NO DEJES DE VISITAR
GIF animations generator gifup.com www.misionerosencamino.blogspot.com
El Blog donde encontrarás abundante material de formación, dinámicas, catequesis, charlas, videos, música y variados recursos litúrgicos y pastorales para la actividad de los grupos misioneros.
Fireworks Text - http://www.fireworkstext.com
BREVE COMENTARIO, REFLEXIÓN U ORACIÓN CON EL EVANGELIO DEL DÍA, DESDE LA VIVENCIA MISIONERA
SI DESEAS RECIBIR EL EVANGELIO MISIONERO DEL DÍA EN TU MAIL, DEBES SUSCRIBIRTE EN EL RECUADRO HABILITADO EN LA COLUMNA DE LA DERECHA

martes, 20 de enero de 2009

Reflexiones sobre el conflicto en la Franja de Gaza

(Mario Bruzzone)
Publicado por El Blog de X. Pikaza

Quería haber cerrado ayer el tema del conflicto de Gaza, pero Mario Bruzzone me escribe, incisivo, cariñoso, respetuoso, como siempre. Por eso le cedo agradecido la palabra de hoy. ... Mario es más radical y tiene razón, a mi juicio, en lo que dice. Yo, quizá, tengo más humor... Creo que el Dios Yahvé mandó matar a los primogénitos de Egipto, pero lo hizo en un camino abierto, de manera que él mismo iba aprendiendo, encontrando su verdad, haciéndose amor/paz (Shalom), mientras caminaba con los hombres. La Biblia no habla del Dios en sí, sino del Dios que va siendo entendido-acogido por los hombres. En ese sentido,desde nuestra perspectiva, el mismo Dios evoluciona, va cambiando y de esa forma empieza siendo un Dios/Poder que impone su verdad matando (es decir, "mandando matar" a los contrarios), hasta venir a presentarse como el Dios que crea la paz amando (pidiendo que amemos, perdonemos, acojamos) a los contrarios. Éste Dios se "adapta" (por economía salvadora) a la vida de los hombres, tomando la forma que ellos le dan, de manera que aparece como Sebaot Tonante... y después como Brisa Suave en el camino de la Vida. Los cristianos creemos que la adaptación definitiva de Dios es Jesucristo, donde él expresa ya por fin su esencia (como dice el concilio de Nicea). Pero recordamos con amor sus adaptaciones anteriores, como momentos de un camino hermoso, arriesgado, durísimo y lleno de ternura. En ese camino de la adaptación de Dios seguimos caminando los hombres y mujeres de este tiempo, con Jesús el Caminante a quien un día quisimos expulsar de la vida, clavándole en la cruz . Con Jesús hacemos el camino de Dios, pidiendo que su Espíritu (Espíritu de Dios y de los hombres) se manifieste en su verdad final de amor. Esta historia de Gaza (con personajes que van desde Sansón y Dalila hasta Hamas y Barak, el Rayo), es un capítulo de esa adaptación de Dios. Pero dejo el tema a Marío Bruzzone, siempre tan sabio. Me agrada que él diga la última palabra de esta serie sobre Gaza. Un buen broche final, Mario. Lo que sigue es tuyo, gracias.

Mario Bruzzone:

Si ustedes leen este escrito, es que Xabier ha tenido la amabilidad —y generosidad— de permitirme exponerlo en su blog, ya que por su extensión me resulta imposible hacerlo como un simple comentario.Por ende dejo expresada aquí —una vez más— mi gratitud hacia él. Y no sólo por ese hecho, sino también por su honestidad intelectual (ya que le efectúo algunas críticas).

Hace unos días, en el post titulado «Gaza sangrienta ¿Fracaso de las religiones? Un reto de humanidad», en el que Xabier mencionó varias posibilidades para una eventual solución al conflicto, puse tres breves mensajes que decían:

Ya lo he dicho otras veces.
Pero parece que nadie quiere pensar en esa "posibilidad".
La única alternativa para terminar con el conflicto entre árabes e israelitas (y con TODOS LOS CONFLICTOS) es comprender, Y ACEPTAR, que no fue Dios quien realizó todas esas "BARBARIDADES" que figuran en el Antiguo Testamento como realizadas por Él, beneficiando al "pueblo elegido" y destruyendo a muchos otros seres humanos.
Y pondré dos casos a simple título de ejemplo.

El primero: Dios NO MATÓ a los primogénitos de Egipto.
Y para que lo comprendan trascribo unos párrafos de uno de mis libros «Iglesia sin Estado Vaticano – cristianismo humilde»

«En efecto; si leemos el relato que desemboca en esa famosa matanza, podemos ver que fue la última de una serie de “plagas”, utilizadas para que el Faraón “ceda”, y permita que los hebreos abandonen Egipto.
Y lo importante del caso es comprender que, siempre de acuerdo con ese pasaje del Éxodo, por lo menos tres de las calamidades con que castigó previamente a Egipto, y que anteceden a “tamaña carnicería”, no lograron su objetivo liberador, no por un absurdo empecinamiento del monarca egipcio, sino en razón de que «Yahveh endureció el corazón de Faraón» (Ex.9,12;10,20;10,27;11,10) situación que —y con absoluta sinceridad lo digo— no me parece que pueda ser atribuible a Dios, ya que carecería de toda lógica y, por ende, resulta imposible adjudicarle semejante cosa a ese SER AMOROSO que nos mostró Jesús.»

Otro ejemplo con unas líneas que forma parte de un texto novelado que —Dios mediante— espero poder publicar algún día.

"...El Señor estaba con Judá, y éste pudo ocupar la montaña, pero no logró desposeer a los habitantes de la llanura porque estaban equipados con carros de hierro..."
JUECES 1,19

COMENTARIO: Resulta realmente muy difícil pensar que a Dios, al Eterno, al Motor Inmóvil, al Creador del cielo y de la tierra, al TODOPODEROSO, se le puedan oponer "carros de hierro" o cualquier otra cosa, ¿no?

Por consiguiente, quedan dos alternativas para “interpretar” (o tratar de “desentrañar”, diría mejor yo) lo que se menciona en ese texto.

O bien, no hubo nadie con el pueblo de Israel o, por el contrario, sí en forma real y efectiva hubo alguien con ellos, ése que estuvo allí SEGURO QUE NO ERA DIOS ya que, mucho poder que digamos no tenía.

Creo que mientras no se comprenda Y ACEPTE eso, es IMPOSIBLE la paz.

Y como nadie ha respondido a eso que mencioné, quiero preguntarme (y preguntarles) por qué motivo no se analiza esa “posibilidad”.
Es decir, por qué no se reflexiona sobre la eventualidad de que NO HAYA sido realmente Dios (el único Dios, el Eterno, el Motor Inmóvil, el Amor) el autor de esas “órdenes” de destruir por completo a los pueblos que habitaban la tierra que —teóricamente al menos— les habría sido dada por el mismo Dios en persona a los israelitas (a “su pueblo elegido”).

Y creo que realmente es muy importante hacerlo, ya que esa idea (es decir, que esas “carnicerías” fueron una derivación de órdenes directas de Dios) es lo que “justificaría”, tanto la actual actitud israelí con los palestinos (que a “casi” todos nos espanta) como la que adoptaron los pueblos europeos (“cristianos”) para justificar —«conquistar con la cruz (¿?) y con la espada»— la ocupación por medio de la fuerza —con la tremenda secuela de destrucción, muerte y esclavitud de centenares de millones de seres humanos— los territorios de América, Asia, África y Oceanía.

Es cierto que Xabier, dos días después, en el post titulado «Cara de Israel: Guerra santa, el Dios violento», de alguna forma dejó entrever esa posibilidad.

Pero no lo mencionó claramente.
Y menos aún encaró directamente ese aspecto, así como tampoco intentó llegar “al fondo del asunto” (o, como dicen los paisanos de mi tierra, no “metió a fondo el puñal”) tratando de exponer claramente el “tumor” que significa esa idea y buscar la forma de “extirparlo”.
Y lo mismo podemos decir de lo que menciona en el post del domingo 18 «Cananeos, filisteos, israelitas. Concha de púrpura, guerra de mercados» escrito que —al menos en mi opinión— puede ser “criticado” por sostener idéntica postura.

Y por ende, “me siento obligado” a señalarles mi punto de vista al respecto.
Pues bien; creo que las posibles actitudes sobre ese “extraño silencio” son dos.

A la primera la denominaré como “inocente”, y a la segunda como “interesada”.

La “inocente” lee —tal vez algo extrañada— lo que expuse, pero asume que mi postura es «descabellada», y que por tal motivo ni siquiera se detiene a reflexionar sobre esa posibilidad, sino que —dentro de una pretendida estructura de “la fe absoluta” que posee— considera “imposible” que yo pueda tener razón.

La “interesada” —en cambio— SABE perfectamente que eso es factible, pero, como comprende las consecuencias hasta donde es posible arribar por ese sendero (en el hipotético caso de que se “abriese camino” esa duda que yo menciono) opta por guardar un “prudente” silencio sobre lo que he expresado, confiando en que sea sólo algo pasajero, que al poco tiempo “pasará de largo”.
Pues bien; me parece imprescindible explicarles algo más al respecto, y lo hago dejando aclarado que no es mi interés —y menos aún mi intención— el “juzgar” ni a los “unos”, ni a los “otros”.

Simplemente, YO NO PUEDO ACEPTAR EL SILENCIO.
Más de una vez me han dicho que soy un “cristiano radical” (estimo que eso significa algo similar a “extremista”).
Y es posible que lo sea.
Pero les diré que prefiero serlo, para de esa forma no correr el riesgo de que —llegado el momento— se me diga:
«Conozco tu conducta: no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Ahora bien, puesto que eres tibio, ni frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca» (Ap.3,15-16)
Y para que se me entienda mejor debo decirles —en especial a los que pudieran integrar el grupo “inocente”—que es obvio que esa “puerta de duda” que yo intento abrir con mis mensajes implicaría, por ejemplo, que si se admite que Dios no mató a los primogénitos de Egipto, ¿DÓNDE QUEDA ENTONCES LA POSIBILIDAD DE CONTINUAR SOSTENIENDO QUE ELIGIÓ A LOS LEVITAS (y dentro de ellos al sector más selecto aún, el de los sacerdotes) DÁNDOLES EL “DERECHO” A VIVIR “DE ARRIBA”, CON EL DIEZMO Y OTROS TRIBUTOS QUE ESTARÍA OBLIGADO A DARLES EL PUEBLO COMÚN?

Les aclaro que yo no tengo ni la más mínima duda de HABER PROBADO ACABADAMENTE (en ese libro “Iglesia sin Estado Vaticano”, al cual hice referencia) que Dios, no sólo no mató a los primogénitos de Egipto, sino que TAMPOCO ELIGIÓ A LOS LEVITAS como sus servidores con derecho a vivir “de arriba” (aprovechándose del esfuerzo del pueblo común, del laico común y corriente, de los seres humanos “de segunda”, sean judíos, cristianos, o de la religión que fuesen) y que, sin embargo, pese a haberles enviado esos escritos a infinidad de obispos, curas, monjas, y a otras personas relacionadas con “lo religioso”, no he logrado que nadie —absolutamente nadie— diga palabra alguna al respecto.
Incluso es posible que aquellos que son asiduos participantes de este blog, recuerden que en más de una oportunidad le he pedido a Xabier que se exprese al respecto.
Y sin embargo, él tampoco lo ha hecho.
También he mencionado aquí que tengo escritas una gran cantidad de páginas (en forma “novelada”, y de corrido, sin divisiones, son más de 254 en formato A4) PROBANDO, no sólo eso con respecto a los levitas, sino también que es falso, TOTAL Y ABSOLUTAMENTE FALSO, que Dios (el Eterno) suministrase esas órdenes, o que hubiese elegido, ni a Saúl, ni a David como reyes (por favor, relean el pasaje de la “selección” de Saúl como rey, en 1 Sam. 10.17-23, y verán lo ridículo del asunto) así como también que ese sistema de gobierno (la monarquía) no tiene nada, ABSOLUTAMENTE NADA QUE VER con una decisión divina.
Pero, por supuesto, es obvio que quienes están “interesados” en que, desde el punto de vista doctrinario se mantenga tal cual como está la situación en que vivimos, optan por hacer silencio, limitándose a cumplir ritos y a decir que “tienen derecho” a vivir más o menos cómodamente con el aporte de los laicos, “derecho” que tendrían porque se los habría conferido Dios.
Y también continuarán diciendo que el problema es que yo no tengo fe, que no creo en lo que dice la Biblia, o —lo que es peor aún— que soy loco o extremista, y que mis opiniones se originan en que no soy ni biblista, ni exegeta, ni erudito en la materia (cosa de lo que me enorgullezco) y que por eso “interpreto mal los textos bíblicos”.

Y, por supuesto, que quienes los consultan (los “inocentes”) se quedan con esa opinión de “los que saben” (¿?) con respecto a “mi falta de conocimiento”, y entonces, en lugar de detenerse a reflexionar sobre lo que yo expreso, no se avienen siquiera a pensar algunos instantes en lo que les comento ya que —en definitiva— viviendo como viven, la mayoría de ellos también posee un pasar “más o menos tranquilo”.

En fin.
Y por las dudas de que alguien “insista” en que interpreto mal los textos bíblicos, diciendo que «hay cosas que son simples cuestiones de lenguaje, o meras formas de expresión de la época en que se escribieron, mientras que otras sí son “verdaderas” palabras de Dios», yo les pregunto ¿por qué en determinados momentos, para tratar de “explicarnos” esas cosas que nos resulta tan chocantes, se afirma que sólo son cuestiones de lenguaje, mientras que, en otros momentos, para pretender justificar el poder que ejercen —y los beneficios que se arrogan— en cambio, para eso, las mismas cosas SÍ resultan ser “verdadera palabra de Dios”?

Bien. Tal vez debería terminar aquí la presente reflexión.
Pero no lo haré, sino que, antes de despedirme, les diré que creo necesario elevar una oración al Padre Celestial, y les pediré a ustedes que hagan lo mismo.

Pero no para solicitarle la paz en Gaza (o en el lugar que fuese, aunque, si ustedes quieren hacerlo, háganlo, y con absoluta tranquilidad, si bien les puedo asegurar que el Señor no se va a conmover de forma alguna por tales rezos) sino por otros dos motivos bien distintos.

El primero de ellos, para que el buen Dios tenga misericordia con todos aquellos que no son capaces de asumir con el coraje necesario esa actitud de “abrir esa puerta”, ya que, manteniéndose dentro del silencio —y más allá de que puedan afirmar lo contrario— lo único que hacen es continuar “justificando” las muertes de los palestinos (y la de los negros del África, o de los aborígenes de América, Asia u Oceanía) y la esclavitud de los peones o empleados de cualquier lugar del mundo, que continuarán siendo explotados por aquellos que tienen “el dinero” y “el poder”.

Y el segundo, para que tenga conmigo una misericordia aún mayor, ya que me parece obvio que NO HAGO TODO LO QUE DEBERÍA HACER para que esa “posibilidad” sea analizada con seriedad, dado que, sI se lo hiciese, no hay duda alguna de que sería sencillo que se admita también, tanto las causas por las que fue rechazado Jesús como Mesías por las autoridades hebreas, como la razón por la que lo ajusticiaron, y además, y como consecuencia de eso, que es necesario predicar (enseñar) que deberíamos vivir tal cual como Él lo hizo, compartiendo vivencias y bienes, y ser COMPLETAMENTE HUMILDES.
Debo aclararles —no obstante eso último que dije— que yo hago todo “lo que se me ocurre” que puede ser conducente a ese fin.
Pero evidentemente —ya sea por temor, comodidad, o por lo que fuese— es evidente (así lo “siento”, y, sinceramente, me encuentro bastante mal por eso) que no hago TODO LO QUE DEBO, ya que, como NO PUEDO CREER que exista “tanta” obcecación (y mucho menos “tanta” maldad) en quienes podrían comprender mejor lo que les he planteado, considero que continúan actuando como lo hacen, sólo porque no soy capaz de expresar con la claridad necesaria los argumentos que me llevan a sostener esos pensamiento, y que, por ende, que ALGO MÁS ESTOY “OBLIGADO” A HACER.
Espero, no sólo poder “descubrirlo”, sino también tener el coraje para hacerlo.
Cordiales saludos.
MARANA-THA

No hay comentarios: