El blog de Vocaciones Jesuitas publica el testimonio de un jesuita de 84 años, José María Garín. "Los que conocen a este jesuita destacan su fuerza, su alegría y su confianza en la vida. No es fácil ser así cuando uno trata cada día de sacar adelante, con escasos medios, un colegio con más de 150 niños peruanos en situación precaria. Se trata del Colegio Sagrado Corazón de Jesús en Jicamarca (Perú).
El barrio donde está ubicado el colegio, Jicamarca, está habitado por cientos de campesinos quechuas que huyeron del terrorismo de `Sendero Luminoso´ y de las terribles masacres que originó. Los campesinos emigran buscando trabajo y hay mucho abandono de los hijos, lo que provoca que gran parte acabe viviendo en la calle o formando pandillas violentas. El colegio pretende ser un refugio para esos menores ya que, además de formación, les ofrece alimento y, a los padres, ropa y todo tipo de objetos a muy bajo precio en un economato que han creado".
El barrio donde está ubicado el colegio, Jicamarca, está habitado por cientos de campesinos quechuas que huyeron del terrorismo de `Sendero Luminoso´ y de las terribles masacres que originó. Los campesinos emigran buscando trabajo y hay mucho abandono de los hijos, lo que provoca que gran parte acabe viviendo en la calle o formando pandillas violentas. El colegio pretende ser un refugio para esos menores ya que, además de formación, les ofrece alimento y, a los padres, ropa y todo tipo de objetos a muy bajo precio en un economato que han creado".
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