Publicado por Cipecar
Lunes, 5 de julio
“¡Ánimo, hija! Tu fe te ha curado” (Mt 9,22).
En una mujer enferma la fe se hace gesto confiado. Jesús la mira con ternura. Acércate a Jesús y preséntale situaciones desesperadas de la humanidad.
Con una mirada de fe espero tu amor, Señor.
Martes, 6 de julio
“Rogad al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies” (Mt 9,38).
Al ver al pueblo, cansado y abatido, Jesús siente una compasión sin límites. Cultiva la compasión mirando los rostros de la gente.
Cada día te lo pediré, Padre: Envía a este mundo nuevos obreros del amor.
Miércoles, 7 de julio
“Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca” (Mt 10,7).
También ésta es la hora de la misión, un momento de gracia para alentar, renovar y emprender con nuevo ánimo nuestro compromiso misionero. Comparte tu fe con los que te rodean; no escondas la luz.
Con gozo escucharé cada día tu mandato, Jesús. Con gozo anunciaré tu Evangelio.
Jueves, 8 de julio
“Al entrar en una casa, saludad” (Mt 10,12).
Toda casa, todo pueblo, toda calle, toda persona, necesitan cada mañana el saludo de la paz. Cultiva el saludo con los que te rodean. El saludo nos hace hermanos.
Salúdame con tu alegría, Señor. Visítame con tu salvación.
Viernes, 9 de julio
“No seréis vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros” (Mt 10,20).
La tarea del evangelio es hermosa pero entraña dificultades. Los misioneros necesitan beber cada día en las fuentes del consuelo. Alienta a los misioneros que conoces. Muéstrales tu cercanía.
Callaré y tú, Espíritu, hablarás en mí el lenguaje de la paz y del amor.
Sábado, 10 de julio
“No tengáis miedo” (Mt 10,28).
¿Cómo alumbrar un mundo nuevo? Las cosas bellas empiezan a nacer en un corazón que ha expulsado el miedo. Expón a Jesús los miedos que te tienen atrapado/a y no te dejan volar en libertad.
Confío y nada temo, porque Tú vas conmigo.
“¡Ánimo, hija! Tu fe te ha curado” (Mt 9,22).
En una mujer enferma la fe se hace gesto confiado. Jesús la mira con ternura. Acércate a Jesús y preséntale situaciones desesperadas de la humanidad.
Con una mirada de fe espero tu amor, Señor.
Martes, 6 de julio
“Rogad al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies” (Mt 9,38).
Al ver al pueblo, cansado y abatido, Jesús siente una compasión sin límites. Cultiva la compasión mirando los rostros de la gente.
Cada día te lo pediré, Padre: Envía a este mundo nuevos obreros del amor.
Miércoles, 7 de julio
“Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca” (Mt 10,7).
También ésta es la hora de la misión, un momento de gracia para alentar, renovar y emprender con nuevo ánimo nuestro compromiso misionero. Comparte tu fe con los que te rodean; no escondas la luz.
Con gozo escucharé cada día tu mandato, Jesús. Con gozo anunciaré tu Evangelio.
Jueves, 8 de julio
“Al entrar en una casa, saludad” (Mt 10,12).
Toda casa, todo pueblo, toda calle, toda persona, necesitan cada mañana el saludo de la paz. Cultiva el saludo con los que te rodean. El saludo nos hace hermanos.
Salúdame con tu alegría, Señor. Visítame con tu salvación.
Viernes, 9 de julio
“No seréis vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros” (Mt 10,20).
La tarea del evangelio es hermosa pero entraña dificultades. Los misioneros necesitan beber cada día en las fuentes del consuelo. Alienta a los misioneros que conoces. Muéstrales tu cercanía.
Callaré y tú, Espíritu, hablarás en mí el lenguaje de la paz y del amor.
Sábado, 10 de julio
“No tengáis miedo” (Mt 10,28).
¿Cómo alumbrar un mundo nuevo? Las cosas bellas empiezan a nacer en un corazón que ha expulsado el miedo. Expón a Jesús los miedos que te tienen atrapado/a y no te dejan volar en libertad.
Confío y nada temo, porque Tú vas conmigo.
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