Jesús es un buscador incansable de tesoros escondidos

DOMINGO XVII DEL TIEMPO ORDINARIO - CICLO A
Publicado por Cipecar

Jesús cuenta pequeñas parábolas para despertar en sus oyentes el deseo de dejarlo todo y seguirle con alegría. Les habla del Reino de Dios, presente en su persona, en sus gestos y en sus palabras, de una manera clara y viva. La palabra de Jesús toca las fibras más delicadas de las gentes sencillas, sus necesidades más vitales. Su lenguaje tiene que ver con las tareas de cada día, en ellas entran en juego la esperanza, la alegría, el entusiasmo y las ganas de vivir.

Jesús es un buscador incansable de tesoros escondidos. Al descubrir uno se llena de alegría. La vida es riesgo y el que guarda su vida para sí se le termina pudriendo el agua. ¿Has pensado alguna vez que tú eres un tesoro escondido, al que Jesús desea encontrar? ¿Sabes bailar la danza de la búsqueda de Jesús, tu tesoro escondido?

Enséñame, Jesús, a dar vida a todos,
como la da el manantial,
como la da la madre a su niño.

Jesús es la perla de gran valor. Dar con Él es fruto de un encuentro gratuito que llena de alegría la vida. Si te has encontrado ya con Jesús entenderás bien esta palabra. Si no te has encontrado con Él, sigue buscando perlas finas. Es una excelente manera de vivir la vida.
Siempre estás, Jesús.
Te llevo conmigo.
Mi corazón siente tu presencia.
Mis labios dicen tu nombre.