EN ALEMANIA
Colocan busto en el panteón que recuerda a máximas personalidades alemanas. La religiosa de origen judío fue canonizada en 1998, en lo que se interpretó como un gesto de reconciliación judeo-cristiano. La ponen como ejemplo para los jóvenes.
Un busto de santa Edith Stein (1891-1942), la monja de origen judío asesinada por los nazis y canonizada en 1998 por Juan Pablo II, fue instalado en el panteón Walhalla de Donaustauf (sur de Alemania) que, desde el siglo XIX, acoge estatuas y placas en homenaje a personalidades destacadas del ámbito alemán.
La escultura de la religiosa, carmelita y filósofa es la número 129 del panteón y la sexta de una mujer, después de que hace seis años se honrara también la memoria de Sophie Scholl, integrante del grupo de resistencia estudiantil contra el nazismo de "La Rosa Blanca".
El cardenal Friedrich Wetter destacó que Stein, quien alertó al Vaticano en una carta de los crímenes cometidos por el Tercer Reich, debería ser un "ejemplo" para los jóvenes.
"Necesitamos personas que sean coherentes en sus ideas y en sus actos, que tengan los pies sobre la tierra y que se comprometan con valores que hagan la vida más humana", sostuvo.
Las candidaturas para que una persona sea honrada en el panteón Walhalla, instituido por el rey bávaro Luis I, puede hacerla cualquier persona, aunque debe ser ratificada posteriormente por el Gobierno del estado federado de Baviera.
La solicitud relativa a la monja asesinada fue presentada por un particular en 1986 y, veinte años después, recibió luz verde por parte del Ejecutivo bávaro.
El próximo busto que se unirá a las personalidades de la música, la política y la ciencia del panteón será el del poeta alemán Heinrich Heine (1791-1856) en 2010.
Edith Stein, nacida en Wroclaw (Polonia), se convirtió a los 30 años del judaísmo al catolicismo y ejerció como profesora de pedagogía, hasta que quedó inhabilitada por el nazismo a causa de su origen judío en 1933.
Ese mismo año entró en la orden de las Carmelitas en Colonia, donde adoptó el nombre de Sor Teresa Benedicta de la Cruz.
En 1938 huyó a Holanda y cuatro años después fue detenida y deportada a Auschwitz, donde murió.
Su canonización se interpretó como un gesto de reconciliación con los judíos por parte de la Iglesia católica.
En 1933, Stein advirtió al Papa Pío XII una carta advirtiéndole de la creciente persecución contra los judíos en la Alemania nazi, misiva de nunca obtuvo respuesta por parte del Vaticano, más allá de un acuse de recibo.
Un busto de santa Edith Stein (1891-1942), la monja de origen judío asesinada por los nazis y canonizada en 1998 por Juan Pablo II, fue instalado en el panteón Walhalla de Donaustauf (sur de Alemania) que, desde el siglo XIX, acoge estatuas y placas en homenaje a personalidades destacadas del ámbito alemán.
La escultura de la religiosa, carmelita y filósofa es la número 129 del panteón y la sexta de una mujer, después de que hace seis años se honrara también la memoria de Sophie Scholl, integrante del grupo de resistencia estudiantil contra el nazismo de "La Rosa Blanca".
El cardenal Friedrich Wetter destacó que Stein, quien alertó al Vaticano en una carta de los crímenes cometidos por el Tercer Reich, debería ser un "ejemplo" para los jóvenes.
"Necesitamos personas que sean coherentes en sus ideas y en sus actos, que tengan los pies sobre la tierra y que se comprometan con valores que hagan la vida más humana", sostuvo.
Las candidaturas para que una persona sea honrada en el panteón Walhalla, instituido por el rey bávaro Luis I, puede hacerla cualquier persona, aunque debe ser ratificada posteriormente por el Gobierno del estado federado de Baviera.
La solicitud relativa a la monja asesinada fue presentada por un particular en 1986 y, veinte años después, recibió luz verde por parte del Ejecutivo bávaro.
El próximo busto que se unirá a las personalidades de la música, la política y la ciencia del panteón será el del poeta alemán Heinrich Heine (1791-1856) en 2010.
Edith Stein, nacida en Wroclaw (Polonia), se convirtió a los 30 años del judaísmo al catolicismo y ejerció como profesora de pedagogía, hasta que quedó inhabilitada por el nazismo a causa de su origen judío en 1933.
Ese mismo año entró en la orden de las Carmelitas en Colonia, donde adoptó el nombre de Sor Teresa Benedicta de la Cruz.
En 1938 huyó a Holanda y cuatro años después fue detenida y deportada a Auschwitz, donde murió.
Su canonización se interpretó como un gesto de reconciliación con los judíos por parte de la Iglesia católica.
En 1933, Stein advirtió al Papa Pío XII una carta advirtiéndole de la creciente persecución contra los judíos en la Alemania nazi, misiva de nunca obtuvo respuesta por parte del Vaticano, más allá de un acuse de recibo.
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