Publicado por Entra y Veras
Puede que parte de los modos de vida de la vida religiosa nos parezcan arcaicos o poco acordes con los nuevos tiempos. Esto se debe muchas veces a la falta de conocimiento, a una visión superficial. El autor nos da otra perspectiva.
Casi todos entendéis lo que significa el compromiso de servicio de un sacerdote en una parroquia. No es tan fácil para muchos cristianos tener la oportunidad de oír hablar y conocer lo que significa la vida religiosa y más en concreto la profesión religiosa.
Puede definirse como “una declaración pública, de carácter litúrgico, ante un superior o superiora de un instituto, de querer comprometerse en la observancia de su regla, en concreto haciendo voto a Dios de pobreza, castidad y obediencia. Los efectos de este acto son: la consagración a Dios recibida en la Iglesia, el ingreso en el estado de vida consagrada y la incorporación al instituto”.
Esa es una definición formal. Atendamos a lo que significa la vida religiosa en contraste con lo que conocemos y teniendo en cuenta la estima o valoración que tiene hoy en nuestra sociedad y entre los mismos cristianos.
Permitid que me sirva de un ejemplo. Hace apenas unos días estaba en China visitando a los agustinos recoletos que están en nuestra misión. Visitaba a Monseñor Nicolás, anciano y enfermo en el hospital. Consulté con los religiosos y nos pareció oportuno tener un encuentro con los médicos y enfermeras que lo atendían para agradecerles su solicitud y atención. En la conversación con ellos llevados por la curiosidad comenzaron a preguntar sobre nuestra fe, nuestra religión, la forma de vivir los cristianos. Para ellos todo eso era casi totalmente desconocido y nuevo. Hay una mayoría en China que, o no son creyentes o no pertenecen a ninguna religión. La religión para muchos es algo arcaico, que suscita curiosidad pero alejado de los intereses y preocupaciones de la sociedad mayoritaria. De alguna forma es algo pasado de moda.
Se me ocurría hoy pensar que como la religión católica para los chinos así puede ser la vida religiosa para muchos católicos. Dentro de la Iglesia se le concede prioridad a los movimientos eclesiales, a los ministerios y servicios, a compromisos temporales… muchos laicos encuentran en ellos la forma mejor de ser discípulos de Jesús, atraen vocaciones… y ¿la vida religiosa es arcaica? ¿está pasada de moda?
Dedicar tiempo todos los días hasta el último a estar donde encontramos silencio para que, incluso la voz más queda de Dios se oiga, como le sucedió a Samuel… (1Sam 3,1-10) si eso está pasado de moda quizás la vida religiosa esté pasada de moda.
Dedicar toda la vida a proclamar la salvación, los valores del Reino, la vida que nos trasciende, como el salmista… (Salmo 39) si eso está pasado de moda quizás la vida religiosa esté pasada de moda.
Tener como objetivo en toda la existencia la bondad, la misericordia entrañable, la humildad, la comprensión, el vivir juntos y perdonarse, el dar gracias y cantar con alegría a Dios, como invitaba el apóstol Pablo a los colosenses… (Col 3, 12-17) si eso está pasado de moda quizás la vida religiosa esté pasada de moda.
Tener como regla suprema y para toda la vida amarse mutuamente como Jesús amaba y ama hasta dar la vida, dejarse elegir por Él como amigos, confiarle el propio destino, desear que nuestra alegría sea total, como cuenta Juan evangelista que Jesús les ofreció a los discípulos… (Jn 15, 9-17) si eso está pasado de moda quizás la vida religiosa esté pasada de moda.
Es cierto. Nuestra sociedad y nuestro mundo continuamente están creando nuevas modas. La profesión religiosa solemne quiere proclamar la novedad siempre permanente del evangelio de Jesús vivido de forma total y para siempre.
Estos jóvenes también y en primer lugar quieren desechar de la moda los discursos deslumbrantes que no se corresponden con las obras, las palabras bonitas que no guardan coherencia con lo que se vive. Ese era ya el reproche de Jesús a los hipócritas.
Todos los religiosos, estamos llamados a quitar de la moda la mediocridad que escandaliza y no convence, el elitismo que presume de superioridad y no se pone al servicio, el hablar de Dios sin apenas tratar con Él, el querer servir a los pobres sin renunciar a las comodidades para estar con ellos, el tener seguros nuestros proyectos y planes sin sentarse con los hermanos para escucharles y aprender de ellos y con ellos el plan de Dios, la falta de entrega a una persona en el amor para hacerse esclavo de los propios deseos.
Rafael Mediavilla Becerril, agustino recoleto.
Extracto de una homilia pronunciada con motivo de la profesión solemne de cuatro agustinos recoletos el sábado 4 de octubre de 2008.
Casi todos entendéis lo que significa el compromiso de servicio de un sacerdote en una parroquia. No es tan fácil para muchos cristianos tener la oportunidad de oír hablar y conocer lo que significa la vida religiosa y más en concreto la profesión religiosa.
Puede definirse como “una declaración pública, de carácter litúrgico, ante un superior o superiora de un instituto, de querer comprometerse en la observancia de su regla, en concreto haciendo voto a Dios de pobreza, castidad y obediencia. Los efectos de este acto son: la consagración a Dios recibida en la Iglesia, el ingreso en el estado de vida consagrada y la incorporación al instituto”.
Esa es una definición formal. Atendamos a lo que significa la vida religiosa en contraste con lo que conocemos y teniendo en cuenta la estima o valoración que tiene hoy en nuestra sociedad y entre los mismos cristianos.
Permitid que me sirva de un ejemplo. Hace apenas unos días estaba en China visitando a los agustinos recoletos que están en nuestra misión. Visitaba a Monseñor Nicolás, anciano y enfermo en el hospital. Consulté con los religiosos y nos pareció oportuno tener un encuentro con los médicos y enfermeras que lo atendían para agradecerles su solicitud y atención. En la conversación con ellos llevados por la curiosidad comenzaron a preguntar sobre nuestra fe, nuestra religión, la forma de vivir los cristianos. Para ellos todo eso era casi totalmente desconocido y nuevo. Hay una mayoría en China que, o no son creyentes o no pertenecen a ninguna religión. La religión para muchos es algo arcaico, que suscita curiosidad pero alejado de los intereses y preocupaciones de la sociedad mayoritaria. De alguna forma es algo pasado de moda.
Se me ocurría hoy pensar que como la religión católica para los chinos así puede ser la vida religiosa para muchos católicos. Dentro de la Iglesia se le concede prioridad a los movimientos eclesiales, a los ministerios y servicios, a compromisos temporales… muchos laicos encuentran en ellos la forma mejor de ser discípulos de Jesús, atraen vocaciones… y ¿la vida religiosa es arcaica? ¿está pasada de moda?
Dedicar tiempo todos los días hasta el último a estar donde encontramos silencio para que, incluso la voz más queda de Dios se oiga, como le sucedió a Samuel… (1Sam 3,1-10) si eso está pasado de moda quizás la vida religiosa esté pasada de moda.
Dedicar toda la vida a proclamar la salvación, los valores del Reino, la vida que nos trasciende, como el salmista… (Salmo 39) si eso está pasado de moda quizás la vida religiosa esté pasada de moda.
Tener como objetivo en toda la existencia la bondad, la misericordia entrañable, la humildad, la comprensión, el vivir juntos y perdonarse, el dar gracias y cantar con alegría a Dios, como invitaba el apóstol Pablo a los colosenses… (Col 3, 12-17) si eso está pasado de moda quizás la vida religiosa esté pasada de moda.
Tener como regla suprema y para toda la vida amarse mutuamente como Jesús amaba y ama hasta dar la vida, dejarse elegir por Él como amigos, confiarle el propio destino, desear que nuestra alegría sea total, como cuenta Juan evangelista que Jesús les ofreció a los discípulos… (Jn 15, 9-17) si eso está pasado de moda quizás la vida religiosa esté pasada de moda.
Es cierto. Nuestra sociedad y nuestro mundo continuamente están creando nuevas modas. La profesión religiosa solemne quiere proclamar la novedad siempre permanente del evangelio de Jesús vivido de forma total y para siempre.
Estos jóvenes también y en primer lugar quieren desechar de la moda los discursos deslumbrantes que no se corresponden con las obras, las palabras bonitas que no guardan coherencia con lo que se vive. Ese era ya el reproche de Jesús a los hipócritas.
Todos los religiosos, estamos llamados a quitar de la moda la mediocridad que escandaliza y no convence, el elitismo que presume de superioridad y no se pone al servicio, el hablar de Dios sin apenas tratar con Él, el querer servir a los pobres sin renunciar a las comodidades para estar con ellos, el tener seguros nuestros proyectos y planes sin sentarse con los hermanos para escucharles y aprender de ellos y con ellos el plan de Dios, la falta de entrega a una persona en el amor para hacerse esclavo de los propios deseos.
Rafael Mediavilla Becerril, agustino recoleto.
Extracto de una homilia pronunciada con motivo de la profesión solemne de cuatro agustinos recoletos el sábado 4 de octubre de 2008.
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