Liturgia y Contemplación: 7º DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Publicado por CIPECAR

Lecturas: Levítico 19, 1-2.17-18; Salmo 102, 1.2.3-4.8 y 10.12.13; 1ª Corintios 3,16-23

Evangelio: Mateo 5, 38-48

"En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«Habéis oído que se dijo: "Ojo por ojo, diente por diente." Yo, en cambio, os digo: No hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también la capa; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehuyas.
Habéis oído que se dijo: "Amarás a tu prójimo" y abo­rrecerás a tu enemigo. Yo, "en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen. Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraor­dinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es per­fecto. »
vv. 38-39 a: Habéis oído que se dijo: “Ojo por ojo y diente por diente”.

Pues yo os digo: No resistáis al mal.

Proponemos tres niveles de menos a más:

1º.- En Gn 4,23 un violento bruto canta a sus mujeres sus intenciones de prepotente:

Dijo Lámek a sus mujeres:
Adá y Sil-lá, oíd mi voz;
mujeres de Lámek, escuchad mi palabra.
Yo mataré a un hombre por una herida que me haga;
yo mataré a un joven por un cardenal que reciba.
· Aquí este violento establece la norma injusta de vida por herida; vida por cardenal.

2º.- En Ex 21, 23-24 se propone el principio de justicia, que se pinta a una señora con los ojos vendados y pidiendo que se equilibre la balanza que socialmente se ha desnivelado.

Si resultare daño, darás
vida por vida,
ojo por ojo,
diente por diente,
mano por mano,
pie por pie,
quemadura por quemadura,
herida por herida,
cardenal por cardenal.
· Dentro de nuestra tradición cristiana no se ha apreciado el salto cualitativo que supone ir del punto 1º. del violento al 2º. del hombre justo.

· La Justicia es una virtud social muy importante para refrenar al violento poderoso

3º.- Jesús, en nuestro texto, nos propone una llamada incondicional. Es un ejemplo más de lo que se pide a quien quiera entrar en el Reino de los Cielos (ver Mt 5,20): NO RESISTÁIS AL MALO

· Jesús pone tres ejemplos que merece la pena examinarlos:

vv. 39b-41: Antes bien,

al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra;

· ¿Qué puede significar? Algunos que uno que usa la mano derecha para abofetear la mejilla izquierda tiene que dar con el revés de la mano; así, dicen, se hace con los niños y débiles… Sería un gesto ofensivo socialmente.

al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica déjale también el manto;

· Los varones vestían de una túnica y el manto. Si cede la túnica y le da también el manto, se queda totalmente desnudo. No sería una situación excesivamente cómoda.

¿Cómo sonaría si se propusiera como equivalente hoy?

Al que te pide con una pistola el coche,
dale también dinero para la gasolina.
al que te obligue a andar una milla vete con él dos.

· Quien podía obligar a un civil a llevarle parte de su impedimenta si era un legionario que tenía ese privilegio en sus marchas agotadoras. Jesús le propone al violentado en sus derechos que vaya una milla (como kilómetro y medio) más en charla con el soldado de la potencia opresora de su Pueblo.

· Jesús propone romper el círculo de rencor y de odio cediendo de los propios derechos.

· ¿Se podría legislar estas llamadas incondicionales? Parece que no, porque sería acumular injusticia sobre injusticia.

v. 42: A quien te pida da,

y al que desee que le prestes algo no le vuelvas la espalda.

Dar generosamente, sin cálculos y prestar incluso sabiendo que lo prestado se va a perder es la lógica del evangelio. Solamente será posible estando lleno del Espíritu Santo.
vv. 43-44: Habéis oído que se dijo: = Amarás a tu prójimo = y odiarás a tu enemigo.

Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan,

Alguien puede salir en defensa del A. T. y de los escribas y fariseos diciendo que en ningún sitio se dice: Odiarás a tu enemigo.
La Biblia de Jerusalén dice en una nota: Hay que entender esta hipérbole semítica: Tú no tienes por qué amar a tu enemigo.
No creo que sea ninguna hipérbole. Para Jesús no hay más que amar o ayudar // no-amar o no-ayudar. Jesús dirá en el Juicio Final: Tuve hambre y no me diste de comer. No dar de comer, pudiéndolo hacer es motivo de condena de parte de Jesús. Quien no ama o ayuda, odia.
No ayudar al enemigo es igual a no-amarlo u odiarlo. Desde no ayudar pudiendo hacerlo a darle un tiro no hay diferencia cualitativa en la lógica religiosa cristiana; todo es no-amar en contra a amar.
vv. 45-46: para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos.

¿Por qué razón los cristianos tenemos que amar-ayudar al enemigo?
Para ser en la conducta lo que somos realmente:
Somos hijos del Abba, pues lógicamente tenemos que comportarnos como nuestro Padre, que no hace distinción entre malos y buenos o injustos y justos.

Siendo hijos de tal Padre que hace llover y salir el sol sin discriminación sobre los campos de los buenos cumplidores de la Ley (justos) y de los descreídos.

vv. 46-47: Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos?

Al seguidor de Jesús se le exige más.
Su actitud tiene que ser más divina que el quid pro quo o el do ut des calculador del espíritu mundano.
En definitiva, al hijo de Dios se le exige, como dice el versículo siguiente
v. 48: Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial.

Tenemos que tender a ser tan perfectos como perfecto es nuestro Padre celestial.
Esta frase ha generado muchas consideraciones angustiantes en los Ejercicios Espirituales cuando se consideraba que Jesús nos exigía tender a la perfección que tenía Dios, un imposible frustrante. Del contexto en Mateo se está hablando del modelo de Dios Padre en el amor al prójimo. A eso debemos tender y no a la adquisición de virtudes heroicas divinas.

Lc 6,36 escribe: Misericordiosos en lugar de perfectos. Como hemos dicho ese es el sentido de lo que tenemos que imitar al Dios Padre que hace salir el sol sobre buenos y malos y hace en los campos de los cumplidores de la Ley y los transgresores.

Señor Jesús, te damos gracias porque nos has enseñado que en el amor al prójimo no puede haber excepciones. Nos enseñas que no hagamos excepciones en ayudar o orar por los que nos persiguen. Danos la gracia y la fuerza para hacerlo como Tú lo deseas; Que seamos hij@s del Padre, herman@s tuyos y que con frecuencia hagamos el primo. Amen.