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sábado, 28 de junio de 2008

XIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO - CICLO A: Tú eres Pedro

Publicado por Red Joven

Celebramos hoy la fiesta de los santos apóstoles Pedro y Pablo. Ellos son las columnas de la Iglesia. Pedro fue la roca puesta como fundamento de la Iglesia; Pablo, la voz dada al Evangelio en su carrera entre los gentiles (cf. Benedicto XVI, Homilía 29-VI-2007).

Fueron elegidos por el Señor para ser testigos de la Buena Noticia, para ser pescadores de hombres. Siendo débiles y pecadores fueron elegidos por Dios para que en su debilidad se manifestara la fuerza y la grandeza de Dios. Ellos hicieron de Jesucristo, el Señor de su vida, el centro de su existencia, la razón y la fuerza para vivir: Para mí la vida es Cristo, y una ganancia el morir, dirá San Pablo; Señor, ¿a quién iremos? Sólo tú tienes palabras de vida eterna, dirá San Pedro.

Esta fiesta nos recuerda que nuestra vida en la Iglesia se ha de apoyar sobre las virtudes que encarnan estos santos: la fidelidad a Cristo, la obediencia y la evangelización infatigable.

Ser cristiano es vivir en la Iglesia una vida de fidelidad total a la doctrina de Jesucristo: aceptarla íntegramente y tratar de llevarla a la práctica; ser cristiano es vivir una vida de fidelidad a las enseñanzas del Magisterio de la Iglesia, es decir a los obispos en comunión con el Papa, encargados de interpretar auténticamente la Palabra de Dios (cf. Catecismo 85); ser cristiano es vivir una vida de evangelización y testimonio de Jesucristo, insistiendo "a tiempo y a destiempo" para hacer llegar el Evangelio a todas las gentes.

Muchas veces vemos como se critica duramente al Papa y a la Iglesia. Estas críticas, llenas de exageraciones, falsedades o incomprensiones, tantas veces; lo que buscan es hacer daño, desorientar y confundir a los cristianos.

Por ello, es necesario que cada día ames más a la Iglesia, que ames más al Papa y trates de escuchar su enseñanza y llevarla a la práctica, dándote cuenta de que la doctrina que el Papa propone no es arbitraria ni caprichosa: “Mi verdadero programa de gobierno es no hacer mi voluntad, no seguir mis propias ideas, sino de ponerme, junto con toda la Iglesia, a la escucha de la palabra y de la voluntad del Señor y dejarme conducir por Él, de tal modo que sea él mismo quien conduzca a la Iglesia en esta hora de nuestra historia” (cf. Benedicto XVI, Homilía en el solemne inicio del ministerio petrino, 25-IV-2005). Es necesario que reces cada día pidiendo a Dios por el Papa y los demás pastores de la Iglesia, en la tremenda responsabilidad que tienen de guiar al pueblo de Dios hasta la vida eterna.

Y también es necesario que te tomes muy en serio la tarea de dar testimonio, de ser apóstol, de trabajar infatigablemente por la nueva evangelización de la sociedad, empezando por ti mismo, por tu familia y tu ambiente. El Señor te invita a la nueva evangelización, a ser apóstol, a no tener miedo de dar la cara por Cristo, a recorrer el mundo de hoy aprovechando todas las ocasiones para ser heraldo, apóstol y maestro del Evangelio, sin tener miedo, no porque confíes en tus fuerzas, sino porque sé de quién me he fiado y que tiene poder para asegurar hasta el final el encargo que me dio (cf 2 Tim 1, 12s). La acción de la Iglesia sólo es creíble y eficaz en la medida en que quienes forman parte de ella están dispuestos a pagar personalmente su fidelidad a Cristo, en cualquier circunstancia. Donde falta esta disponibilidad, falta el argumento decisivo de la verdad, del que la Iglesia misma depende (Benedicto XVI, Homilía en las Vísperas de San Pedro y San Pablo, 28-VI-2007).

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