NO DEJES DE VISITAR
GIF animations generator gifup.com www.misionerosencamino.blogspot.com
El Blog donde encontrarás abundante material de formación, dinámicas, catequesis, charlas, videos, música y variados recursos litúrgicos y pastorales para la actividad de los grupos misioneros.
Fireworks Text - http://www.fireworkstext.com
BREVE COMENTARIO, REFLEXIÓN U ORACIÓN CON EL EVANGELIO DEL DÍA, DESDE LA VIVENCIA MISIONERA
SI DESEAS RECIBIR EL EVANGELIO MISIONERO DEL DÍA EN TU MAIL, DEBES SUSCRIBIRTE EN EL RECUADRO HABILITADO EN LA COLUMNA DE LA DERECHA

domingo, 29 de marzo de 2009

Evangelio Misionero del Día: Lunes 30 de Marzo de 2009

Por CAMINO MISIONERO


Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 8, 1-11

Jesús fue al monte de los Olivos. Al amanecer volvió al Templo, y todo el pueblo acudía a Él. Entonces se sentó y comenzó a enseñarles.
Los escribas y los fariseos le trajeron a una mujer que había sido sorprendida en adulterio y, poniéndola en medio de todos, dijeron a Jesús: «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. Moisés, en la Ley, nos ordenó apedrear a esta clase de mujeres. Y Tú, ¿qué dices?».
Decían esto para ponerlo a prueba, a fin de poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, comenzó a escribir en el suelo con el dedo.
Como insistían, se enderezó y les dijo: «Aquél de ustedes que no tenga pecado, que arroje la primera piedra». E inclinándose nuevamente, siguió escribiendo en el suelo. Al oír estas palabras, todos se retiraron, uno tras otro, comenzando por los más ancianos.
Jesús quedó solo con la mujer, que permanecía allí, e incorporándose, le preguntó:
«Mujer, ¿dónde están tus acusadores? ¿Nadie te ha condenado?»
Ella le respondió:
«Nadie, Señor».
«Yo tampoco te condeno -le dijo Jesús-. Vete, no peques más en adelante».

Compartiendo la Palabra
Por Pedro Barranco

Dicen que la única vez que sabemos que Jesús escribió algo, fue en esta ocasión. Me pregunto qué pondría en el suelo. No acierto a imaginármelo, pero fue lo suficientemente claro para que los que estaban allí entendieran algo más de su concepto de la persona y de la compasión. A lo mejor no eran más que garabatos, o listas de pecados, o de perdones…o quizás nada de eso.

Atravesamos nuestra vida de juicios y valoraciones sobre las otras personas. Miramos desde el prisma de nuestras pobres miserias y rencores, desde nuestro concepto de la justicia, del castigo o del perdón.

Una cosa me preocupa cada vez más: la verdad se encuentra tan de nuestra parte, que los demás sólo pueden estar en el error. Esa especie de endiosamiento que nos convierte en distintos y radicalmente situados en el sitial de la sabiduría.
Los contemporáneos de Jesús conocían probablemente el episodio que se nos cuenta en el libro de Daniel. No juzgaban por apariencia, en este caso. Habían visto el pecado de la mujer, y la llevaban para matarla. Al hombre ni se le cita, su castigo era menor. La mujer, desposeída de dignidad, era la que cargaba con todo el peso de la culpa. Jesús va más allá, como siempre. Se pone del lado de la persona débil y les hace caer en la cuenta de su enorme debilidad: nadie está libre de errores, de culpas, de pecados. La mirada de Dios es benevolente porque nos vuelve sobre nosotros para poder entender con misericordia los errores de los otros.

Se necesitan muchas dosis de perdón, y este sólo puede salir de un corazón reconciliado. Una persona que haya vivido en profundidad la densidad del perdón, sobre todo del que proviene de Dios, puede mirar con bondad al otro, aunque sepa reconocer el mal que ha hecho. Jesús no justifica el mal realizado por la mujer, le pide que no peque más, sino que la acoge para que pueda darse en ella el cambio, la transformación interior. Camino largo y difícil el que nos propone el maestro, pero gratificante. Al final, quien es capaz de realizar la proeza de perdonar, obra el milagro del cambio interior del otro y del suyo propio. Si fuéramos capaces de mirar así, y de sentirnos mirados así, el mundo podría ser capaz de hacer llegar el alba del nuevo mundo que todos esperamos que aparezca.

No hay comentarios: