SAN JOSAFAT, OBISPO Y MÁRTIR
(MEMORIA OBLIGATORIA)
(MEMORIA OBLIGATORIA)
MISA: “Aleluya”, sin “Gloria” ni “Credo” / Oraciones propias [754] / Prefacio de los Santos
Pastores [491] o de los santos Mártires [490] / Leccionario IV: Tt 3, 1-7; Sal 22, 1-3a. 3b-4. 5. 6 [812]; Lc 17, 11-19 [502].
LITURGIA DE LAS HORAS: Tomo IV / Los salmos y sus antífonas se toman del “Miércoles IV” del Salterio [1141] / La 2ª lectura del Oficio y la oración conclusiva son propias [1514] / La 1ª lectura del Oficio (“Año II”) del miércoles XXXII del T. Ordinario [516] / Todo lo demás del “Común de un Mártir” [1656], de Pastores [1678] o del “Miércoles IV” del Salterio [1140] / COMPLETAS: “Miércoles” [1221].
LECTURAS
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a Tito 3, 1-7
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a Tito 3, 1-7
Querido hermano:
Recuerda a todos que respeten a las autoridades que nos gobiernan, que les obedezcan y estén siempre dispuestos para cualquier obra buena. Que no injurien a nadie y sean amantes de la paz, que sean benévolos y demuestren una gran humildad con todos los hombres. Porque también nosotros antes éramos insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de los malos deseos y de toda clase de placeres, y vivíamos en la maldad y la envidia, siendo objeto de odio y odiándonos los unos a los otros.
Pero cuando se manifestó la bondad de Dios, nuestro Salvador, y su amor a los hombres, no por las obras de justicia que habíamos realizado, sino solamente por su misericordia, Él nos salvó, haciéndonos renacer por el bautismo y renovándonos por el Espíritu Santo. Y derramó abundantemente ese Espíritu sobre nosotros por medio de Jesucristo, nuestro Salvador, a fin de que, justificados por su gracia, seamos en esperanza herederos de la Vida eterna.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL 22, 1-6
R. El Señor es mi pastor, nada me puede faltar:
El Señor es mi pastor, nada me puede faltar.
Él me hace descansar en verdes praderas,
me conduce a las aguas tranquilas
y repara mis fuerzas. R.
Me guía por el recto sendero, por amor de su Nombre.
Aunque cruce por oscuras quebradas,
no temeré ningún mal, porque Tú estás conmigo:
tu vara y tu bastón me infunden confianza. R.
Tú preparas ante mí una mesa,
frente a mis enemigos;
unges con óleo mi cabeza
y mi copa rebosa. R.
Tu bondad y tu gracia me acompañan
a lo largo de mi vida;
y habitaré en la Casa del Señor,
por muy largo tiempo. R.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 17, 11-19
Mientras se dirigía a Jerusalén, Jesús pasaba a través de Samaría y Galilea. Al entrar en un poblado, le salieron al encuentro diez leprosos, que se detuvieron a distancia y empezaron a gritarle: «¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!»
Al verlos, Jesús les dijo: «Vayan a presentarse a los sacerdotes». Y en el camino quedaron purificados.
Uno de ellos, al comprobar que estaba sano, volvió atrás alabando a Dios en voz alta y se arrojó a los pies de Jesús con el rostro en tierra, dándole gracias. Era un samaritano.
Jesús le dijo entonces: «¿Cómo, no quedaron purificados los diez? Los otros nueve, ¿dónde están? ¿Ninguno volvió a dar gracias a Dios, sino este extranjero?» Y agregó: «Levántate y vete, tu fe te ha salvado».
Palabra del Señor.
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