Oxfam inicia a través de su afiliado en Japón el apoyo a la respuesta humanitaria para los afectados por el terremoto y el tsunami

Intermón Oxfam

Oxfam reconoce la capacidad del gobierno nipón de hacer frente a esta emergencia y recuerda la importancia de implementar políticas de reducción de riesgos de desastres para evitar tragedias como la de Haití
Oxfam Japón, el afiliado japonés de Oxfam Internacional, apoyará a dos organizaciones locales en su respuesta al terremoto y el tsunami del pasado 11 de marzo. Las organizaciones proporcionan asistencia a grupos de especial vulnerabilidad y a la población que más dificultades tiene para acceder a la ayuda humanitaria.

Japón es uno de los países más avanzados del mundo en implementar respuestas humanitarias frente a desastres derivados de fenómenos naturales. Por ello, solamente ha aceptado la ayuda internacional a través de determinados equipos de rescate. “El estado de Japón tiene los medios para asistir al 99% de la población afectada, pero siempre habrá quien necesite ayuda más específica”, dice Francisco Yermo, portavoz de Intermón Oxfam, el afiliado español de Oxfam.

"Es importante que este tipo de ayuda no socave la coordinación estatal de la respuesta a esta emergencia, especialmente ahora que las explosiones en una de las plantas nucleares y los niveles de radicación están complicando el operativo de asistencia a los afectados", añade Yermo.

Oxfam Japón a través de sus socios locales habilitará espacios en los centros de evacuación destinados solamente a madres con hijos en edad de lactancia. Asimismo, proveerá a estas mujeres de todo tipo de productos de higiene. Además, ofrecerá asistencia y apoyo a aquéllas que están sufriendo altos niveles de estrés. Por otra parte, el afiliado japonés de Oxfam ha prestado su apoyo para la activación de una línea telefónica para que la población afectada que no habla japonés, unas 40.000 personas, tenga acceso a la información traducida que lanzan las autoridades regularmente.

La reducción de riesgos es vital
En los países desarrollados mueren de media 23 personas en un desastre derivado de un fenómeno natural, mientras que esa cifra asciende a 1.023 personas si se trata de un país empobrecido. En este sentido, el terremoto del pasado año de Haití alcanzó los 7,3 grados en la escala Richter y causó unas 250.000 muertes. El seísmo en Japón ha sido de 8,9 grados en al escala Richter y se prevén alrededor de 10.000 víctimas mortales.

"Un estado fuerte y con una economía solvente, la inversión en políticas sociales y la implementación de medidas preventivas para reducir el riesgo de desastres son fundamentales para mitigar la vulnerabilidad de la población y hacer frente a la emergencia cuando sea necesario", explica el portavoz de Intermón Oxfam. "Es el caso concreto de Japón frente a países como Haití o Pakistán. Consecuencia de ello es que el estado japonés ha solicitado muy poca ayuda internacional y desde un primer momento ha estado distribuyendo agua, alimentos y material de refugio a la población", añade Yermo.

Japón cuenta también con un largo historial en materia de reducción de riesgos de desastres y es uno de los países mejor preparados en este aspecto. A diferencia de Haití, por ejemplo, Japón cuenta con edificios y construcciones antisísmicas, sistemas de alerta temprana y grupos de respuesta a desastres en todas las comunidades, perfectamente equipados y capaces tanto de rescatar a supervivientes entre los escombros como de conducir a la población menos afectada a los centros de evacuación.

Para conocer otras emergencias en las que estamos trabajando se puede llamar al 902 330 331 o consultar la página de acción humanitaria:
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