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martes, 12 de octubre de 2010

RAÚL VERA, UN OBISPO MEXICANO DEFENSOR DE LOS INMIGRANTES


La fundación Rafto, un grupo noruego de derechos humanos, que en cuatro ocasiones anticipó el ganador del Nobel de la Paz, entregó recientemente su premio anual a un obispo mexicano José Raúl Vera López por su labor defendiendo a inmigrantes e indígenas.

El dominico de 65 años es obispo de la diócesis de Saltillo, cerca de la frontera con Estados Unidos, un área que es sacudida por la violencia ligada al narcotráfico y por el combate declarado contra los cárteles.

El religioso fue elegido por su lucha por los derechos humanos y la justicia social:

"Es un crítico inflexible del abuso de poder y un valiente defensor de los inmigrantes, los indígenas, y otros grupos en riesgo en la sociedad mexicana".

"Al tiempo que comparte la preocupación del Gobierno por el poder y la violencia de los cárteles de la droga, Raúl Vera critica los métodos usados por la policía y las fuerzas armadas en su lucha contra el delito, así como el fracaso en enfrentar las causas sociales subyacentes".

El premio Rafto, otorgado anualmente desde 1987, entrega 10,000 dólares y contribuye a crear conciencia sobre la importancia de observar de cerca las violaciones de los derechos humanos y a las personas y comunidades que necesitan la atención del mundo.

Emergencia de derechos humanos en México

México no es un país pobre. Sin embargo, casi la mitad de los 110 millones de habitantes del país vive por debajo del umbral de pobreza. También se ha incrementado el vivir en constante miedo. La ola de asesinatos y violencia ha seguido la estela de la guerra brutal de cárteles criminales para controlar el comercio ilegal de drogas. México es la principal arteria de drogas ilícitas procedentes de América Latina a los Estados Unidos.

La corrupción generalizada entre los políticos, en la fuerza policial y dentro de los órganos judiciales ha proporcionado influencia política a los cárteles y un nivel casi total de impunidad. Al asumir el cargo en diciembre de 2006, el Presidente Felipe Calderón declaró la guerra contra el narcotráfico y la delincuencia, por lo que ha desplegado fuerzas militares para llevar a cabo las actividades policiales.

La creciente militarización y la contraofensiva de los cárteles han dado lugar a más de 20.000 bajas, entre ellas 1.000 policías y unos 100 soldados. También se han agravado los problemas de asesinato, violación, secuestro y otras formas de abuso contra la población civil, incluso por parte de agentes militares y policiales.

La población de inmigrantes se encuentra particularmente en riesgo. A su paso por México, provenientes de El Salvador, Honduras y Guatemala, los inmigrantes están expuestos a secuestros, acoso, robo y asalto sexual, a veces incluso por parte de las autoridades de inmigración, la policía o el ejército.

Activistas de derechos humanos y periodistas que han documentado abusos de corrupción e impunidad se encuentran en alto riesgo en México. Estas personas están expuestas a amenazas y seguimientos y algunos desaparecen o mueren como consecuencia de su trabajo. Sólo en el año 2009 ocho periodistas mexicanos fueron asesinados.

Frente a esta situación y poniendo en peligro su propia seguridad, el obispo José Raúl Vera López habla sin miedo contra las violaciones de derechos humanos, la corrupción, los abusos del poder y la ausencia del imperio de la ley.

El trabajo de Raúl Vera demuestra una voluntad inquebrantable y fe en la acción concreta para mejorar la calidad de vida de la población pobre, vulnerable y oprimida de México. Sus actividades son muy variadas, pero sus preocupaciones centrales son el asesinato y violación de mujeres y la situación de riesgo de los inmigrantes, además está involucrado en casos concretos de lucha por los derechos de pueblos indígenas, de campesinos pobres y por los derechos de los trabajadores.

El ha levantado su voz en contra de la falta de protección para los periodistas y la impunidad en casos de abusos cometidos por militares y policías, también ha acusado a la Corte Suprema de estar asociada con los cárteles criminales. El obispo Raúl Vera ha dado voz a los presos y ha demostrado cómo las estructuras sociales en México sistemáticamente ponen en desventaja a los pobres y fuerzan a la gente a una vida de crimen.

Contrariamente a la mayoría del clero, él aboga en favor de los gays y lesbianas, así como de las prostitutas. En el actual debate sobre los derechos de gays y lesbianas, el obispo Vera ha destacado la importancia de luchar contra los prejuicios:

"La comunidad gay y lesbiana merece respeto. Debemos esforzarnos por eliminar los prejuicios y de entender el orden social en que vivimos. Nuestros problemas no se resuelven a través de los prejuicios sino a través de un conocimiento más profundo".


Intentos de silenciar al obispo Raúl Vera

El activismo por los derechos humanos de Raúl Vera apareció por primera vez cuando fue obispo auxiliar en la región sur de Chiapas entre 1995 y 1999.

Mientras estuvo allí, trabajó para mejorar los derechos de los campesinos pobres y de los pueblos indígenas junto con el obispo Samuel Ruiz García, conocido como incansable defensor de los derechos de los pueblos indígenas. Durante las rebeliones de Chiapas en la década de 1990, los dos contribuyeron a mantener el alto al fuego entre el gobierno y los Zapatistas.

Estos esfuerzos se encontraron con la desaprobación de las autoridades, a lo que la Iglesia respondió no nombrándolo obispo de Chiapas, posición a la cual debía haber llegado según la costumbre. En cambio, Raúl Vera fue nombrado obispo de la diócesis de Saltillo, en la frontera de México con Estados Unidos.

Raúl Vera se negó a callar. Saltillo se encuentra en una región asolada por la generalización de violaciones de derechos humanos y el obispo Vera respondió intensificando su participación en la defensa de los derechos humanos y su trabajo por los pobres.

Raúl Vera se ha caracterizado por ser "uno de los críticos más valientes contra las violaciones de derechos humanos en el México de hoy, exponiendo los abusos de las fuerzas armadas”. Aunque comparte el rechazo contra la sed de poder y la violencia de los cárteles de la droga, Raúl Vera critica los métodos utilizados por la policía y las fuerzas armadas en su lucha contra la delincuencia, así como el fracaso para hacer frente a las causas sociales subyacentes.

Usa su autoridad como obispo para criticar al gobierno, aunque también se refiere en detalle a las estructuras sociales que llevan a la opresión. Cuestiona la estrecha relación entre la Iglesia Católica y las autoridades y aboga por una sociedad más comprometida y una iglesia más crítica.

Raúl Vera compagina la lucha por los cambios a largo plazo en la sociedad mexicana con un esfuerzo global por ayudar a quienes tienen necesidades inmediatas. De esta manera, siendo "la voz de los que no tienen voz”, contribuye a dar a la población más vulnerable de México una vida con dignidad y la esperanza de un futuro mejor

Como una herramienta fundamental en la sensibilización y la capacitación, fundó el Centro Diocesano para los Derechos Humanos Fray Juan de Larios.

En 2002, como obispo de Saltillo, Raúl Vera estableció la organización Belén, un refugio para los migrantes y muchos de los deportados en esta región fronteriza con los Estados Unidos. Desde que Belén se puso en marcha hace ocho años, ha dado refugio a unos 40.000 inmigrantes de todas partes de Centroamérica, permitiéndoles reunirse, compartir sus experiencias y desarrollar estrategias para mejorar su situación e imaginar un futuro diferente.

La realización de este tipo de trabajo puede ser peligrosa en el México de hoy. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos pidió al gobierno mexicano que garantizara la seguridad y protección del Padre Pedro Pantoja, un sacerdote que trabaja con Raúl Vera en Belén. Amnistía Internacional posteriormente amplió su demanda de protección para incluir a todos los empleados del centro y los inmigrantes que se albergan allí.



Extracto de la información recibida desde
Cuadernos Opciòn Por Los Pobres - Chile
opcion_porlospobres_chile@yahoo.com

1 comentario:

*Yoly* dijo...

*muy buen articulo! yo soy mexicana y misionera de corazon, ahora vivo en el Paraguay por que estoy haciendo un voluntariado con los hermanos de La Salle!!!
es muy bonito ver que hay blogs de este tipo!!
yo tambien tengo uno en donde voy relatando mi vida en el voluntariado, apenas llevo un mes pero continuare escribiendo :D
lo comparto con ustedes

http://voluntariaymas.visitamiblog.com/