Por Padre Phil Bloom
Tema básico: Cuando nos comparamos a otros - pensando que debemos recibir mas - venimos a ser resentidos y envidiosos. Cuando enfocamos en la generosidad de Dios, venimos a ser mayordomos alegres.
El Evangelio de hoy sobre los trabajadores para la viña me hizo pensar en mi cuñado. Alex era un viudo cuando se caso con mi hermana hace unos veinti-tantos años. Recien me dijo, "Padre Felipe, dentro de poco celebrará mis bodas de plata." Le dijo, "Pero, Alex, tu y Melanie no han sido casados por tanto tiempo."
"No," me dijo, "pero incluyo los años con mi primera esposa." Resulta que Alex considera sus años de matrimonio como años de servicio. Quiere credito para cada uno.
Los trabajadores para la viña que empezaron en la mañana eran un poco como mi cuñado. Querrian credito para cada hora que trabajaron. La ironia es que si el dueño les hubiera pagado primero y se fueran, no habrian tenido una queja. Habrian sido contentos con su denario. El problema entro cuando se compararon con los otros: "Ellos trabajaron una hora y recibieron un denario. Nosotros trabajaron doce horas. Debemos a haber recibido doce denarios." Creyeron que recibirian mas.
Cuando nos comparamos a otros, facilmente nos caemos en envidia y resentimiento. Tuve una experiencia de eso cuando estaba escuchando una entrevista con un candidato presidencial. El entrevistador le pregunto como definiria "clase media." El candidato dijo que la clase media incluye personas que ganan hasta $150,000 al año. Yo empezaba a pensar, "Ciento cincuenta mil dolares. Yo no gano tanto." Entonces, me pregunte de donde venia ese pensambiento. Soy sacerdote. Para mis necesidades, recibo bastante, especialmente cuando considero a los pobres en el Peru - y en mi propia parroquia.
El diablo siempre quiere que nos comparemos a otros que hayan recibido algo diferente de nosotros. Quiere llenarnos de resentimiento, colera y envidia. Dios, al contrario, quiere que meditemos sobre su generosidad - tanto lo que nos ha dado. Y recordar a los pobres - los que tienen mucho menos que nosotros y necesitan nuestra ayuda. El diablo quiere que nos enfoquemos en los desprecios; Dios quiere Mayordomia. Uno trae miseria; el otro trae alegria.
Dios nos dara el credito apropiado. Estoy seguro que Dios honrará a mi cuñado por sus años de matrimonio fiel a mi hermana - y a su primera esposa a quien cuido en su enfermedad final. Nadie debe preocuparse si Dios nos dara su debido. Debemos enfocar en su generosidad. No da mucho mas de lo que pudieramos merecer - o pedir.
Para concluir quisiera resumir mi punto principal: Cuando nos comparamos a otros - pensando que debemos recibir mas - venimos a ser resentidos y envidiosos. Cuando enfocamos en la generosidad de Dios, venimos a ser mayordomos alegres.
El Evangelio de hoy sobre los trabajadores para la viña me hizo pensar en mi cuñado. Alex era un viudo cuando se caso con mi hermana hace unos veinti-tantos años. Recien me dijo, "Padre Felipe, dentro de poco celebrará mis bodas de plata." Le dijo, "Pero, Alex, tu y Melanie no han sido casados por tanto tiempo."
"No," me dijo, "pero incluyo los años con mi primera esposa." Resulta que Alex considera sus años de matrimonio como años de servicio. Quiere credito para cada uno.
Los trabajadores para la viña que empezaron en la mañana eran un poco como mi cuñado. Querrian credito para cada hora que trabajaron. La ironia es que si el dueño les hubiera pagado primero y se fueran, no habrian tenido una queja. Habrian sido contentos con su denario. El problema entro cuando se compararon con los otros: "Ellos trabajaron una hora y recibieron un denario. Nosotros trabajaron doce horas. Debemos a haber recibido doce denarios." Creyeron que recibirian mas.
Cuando nos comparamos a otros, facilmente nos caemos en envidia y resentimiento. Tuve una experiencia de eso cuando estaba escuchando una entrevista con un candidato presidencial. El entrevistador le pregunto como definiria "clase media." El candidato dijo que la clase media incluye personas que ganan hasta $150,000 al año. Yo empezaba a pensar, "Ciento cincuenta mil dolares. Yo no gano tanto." Entonces, me pregunte de donde venia ese pensambiento. Soy sacerdote. Para mis necesidades, recibo bastante, especialmente cuando considero a los pobres en el Peru - y en mi propia parroquia.
El diablo siempre quiere que nos comparemos a otros que hayan recibido algo diferente de nosotros. Quiere llenarnos de resentimiento, colera y envidia. Dios, al contrario, quiere que meditemos sobre su generosidad - tanto lo que nos ha dado. Y recordar a los pobres - los que tienen mucho menos que nosotros y necesitan nuestra ayuda. El diablo quiere que nos enfoquemos en los desprecios; Dios quiere Mayordomia. Uno trae miseria; el otro trae alegria.
Dios nos dara el credito apropiado. Estoy seguro que Dios honrará a mi cuñado por sus años de matrimonio fiel a mi hermana - y a su primera esposa a quien cuido en su enfermedad final. Nadie debe preocuparse si Dios nos dara su debido. Debemos enfocar en su generosidad. No da mucho mas de lo que pudieramos merecer - o pedir.
Para concluir quisiera resumir mi punto principal: Cuando nos comparamos a otros - pensando que debemos recibir mas - venimos a ser resentidos y envidiosos. Cuando enfocamos en la generosidad de Dios, venimos a ser mayordomos alegres.
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