.

No siempre será divertido pero siempre te sentirás animado a encarar y comprender los acontecimientos felices y los tristes.

No hay comentarios: