La curia romana subirá a Internet sus 80 mil manuscritos y 40 millones de páginas sobre la vida de la Iglesia y el devenir mundial de los últimos 20 siglos.
Buena parte de los "secretos" del mundo de los últimos 2.000 años contenidos en el fascinante Archivo Secreto del Vaticano se encaminan a estar al alcance de todos.
A partir de la decisión de la Santa Sede de facilitar su consulta, el avance tecnológico lo hará posible.
Merced a un arduo proceso de digitalización que se puso en marcha en el último año y que finalizará en una década, será posible acceder a través de Internet (www. vatican.va) a los 80 mil manuscritos y 40 millones de páginas documentales que los palacios vaticanos atesoran en 85 kilómetros de anaqueles.
En alta definición se podrá disfrutar viendo joyas como el Codex Vaticanus los pergaminos con la transcripción más antigua de la Biblia completa, que data del siglo IV-; el pedido de los Lores de Inglaterra para que se anule el primer matrimonio de Enrique VIII, cuyo rechazo derivó en el cisma anglicano, y un extracto del célebre proceso a Galileo Galilei.
Pero también será una fascinante posibilidad -escudriñando en los documentos sobre el quehacer de la Iglesia y el devenir de los pueblos- de conocer y comprender mejor la historia.
Las voces autorizadas de la Santa Sede aseguran que prácticamente todos los documentos estarán al alcance de las consulta.
"En principio, ningún texto está excluido", aclara a Valores Religiosos el cardenal argentino Jorge Mejía, ex director de la Biblioteca y el Archivo Secreto. Precisa que "la única excepción podrían ser los documentos de la Penitenciaría Apostólica, que se ocupa de casos de conciencia, por obvias razones de discreción y respeto de las personas".
Pero también existe, como en cualquier archivo, una limitación temporal. O sea, el tiempo que se espera entre los hechos y el acceso a los documentos para que éstos ya sean efectivamente parte de la historia.
En el caso del Vaticano, la distancia suele rondar los 75 años. Y la práctica es que se abran por papado. Actualmente, el acceso llega hasta 1939, es decir, hasta el final del pontificado de Pío XI.
Con todo, varios documentos del papado de Pío XII ya se conocen a raíz del reclamo de sectores de la comunidad judía que consideran que Eugenio Pacelli asumió un papel débil durante el Holocausto y que vienen mostrando interés en acceder a información de primera mano.
Buena parte de los "secretos" del mundo de los últimos 2.000 años contenidos en el fascinante Archivo Secreto del Vaticano se encaminan a estar al alcance de todos.
A partir de la decisión de la Santa Sede de facilitar su consulta, el avance tecnológico lo hará posible.
Merced a un arduo proceso de digitalización que se puso en marcha en el último año y que finalizará en una década, será posible acceder a través de Internet (www. vatican.va) a los 80 mil manuscritos y 40 millones de páginas documentales que los palacios vaticanos atesoran en 85 kilómetros de anaqueles.
En alta definición se podrá disfrutar viendo joyas como el Codex Vaticanus los pergaminos con la transcripción más antigua de la Biblia completa, que data del siglo IV-; el pedido de los Lores de Inglaterra para que se anule el primer matrimonio de Enrique VIII, cuyo rechazo derivó en el cisma anglicano, y un extracto del célebre proceso a Galileo Galilei.
Pero también será una fascinante posibilidad -escudriñando en los documentos sobre el quehacer de la Iglesia y el devenir de los pueblos- de conocer y comprender mejor la historia.
Las voces autorizadas de la Santa Sede aseguran que prácticamente todos los documentos estarán al alcance de las consulta.
"En principio, ningún texto está excluido", aclara a Valores Religiosos el cardenal argentino Jorge Mejía, ex director de la Biblioteca y el Archivo Secreto. Precisa que "la única excepción podrían ser los documentos de la Penitenciaría Apostólica, que se ocupa de casos de conciencia, por obvias razones de discreción y respeto de las personas".
Pero también existe, como en cualquier archivo, una limitación temporal. O sea, el tiempo que se espera entre los hechos y el acceso a los documentos para que éstos ya sean efectivamente parte de la historia.
En el caso del Vaticano, la distancia suele rondar los 75 años. Y la práctica es que se abran por papado. Actualmente, el acceso llega hasta 1939, es decir, hasta el final del pontificado de Pío XI.
Con todo, varios documentos del papado de Pío XII ya se conocen a raíz del reclamo de sectores de la comunidad judía que consideran que Eugenio Pacelli asumió un papel débil durante el Holocausto y que vienen mostrando interés en acceder a información de primera mano.
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