(Midrash para el día del DOMUND, domingo mundial de la búsqueda, para salir del engaño global de la exclusión)
Iban camino de Getsemaní, Jesús y sus amigos. Como quien no quiere la cosa, dejó caer su frase el Nazareno:
Jesús: No os desaniméis. Cuando mi vela sea apague, seguid buscando la luz.
Felipe: Pero, maestro, sin tu luz nos quedamos a oscuras
Jesús: Tranquilo, Felipe, la Ruah sopla siempre y en todas partes, no se sabe de dónde viene, ni hacia donde va.
Santiago: Ya empiezas a complicar las cosas, jefe. ¿No habíamos quedado en que tú eres el camino, la verdad y la vida?
Jesús: Lo que dije fue que os estoy mostrando un camino para que la verdad se haga vida. Verdades que no se hacen vida, se agostan y mueren.
Tomás: Bien dicho, maestro, yo iré a todas partes, hasta la India, a enseñar a todas las gentes ese camino.
Bartolomé: Y yo también me apunto, me voy con el Gemelo (Dídimo) a enseñar a todo el mundo.
Jesús: Me gusta ver que os ponéis en marcha. Id a buscar la luz entre todas las gentes. Poned en movimiento la rueda del Dharma...
Santiago: Maestro, que te trabucas de nuevo. ¿No quedamos en que tú nos envías a enseñar a todas las gentes? Y no es el Dharma, sino la Torah, con circuncisión y todo.
Jesús: Lo que dije, Santi, fue que vayáis a buscar la luz entre todas las gentes.
Santiago: Pero la luz no hay que buscarla, ya la tenemos, tu nos la pasaste y dijiste muy bien dicho que no la escondiéramos bajo el celemín, que brille para iluminar a todas las gentes. Y que nadie le quiete una coma a la nota explicatoria de la luz...
Jesús: Corta el rollo, Santi, que si te descuidas te sale una encíclica. Mira, la luz del Espíritu de Vida está ya brillando entre todas las gentes, pero hay que tener ojos para verla y oídos para escucharla. Si presumes de tener tú la luz, estás ciego. Si no percibes el chisporrotear de la vela en medio de todas las gentes, estás sordo.
Nicodemo Kaminares: Pues en mi filacteria hay un letrero que dice “Euntes, docete”. ¿De quién fue la frasecita: Id a enseñad...?
Jesús: A tí, querido vocero, te ha liado el bueno del Jerónimo, su Vulgata latina convirtió en “ir a enseñar doctrina” lo de “ir a buscar luz y vida”.
Panzinger de Arimatea: Uy, Maestro, esto se pone peligroso, si oyen esta conversación los del Tíber, te mandan una carta con prohibición expresa de predicar en arameo.
Jesús: Pues ese día dejamos de hablar y nos dedicamos a ir buscar la luz entre todas las gentes.
Miguel Ángel, alias Vallisoletano: Os estoy oyendo y me quedo a dos velas. Uno trata con gente sin complicaciones. Yo tengo que hablar el domingo 18 en mi parroquia del día del DOMUND. Ha llegado de Roma un mensaje recordando que solo nosotros tenemos la luz y que vayamos a iluminar a todas las gentes. ¿Qué quieres que les diga?
Jesús: Bueno, hasta el día 18 estamos a tiempo. Yo le pongo un mail a mi hermano Benedicto, que revise lo que le escriben sus secretarios (hay uno tudesco, fornido y guapetón, muy eficaz con la informática, pero a veces hace click in the wrong place...). Le diré que le avise, que cuando cite lo de la misión, ponga en cursiva: Id a buscar, buscad siempre, buscad entre todas las gentes... si váis a enseñar a todas las gentes, volveréis sin saber nada. Si váis a aprender de todas las gentes, volveréis brillantes por el Espíritu de Luz y Vida.
(Mientras así platicaban se oyó una voz de las alturas que decía: Así se habla, hijo mío. Este nazareno sabe lo que se dice, escuchadle. Es mi hijo querido, rostro y símbolo de Abba...).
Iban camino de Getsemaní, Jesús y sus amigos. Como quien no quiere la cosa, dejó caer su frase el Nazareno:
Jesús: No os desaniméis. Cuando mi vela sea apague, seguid buscando la luz.
Felipe: Pero, maestro, sin tu luz nos quedamos a oscuras
Jesús: Tranquilo, Felipe, la Ruah sopla siempre y en todas partes, no se sabe de dónde viene, ni hacia donde va.
Santiago: Ya empiezas a complicar las cosas, jefe. ¿No habíamos quedado en que tú eres el camino, la verdad y la vida?
Jesús: Lo que dije fue que os estoy mostrando un camino para que la verdad se haga vida. Verdades que no se hacen vida, se agostan y mueren.
Tomás: Bien dicho, maestro, yo iré a todas partes, hasta la India, a enseñar a todas las gentes ese camino.
Bartolomé: Y yo también me apunto, me voy con el Gemelo (Dídimo) a enseñar a todo el mundo.
Jesús: Me gusta ver que os ponéis en marcha. Id a buscar la luz entre todas las gentes. Poned en movimiento la rueda del Dharma...
Santiago: Maestro, que te trabucas de nuevo. ¿No quedamos en que tú nos envías a enseñar a todas las gentes? Y no es el Dharma, sino la Torah, con circuncisión y todo.
Jesús: Lo que dije, Santi, fue que vayáis a buscar la luz entre todas las gentes.
Santiago: Pero la luz no hay que buscarla, ya la tenemos, tu nos la pasaste y dijiste muy bien dicho que no la escondiéramos bajo el celemín, que brille para iluminar a todas las gentes. Y que nadie le quiete una coma a la nota explicatoria de la luz...
Jesús: Corta el rollo, Santi, que si te descuidas te sale una encíclica. Mira, la luz del Espíritu de Vida está ya brillando entre todas las gentes, pero hay que tener ojos para verla y oídos para escucharla. Si presumes de tener tú la luz, estás ciego. Si no percibes el chisporrotear de la vela en medio de todas las gentes, estás sordo.
Nicodemo Kaminares: Pues en mi filacteria hay un letrero que dice “Euntes, docete”. ¿De quién fue la frasecita: Id a enseñad...?
Jesús: A tí, querido vocero, te ha liado el bueno del Jerónimo, su Vulgata latina convirtió en “ir a enseñar doctrina” lo de “ir a buscar luz y vida”.
Panzinger de Arimatea: Uy, Maestro, esto se pone peligroso, si oyen esta conversación los del Tíber, te mandan una carta con prohibición expresa de predicar en arameo.
Jesús: Pues ese día dejamos de hablar y nos dedicamos a ir buscar la luz entre todas las gentes.
Miguel Ángel, alias Vallisoletano: Os estoy oyendo y me quedo a dos velas. Uno trata con gente sin complicaciones. Yo tengo que hablar el domingo 18 en mi parroquia del día del DOMUND. Ha llegado de Roma un mensaje recordando que solo nosotros tenemos la luz y que vayamos a iluminar a todas las gentes. ¿Qué quieres que les diga?
Jesús: Bueno, hasta el día 18 estamos a tiempo. Yo le pongo un mail a mi hermano Benedicto, que revise lo que le escriben sus secretarios (hay uno tudesco, fornido y guapetón, muy eficaz con la informática, pero a veces hace click in the wrong place...). Le diré que le avise, que cuando cite lo de la misión, ponga en cursiva: Id a buscar, buscad siempre, buscad entre todas las gentes... si váis a enseñar a todas las gentes, volveréis sin saber nada. Si váis a aprender de todas las gentes, volveréis brillantes por el Espíritu de Luz y Vida.
(Mientras así platicaban se oyó una voz de las alturas que decía: Así se habla, hijo mío. Este nazareno sabe lo que se dice, escuchadle. Es mi hijo querido, rostro y símbolo de Abba...).
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