El ejemplo propuesto por Jesús acerca de la obediencia a Dios tiene mucha miga. Hay que situarlo en las críticas de Jesús contra las autoridades que proyectan su eliminación. La pregunta expuesta por Jesús recibe de parte de estos una respuesta correcta: Aquel que “ha cumplido la voluntad del padre” es evidentemente el hijo que ha dicho no, y rectificando su palabra, vuelve a obedecer al padre. Su respuesta es justa, pero su conducta no lo es.
En verdad los judíos interrogados cumplían la Ley, y hoy todavía observan con minucia sus prescripciones. Pero también es verdad que han transformado la ley (la Thora) en un rollo de prescripciones inútiles. Han dicho ‘sí’ a Dios, pero han rechazado a su enviado. La verdadera obediencia empapa la vida y no se limita a un código de reglas y prohibiciones. Quiere ser una respuesta de amor filial que embriaga el corazón y no se pierde en normas meticulosas.
Y Jesús va más lejos, con el peligro de escandalizar a los que le escuchan: “Los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del Reino de Dios”. Visto con una mente ajena, todo parece alejar del Reino a aquellas personas: son alérgicas a las Beatitudes, y todo las opone a aquel que está sin pecado. Sin embargo vemos entrar en el seguimiento de Jesús: a Mateo el publicano, a Zaqueo el cobrador, a María-Magdalena la pecadora. Descubrimos la actitud acogedora de los pecadores hacia Jesús y un rechazo por parte que los que “son maestros en Israel”. Los primeros han entendido que la obediencia a Dios no es asunto de cálculo sino una decisión de amor.
En verdad los judíos interrogados cumplían la Ley, y hoy todavía observan con minucia sus prescripciones. Pero también es verdad que han transformado la ley (la Thora) en un rollo de prescripciones inútiles. Han dicho ‘sí’ a Dios, pero han rechazado a su enviado. La verdadera obediencia empapa la vida y no se limita a un código de reglas y prohibiciones. Quiere ser una respuesta de amor filial que embriaga el corazón y no se pierde en normas meticulosas.
Y Jesús va más lejos, con el peligro de escandalizar a los que le escuchan: “Los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del Reino de Dios”. Visto con una mente ajena, todo parece alejar del Reino a aquellas personas: son alérgicas a las Beatitudes, y todo las opone a aquel que está sin pecado. Sin embargo vemos entrar en el seguimiento de Jesús: a Mateo el publicano, a Zaqueo el cobrador, a María-Magdalena la pecadora. Descubrimos la actitud acogedora de los pecadores hacia Jesús y un rechazo por parte que los que “son maestros en Israel”. Los primeros han entendido que la obediencia a Dios no es asunto de cálculo sino una decisión de amor.
Oración : Retornemos el camino...
Comprendemos muy bien, Jesús,
tú que siempre nos hablas del Padre,
que estés siempre dispuesto
a recordarnos su gran bondad.
Este Padre -tan padre por encima de todo-
siempre dispuesto a perdonar a sus hijos,
sólo con que reconozcan el mal que han hecho
y, arrepentidos, se alejen de él.
Padre, recurrimos a ti con confianza
porque no nos pides imposibles,
que nos resulten extremadamente difíciles,
pese a que somos inconstantes e incoherentes,
que tan pronto decimos que sí como que no
para acabar incumpliendo lo que tú querrías.
Permite que con humildad, sin estridencias,
retomemos el buen camino que nos llevará a ti.
Así lo hicieron prostitutas y publicanos...
también nosotros querríamos darte esta alegría.
Este es el momento favorable,
este es el día de la salvación.
Comprendemos muy bien, Jesús,
tú que siempre nos hablas del Padre,
que estés siempre dispuesto
a recordarnos su gran bondad.
Este Padre -tan padre por encima de todo-
siempre dispuesto a perdonar a sus hijos,
sólo con que reconozcan el mal que han hecho
y, arrepentidos, se alejen de él.
Padre, recurrimos a ti con confianza
porque no nos pides imposibles,
que nos resulten extremadamente difíciles,
pese a que somos inconstantes e incoherentes,
que tan pronto decimos que sí como que no
para acabar incumpliendo lo que tú querrías.
Permite que con humildad, sin estridencias,
retomemos el buen camino que nos llevará a ti.
Así lo hicieron prostitutas y publicanos...
también nosotros querríamos darte esta alegría.
Este es el momento favorable,
este es el día de la salvación.
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