Publicado por Servicios Koinonia
Hoy celebramos la fiesta del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo. Es celebración de júbilo y alegría para los cristianos, los que reconocemos en Jesús al iniciador de un camino religioso universal ofrecido por Dios a toda la Humanidad.
Inauguramos hoy el tiempo de Navidad, tiempo en el cual cantamos alegres la presencia de Jesús en medio de nuestras comunidades.
La lectura del libro de Isaías es un canto de alabanza de la próxima liberación de Jerusalén. Dos imágenes enmarcan la lectura, por una parte la de los mensajeros que sobre los montes de Judá traen la noticia de la próxima liberación, y gritan: ¡Yahvé reina! La segunda imagen es la de los centinelas que prorrumpen en júbilo porque ven el retorno de Yahvé a Sión y exclaman alborozados como el Señor ha consolado a su pueblo y ha rescatado a Jerusalén. Y es que en el contexto en que se escribe el libro de Isaías, la mayoría del pueblo de Israel se encuentra exiliado en Babilonia, son esclavos de los Asirios. Sin embargo, ven como muy positivo que Darío asuma el poder, pues ponen sus esperanzas en que el será el rescatador, que les permitirá retornar a su tierra. Esta realidad es inminente por lo que el escritor canta la alegría del retorno a la tierra. Para nosotros hoy, esos pies del mensajero anuncian el nacimiento del Señor y nosotros, como los centinelas, proclamamos alegres la presencia del salvador que se hace vida en medio de nosotros.
El Salmo responsorial corresponde a un himno de alabanza dirigido a Yahvé porque ha obrado maravillas y porque ha revelado la justicia a las naciones acordándose de la lealtad de Dios a Israel. El salmista invita a toda la creación (mar, ríos y montes) a aclamara Yahvé que llega a juzgar el mundo con justicia y los pueblos con equidad. Esa felicidad la compartimos nosotros con el salmista cuando recibimos a Jesús que llega, que nace. Él es Dios mismo que se convierte en Buena Noticia, anuncio de salvación para todos los pueblos, que asume nuestra condición humana y por ello estamos alegres y cantamos llenos de júbilo y esperanza.
La carta a los Hebreos refuerza aún más la alegría de esta celebración de la Natividad del Señor Jesús. Expresa que muchas veces y de múltiples maneras habló Dios en el pasado a nuestros padres por medio de los profetas, pero en estos últimos tiempos nos habló por medio de su Hijo a quien instituyó heredero de todo. Hermanos, estamos en los últimos tiempos pues la revelación a llegado a su plenitud en Jesucristo. Él es imagen de Dios invisible, quien le ve a él ve al Padre; pues al asumir la condición humana y al nacer en un establo, como un hombre pobre; Dios se ha manifestado como solidario con todos los hombres de la tierra y por medio de Jesús a mostrado el camino de la salvación.
La liturgia de hoy, además, nos propone el prologo del evangelio de Juan para la reflexión. Este himno al Verbo-Palabra de Dios, a la Verdad, a la Luz, que es Jesús mismo; posee una dinámica descendente. En el principio la Palabra se encuentra al lado de Dios y por ella son hechas todas las cosas. Es la Palabra preexistente, junto a Dios y antes de todos lo tiempos. Esta Palabra, que es Jesús puso su Morada entre nosotros, se hace carne, asume la condición humana, se hace uno de nosotros y por que él nos ha comunicado al Padre hemos visto a Dios. Juan vino a dar testimonio de Jesús, le preparó el camino, vino antes para anunciar la venida del Salvador. Vino la Luz que es Jesús y los suyos, que el evangelio de Juan llama judíos no lo recibieron, pero a los que le acogieron les dio el poder de hacerse hijos de Dios en el Hijo (hermanos). Como se ve es un texto teológico muy profundo, en él se expresa el misterio de la encarnación. Dios se hace hombre, asume la temporalidad y limitación de los hombres, para hacer infinito e ilimitado al hombre. Dios se hace hombre, para hacer del hombre imagen de Dios.
Esta es la misma dinámica que estamos invitados a asumir en nuestra vida como cristianos, encarnarnos, asumir los valores y realidades de los lugares donde vivimos; mirar hacia abajo, a los que son vistos por la sociedad como poca cosa, y reconocer que en ellos la revelación de Dios acontece a los ojos del creyente. Buscamos las seguridades en nuestras vidas, pero la novedad de la encarnación de Jesús es el riesgo de abandonar la seguridad del Padre para asumir la inseguridad de la condición humana y de la condición humana pobre, por eso es que creer en Jesús implica el riesgo de dejarlo todo para seguirle.
Para la revisión de vida
En todo caso, la Navidad es fiesta de humanización, que celebra lo más humano de la vida: el amor, la ternura, la familia, la solidaridad... ¿Qué debo hacer para que no se me escape una Navidad más, para vivirla a fondo?
Para la reunión de grupo
Recordemos la «infraestructura» de la fiesta de la Navidad: Coincide con el comienzo del invierno astronómico, cuando los días comienzan a crecer... Era una fiesta también romana, y fue la Iglesia quien «cristianizó» esa fiesta poniendo en ella la celebración del nacimiento de Jesús. ¿Qué nos inspira todo esto?
En el centro de la Navidad está el tema de la encarnación: Dios se ha hecho ser humano. Si el grupo lo cree oportuno, comentar el conocido tema de «La metáfora del Dios encarnado», título del libro de John Hick. (En la RELaT -www.servicioskoinonia.org/relat- hay dos capítulos del mismo; ver también latinoamericana.org/tiempoaxial)
La navidad es en algunos países el período en que más suicidios se producen, sobre todo por parte de personas que viven solas, apartadas de la familia, o sin familia... ¿A qué se puede deber?
Para la oración de los fieles
Por todos los hombres y mujeres del mundo, especialmente por los más necesitados, para que acojan con amor y alegría al Dios que a todos sale al encuentro, a cada uno por sus propiso caminos religiosos, roguemos al Señor
Para que el nacimiento de Jesús nos dé la confianza y el optimismo de saber que Dios no abandona a la Humanidad, y que a toda ella la guía y conduce...
Para que el ambiente social navideño vaya acompañado en nuestras vidas por una vivencia intensa del misterio de la navidad, con oración y contemplación llena de paz y de agradecimiento...
Por todos los que están lejos de sus hogares, o no tienen familia, o están en soledad obligada o voluntaria; para que experimenten gozosamente la comunión y el amor por encima del cerco soledad que les rodea...
Para que el ambiente de la navidad propicie en nuestros hogares el necesario clima de amor y ternura que durante la vida diaria nos es más difícil...
Oración comunitaria
Dios, Padre Nuestro, que en Jesús nos has dado tu Palabra, hecha carne y sangre, fuerza y ternura, muerte y resurrección; te pedimos nos des la fuerza necesaria para seguir sus pasos por el camino que él nos trazó para llegar hasta ti, abrazando en nuestro caminar hacia ti a todos los hermanos y hermanas. Por Jesucristo Nuestro Señor.
Inauguramos hoy el tiempo de Navidad, tiempo en el cual cantamos alegres la presencia de Jesús en medio de nuestras comunidades.
La lectura del libro de Isaías es un canto de alabanza de la próxima liberación de Jerusalén. Dos imágenes enmarcan la lectura, por una parte la de los mensajeros que sobre los montes de Judá traen la noticia de la próxima liberación, y gritan: ¡Yahvé reina! La segunda imagen es la de los centinelas que prorrumpen en júbilo porque ven el retorno de Yahvé a Sión y exclaman alborozados como el Señor ha consolado a su pueblo y ha rescatado a Jerusalén. Y es que en el contexto en que se escribe el libro de Isaías, la mayoría del pueblo de Israel se encuentra exiliado en Babilonia, son esclavos de los Asirios. Sin embargo, ven como muy positivo que Darío asuma el poder, pues ponen sus esperanzas en que el será el rescatador, que les permitirá retornar a su tierra. Esta realidad es inminente por lo que el escritor canta la alegría del retorno a la tierra. Para nosotros hoy, esos pies del mensajero anuncian el nacimiento del Señor y nosotros, como los centinelas, proclamamos alegres la presencia del salvador que se hace vida en medio de nosotros.
El Salmo responsorial corresponde a un himno de alabanza dirigido a Yahvé porque ha obrado maravillas y porque ha revelado la justicia a las naciones acordándose de la lealtad de Dios a Israel. El salmista invita a toda la creación (mar, ríos y montes) a aclamara Yahvé que llega a juzgar el mundo con justicia y los pueblos con equidad. Esa felicidad la compartimos nosotros con el salmista cuando recibimos a Jesús que llega, que nace. Él es Dios mismo que se convierte en Buena Noticia, anuncio de salvación para todos los pueblos, que asume nuestra condición humana y por ello estamos alegres y cantamos llenos de júbilo y esperanza.
La carta a los Hebreos refuerza aún más la alegría de esta celebración de la Natividad del Señor Jesús. Expresa que muchas veces y de múltiples maneras habló Dios en el pasado a nuestros padres por medio de los profetas, pero en estos últimos tiempos nos habló por medio de su Hijo a quien instituyó heredero de todo. Hermanos, estamos en los últimos tiempos pues la revelación a llegado a su plenitud en Jesucristo. Él es imagen de Dios invisible, quien le ve a él ve al Padre; pues al asumir la condición humana y al nacer en un establo, como un hombre pobre; Dios se ha manifestado como solidario con todos los hombres de la tierra y por medio de Jesús a mostrado el camino de la salvación.
La liturgia de hoy, además, nos propone el prologo del evangelio de Juan para la reflexión. Este himno al Verbo-Palabra de Dios, a la Verdad, a la Luz, que es Jesús mismo; posee una dinámica descendente. En el principio la Palabra se encuentra al lado de Dios y por ella son hechas todas las cosas. Es la Palabra preexistente, junto a Dios y antes de todos lo tiempos. Esta Palabra, que es Jesús puso su Morada entre nosotros, se hace carne, asume la condición humana, se hace uno de nosotros y por que él nos ha comunicado al Padre hemos visto a Dios. Juan vino a dar testimonio de Jesús, le preparó el camino, vino antes para anunciar la venida del Salvador. Vino la Luz que es Jesús y los suyos, que el evangelio de Juan llama judíos no lo recibieron, pero a los que le acogieron les dio el poder de hacerse hijos de Dios en el Hijo (hermanos). Como se ve es un texto teológico muy profundo, en él se expresa el misterio de la encarnación. Dios se hace hombre, asume la temporalidad y limitación de los hombres, para hacer infinito e ilimitado al hombre. Dios se hace hombre, para hacer del hombre imagen de Dios.
Esta es la misma dinámica que estamos invitados a asumir en nuestra vida como cristianos, encarnarnos, asumir los valores y realidades de los lugares donde vivimos; mirar hacia abajo, a los que son vistos por la sociedad como poca cosa, y reconocer que en ellos la revelación de Dios acontece a los ojos del creyente. Buscamos las seguridades en nuestras vidas, pero la novedad de la encarnación de Jesús es el riesgo de abandonar la seguridad del Padre para asumir la inseguridad de la condición humana y de la condición humana pobre, por eso es que creer en Jesús implica el riesgo de dejarlo todo para seguirle.
Para la revisión de vida
En todo caso, la Navidad es fiesta de humanización, que celebra lo más humano de la vida: el amor, la ternura, la familia, la solidaridad... ¿Qué debo hacer para que no se me escape una Navidad más, para vivirla a fondo?
Para la reunión de grupo
Recordemos la «infraestructura» de la fiesta de la Navidad: Coincide con el comienzo del invierno astronómico, cuando los días comienzan a crecer... Era una fiesta también romana, y fue la Iglesia quien «cristianizó» esa fiesta poniendo en ella la celebración del nacimiento de Jesús. ¿Qué nos inspira todo esto?
En el centro de la Navidad está el tema de la encarnación: Dios se ha hecho ser humano. Si el grupo lo cree oportuno, comentar el conocido tema de «La metáfora del Dios encarnado», título del libro de John Hick. (En la RELaT -www.servicioskoinonia.org/relat- hay dos capítulos del mismo; ver también latinoamericana.org/tiempoaxial)
La navidad es en algunos países el período en que más suicidios se producen, sobre todo por parte de personas que viven solas, apartadas de la familia, o sin familia... ¿A qué se puede deber?
Para la oración de los fieles
Por todos los hombres y mujeres del mundo, especialmente por los más necesitados, para que acojan con amor y alegría al Dios que a todos sale al encuentro, a cada uno por sus propiso caminos religiosos, roguemos al Señor
Para que el nacimiento de Jesús nos dé la confianza y el optimismo de saber que Dios no abandona a la Humanidad, y que a toda ella la guía y conduce...
Para que el ambiente social navideño vaya acompañado en nuestras vidas por una vivencia intensa del misterio de la navidad, con oración y contemplación llena de paz y de agradecimiento...
Por todos los que están lejos de sus hogares, o no tienen familia, o están en soledad obligada o voluntaria; para que experimenten gozosamente la comunión y el amor por encima del cerco soledad que les rodea...
Para que el ambiente de la navidad propicie en nuestros hogares el necesario clima de amor y ternura que durante la vida diaria nos es más difícil...
Oración comunitaria
Dios, Padre Nuestro, que en Jesús nos has dado tu Palabra, hecha carne y sangre, fuerza y ternura, muerte y resurrección; te pedimos nos des la fuerza necesaria para seguir sus pasos por el camino que él nos trazó para llegar hasta ti, abrazando en nuestro caminar hacia ti a todos los hermanos y hermanas. Por Jesucristo Nuestro Señor.
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