En Roma se conserva el "panteón", o templo donde se rendía culto a todos los dioses de los pueblos que componían el Imperio Romano. Posteriormente la Iglesia imitó de algún modo el comportamiento pagano instituyendo el "panangion", una especie de cuadro de honor de "todos los santos".
La Iglesia nunca ha declarado dioses porque sólo admite un solo Dios. Se ha contentado con declarar "santos". Ciertamente su lista muchas veces no ha sido acertada, por lo que recientemente hemos visto desparecer del santoral santos que no han existido nunca. También ha declarado santos que no son del agrado de muchos cristianos.
En los primeros siglos, la declaración de santidad se hacía desde la base, es decir, era el pueblo con su clero y sus obispos quien aclamaba "santo" a aquel cuya vida o cuya muerte lo hubiera hecho acreedor.
Cuando la Iglesia cayó en la trampa de juridiccismo sometió a los héroes cristianos a unas reglas rígidas que han de tomarse en cuenta en un largo y complicado proceso, es lo que se llama hoy "proceso de canonización".
Realmente la Iglesia no necesita tantos requisitos jurídicos para inscribir en el santoral a algunos de los suyos. Tan largo proceso canónico ha impedido que algunos verdaderamente santos hayan sido reconocidos como tales. Ante la tardanza de la Iglesia de despojarse de tanto legalismo, en América Latina las comunidades cristianas se han decidido a canonizar a sus santos. El caso más reciente es el de Mons Romero.
Entre nosotros el famoso escriturista sevillano, JM. Gonzáles Ruiz, sobrino del obispo de Málaga, D. Manuel González, que está en vía de canonización, se ha adelantdo a canonizar a Los santos que nunca serán canonizados Este es el título de uno de sus libros, en el que nos da una visión de la vida y muerte de una serie de personas que considera canonizables, incluso en la aparente situación de ateísmo en que han vivido algunos de ellos.
Hay por ahí, dice, muchos santos por libre, cuyas pistas tenemos que seguir, ya que el mismo Jesus nos ha dicho que no pretendamos los cristianos tener el monoplio de su nombre. En el santoral de los no canonizables figuran Antonio Machado, Miguel Hernandez, Fray Bartolómé de la Casas, Pablo Iglesia y muchos más.
En una Iglesia "canónica", los ateos nunca podrán ser canonizados, pero Jesus dijo a los fariseos: Os aseguro de los publicanos y las prostitutas llegan antes que vosotros al reino de Dios (Mt 21-31). Igualmente declaró que en el juicio definitivo serán "canonizados" muchos "ateos", o sea que ni siquiera le conocían:
Señor, dirán los ateos "sociológicos" ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer; sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero y te hospedamos; o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte? Y Jesús les dirá: todo lo que hicísteis con uno de estos hermanos más pequeños conmigo lo hicísteis (Mt 35, 37-40).
Desde el Evangelio, pues, se nos permite ir a buscar y dar a conocer a los santos que nunca serán canonizados.
Ver JM. González Ruiz, Los santos que nunca serán canonizados, Planeta 1979
La Iglesia nunca ha declarado dioses porque sólo admite un solo Dios. Se ha contentado con declarar "santos". Ciertamente su lista muchas veces no ha sido acertada, por lo que recientemente hemos visto desparecer del santoral santos que no han existido nunca. También ha declarado santos que no son del agrado de muchos cristianos.
En los primeros siglos, la declaración de santidad se hacía desde la base, es decir, era el pueblo con su clero y sus obispos quien aclamaba "santo" a aquel cuya vida o cuya muerte lo hubiera hecho acreedor.
Cuando la Iglesia cayó en la trampa de juridiccismo sometió a los héroes cristianos a unas reglas rígidas que han de tomarse en cuenta en un largo y complicado proceso, es lo que se llama hoy "proceso de canonización".
Realmente la Iglesia no necesita tantos requisitos jurídicos para inscribir en el santoral a algunos de los suyos. Tan largo proceso canónico ha impedido que algunos verdaderamente santos hayan sido reconocidos como tales. Ante la tardanza de la Iglesia de despojarse de tanto legalismo, en América Latina las comunidades cristianas se han decidido a canonizar a sus santos. El caso más reciente es el de Mons Romero.
Entre nosotros el famoso escriturista sevillano, JM. Gonzáles Ruiz, sobrino del obispo de Málaga, D. Manuel González, que está en vía de canonización, se ha adelantdo a canonizar a Los santos que nunca serán canonizados Este es el título de uno de sus libros, en el que nos da una visión de la vida y muerte de una serie de personas que considera canonizables, incluso en la aparente situación de ateísmo en que han vivido algunos de ellos.
Hay por ahí, dice, muchos santos por libre, cuyas pistas tenemos que seguir, ya que el mismo Jesus nos ha dicho que no pretendamos los cristianos tener el monoplio de su nombre. En el santoral de los no canonizables figuran Antonio Machado, Miguel Hernandez, Fray Bartolómé de la Casas, Pablo Iglesia y muchos más.
En una Iglesia "canónica", los ateos nunca podrán ser canonizados, pero Jesus dijo a los fariseos: Os aseguro de los publicanos y las prostitutas llegan antes que vosotros al reino de Dios (Mt 21-31). Igualmente declaró que en el juicio definitivo serán "canonizados" muchos "ateos", o sea que ni siquiera le conocían:
Señor, dirán los ateos "sociológicos" ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer; sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero y te hospedamos; o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte? Y Jesús les dirá: todo lo que hicísteis con uno de estos hermanos más pequeños conmigo lo hicísteis (Mt 35, 37-40).
Desde el Evangelio, pues, se nos permite ir a buscar y dar a conocer a los santos que nunca serán canonizados.
Ver JM. González Ruiz, Los santos que nunca serán canonizados, Planeta 1979
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