Por Mons. Miguel Esteban Hesayne
Porque cada día somos una sociedad más lejos del Dios de Jesús… siguen los hambrientos. Cada vez aparecen más noticias que van de la insensatez a la criminalidad. Y la Iglesia -Pueblo de Dios- ¿qué hacemos? –Falta una catequesis que movilice a la sociedad… en clave cristiana… La gran mayoría de los bautizadas/os viven y actúan en otra clave… ¿Hay cacerolazos por los muertos de hambre? La gran mayoría de asistentes a Misa dominical viven motivados por sus propios intereses. No se sienten involucrados en el “crimen social” que es la muerte prematura de niños, jóvenes y ancianos por falta de alimento. Están convencidos que es responsabilidad del gobierno de turno. Como “religiosos” que son, dejan limosna… a veces considerable… para Cáritas… o ayudan a los “comedores” parroquiales… o escolares…
¿Qué pasa con nuestros católicos que no toman conciencia del pecado principal que denuncia el Vaticano II de la separación de la Fe y la Vida? Una mayoría, viven alienados (engañados) en un espiritualismo esquizofrénico…
En la catequesis no se les ha anunciado el Reino -la “pasión” de Jesús- para vivirlo en todas las dimensiones de la vida humana. No se ha evangelizado a “todo el hombre”. Y el resultado es que nuestros templos se llenan de “gente piadosa” al margen de las exigencias de Jesús y su Evangelio. No se han formado discípulos de Jesús para ser testigos del Reino y así cumplir la misión de ser cristianas/os (Cfr. Hechos 1, 1-8 y Documento Episcopal APARECIDA)
Lamentablemente, salvo excepciones y muchas muy laudables, se hace catequesis en la práctica parroquial y en los colegios, tan solo, para recibir los Sacramentos y no para encontrarse con Jesús y vivir su Evangelio.
Teóricamente se ha avanzado mucho… Se está ensayando hasta catequesis familiar ¿Pero, para vivir el reinado de Dios en la sociedad, según el proyecto pastoral de Jesucristo, Señor de la Iglesia y de la Historia? Falta catequesis social-política.
Falta sembrar la semilla del Evangelio en el surco concreto de la dimensión política de la persona humana. Es la “deuda interna” de la Iglesia en la Argentina. Es el pecado social que grava nuestra conciencia de discípulos de Jesús. Es la incoherencia de estar bautizados en Cristo y vivir al margen del Evangelio de Jesús. Es la injusticia que cometemos cuando pedimos frutos cristianos a quienes no hemos evangelizado. S.Pablo no pedía actitudes cristianas al Emperador. En sus cartas, sí, exige coherencia de la FE a las Comunidades Cristianas, que han surgido y se van evangelizando como resultado del anuncio del Evangelio de Jesús. Es la coherencia personal-familiar-social-política de la vida ciudadana con la Fe Cristiana.
Ahora levantamos la bandera de la Doctrina Social de la Iglesia; pero, sigue quedando en Semanas Sociales, en aulas escolares… Mientras el mensaje social cristiano no pase por la catequesis sacramental –de iniciación - Confirmación- y jóvenes y adultos prosigan procesando el Evangelio con las diversas situaciones de la vida, se seguirá con católicos piadosos al margen del proyecto de Jesús en su Evangelio.(1) Se seguirá con un Culto religioso vacío de compromiso cristiano. Desde el Concilio Vaticano II se viene insistiendo en el compromiso social político del cristiano, con 15 números, Medellín con 11 y Puebla con 25 y Aparecida con 47, Santo Domingo con el Cap. II y San Miguel el Cap. IV… Evangelli Nuntiandi nº 70 al 73. Pero se insiste en el cumplimiento del Precepto, sin mención del compromiso de comunión y participación social política que comporta el “ir a Misa”. Hemos de recuperar para las bautizadas/os la conciencia de pertenecer al Pueblo de Dios con la misión de ser luz-sal-levadura, viviendo los valores evangélicos en las estructuras de la Sociedad. Esta es la Misión. Sí, la Misión de formar “ciudadanos del Reino”. Cosa que no se logra si no se forman ciudadanos que vivan, en clave cristiana, su compromiso con la Patria terrenal.
Notas:
(1) Claro que ésto supone transformación de la estructura parroquial Cfr. Doc. Aparecida…
Mons. Miguel Esteban Hesayne, obispo emérito de Viedma
¿Qué pasa con nuestros católicos que no toman conciencia del pecado principal que denuncia el Vaticano II de la separación de la Fe y la Vida? Una mayoría, viven alienados (engañados) en un espiritualismo esquizofrénico…
En la catequesis no se les ha anunciado el Reino -la “pasión” de Jesús- para vivirlo en todas las dimensiones de la vida humana. No se ha evangelizado a “todo el hombre”. Y el resultado es que nuestros templos se llenan de “gente piadosa” al margen de las exigencias de Jesús y su Evangelio. No se han formado discípulos de Jesús para ser testigos del Reino y así cumplir la misión de ser cristianas/os (Cfr. Hechos 1, 1-8 y Documento Episcopal APARECIDA)
Lamentablemente, salvo excepciones y muchas muy laudables, se hace catequesis en la práctica parroquial y en los colegios, tan solo, para recibir los Sacramentos y no para encontrarse con Jesús y vivir su Evangelio.
Teóricamente se ha avanzado mucho… Se está ensayando hasta catequesis familiar ¿Pero, para vivir el reinado de Dios en la sociedad, según el proyecto pastoral de Jesucristo, Señor de la Iglesia y de la Historia? Falta catequesis social-política.
Falta sembrar la semilla del Evangelio en el surco concreto de la dimensión política de la persona humana. Es la “deuda interna” de la Iglesia en la Argentina. Es el pecado social que grava nuestra conciencia de discípulos de Jesús. Es la incoherencia de estar bautizados en Cristo y vivir al margen del Evangelio de Jesús. Es la injusticia que cometemos cuando pedimos frutos cristianos a quienes no hemos evangelizado. S.Pablo no pedía actitudes cristianas al Emperador. En sus cartas, sí, exige coherencia de la FE a las Comunidades Cristianas, que han surgido y se van evangelizando como resultado del anuncio del Evangelio de Jesús. Es la coherencia personal-familiar-social-política de la vida ciudadana con la Fe Cristiana.
Ahora levantamos la bandera de la Doctrina Social de la Iglesia; pero, sigue quedando en Semanas Sociales, en aulas escolares… Mientras el mensaje social cristiano no pase por la catequesis sacramental –de iniciación - Confirmación- y jóvenes y adultos prosigan procesando el Evangelio con las diversas situaciones de la vida, se seguirá con católicos piadosos al margen del proyecto de Jesús en su Evangelio.(1) Se seguirá con un Culto religioso vacío de compromiso cristiano. Desde el Concilio Vaticano II se viene insistiendo en el compromiso social político del cristiano, con 15 números, Medellín con 11 y Puebla con 25 y Aparecida con 47, Santo Domingo con el Cap. II y San Miguel el Cap. IV… Evangelli Nuntiandi nº 70 al 73. Pero se insiste en el cumplimiento del Precepto, sin mención del compromiso de comunión y participación social política que comporta el “ir a Misa”. Hemos de recuperar para las bautizadas/os la conciencia de pertenecer al Pueblo de Dios con la misión de ser luz-sal-levadura, viviendo los valores evangélicos en las estructuras de la Sociedad. Esta es la Misión. Sí, la Misión de formar “ciudadanos del Reino”. Cosa que no se logra si no se forman ciudadanos que vivan, en clave cristiana, su compromiso con la Patria terrenal.
Notas:
(1) Claro que ésto supone transformación de la estructura parroquial Cfr. Doc. Aparecida…
Mons. Miguel Esteban Hesayne, obispo emérito de Viedma
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