El vicepresidente del Episcopado, José María Arancedo, dijo en 2007 se alertó sobre está tendencia, pero el Gobierno la tomó como "una chicana política", por lo cual la dejó de lado sistemáticamente.
El vicepresidente segundo del Episcopado, José María Arancedo, afirmó que la Iglesia ya advirtió al Gobierno sobre el aumento de la pobreza, pero no fue escuchada.
En ese sentido, el arzobispo de Santa Fe afirmó que en su momento se advirtió sobre esta tendencia negativa, que este martes difunde la Universidad Católica Argentina, pero lamentablemente se la tomó como "una chicana política" por lo que se dejó de lado sistemáticamente.
"La Iglesia pretende que el tema vuelva a ponerse como eje y que, en caso de que se convoque a todos los sectores al diálogo desde el Gobierno Nacional, se tenga en cuenta el punto y se dialogue sobre el mismo", dijo el prelado en declaraciones a la prensa santafesina.
Arancedo afirmó que "los pobres son personas concretas y no números abstractos y los números provienen del observatorio de la Universidad Católica que todos los años reedita su labor para obtener estadística que arrojen las cifras nacionales".
"Se multiplican las personas que solicitan asistencia en las parroquias", afirmó Arancedo, quien sostuvo que "el documento de la casa de estudios manifiesta que desde el año 2007, la curva de la pobreza empezó a ascender nuevamente".
El vicepresidente segundo del Episcopado aclaró que "esta realidad puede palparse en las diferentes parroquias, a las que acude cada vez más gente en pos de obtener ropa y alimentos que no puede adquirir por sí misma".
"Los sacerdotes están constantemente en contacto con esta realidad que preocupa, sobre todo teniendo en cuenta que quienes piden son ciudadanos que ya habían salido de la miseria pero vuelven a caer", concluyó.
El vicepresidente segundo del Episcopado, José María Arancedo, afirmó que la Iglesia ya advirtió al Gobierno sobre el aumento de la pobreza, pero no fue escuchada.
En ese sentido, el arzobispo de Santa Fe afirmó que en su momento se advirtió sobre esta tendencia negativa, que este martes difunde la Universidad Católica Argentina, pero lamentablemente se la tomó como "una chicana política" por lo que se dejó de lado sistemáticamente.
"La Iglesia pretende que el tema vuelva a ponerse como eje y que, en caso de que se convoque a todos los sectores al diálogo desde el Gobierno Nacional, se tenga en cuenta el punto y se dialogue sobre el mismo", dijo el prelado en declaraciones a la prensa santafesina.
Arancedo afirmó que "los pobres son personas concretas y no números abstractos y los números provienen del observatorio de la Universidad Católica que todos los años reedita su labor para obtener estadística que arrojen las cifras nacionales".
"Se multiplican las personas que solicitan asistencia en las parroquias", afirmó Arancedo, quien sostuvo que "el documento de la casa de estudios manifiesta que desde el año 2007, la curva de la pobreza empezó a ascender nuevamente".
El vicepresidente segundo del Episcopado aclaró que "esta realidad puede palparse en las diferentes parroquias, a las que acude cada vez más gente en pos de obtener ropa y alimentos que no puede adquirir por sí misma".
"Los sacerdotes están constantemente en contacto con esta realidad que preocupa, sobre todo teniendo en cuenta que quienes piden son ciudadanos que ya habían salido de la miseria pero vuelven a caer", concluyó.
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