Publicado por El Blog de X. Pikaza
Hoy, en el paso de Jueves al Viernes Santo, quiero recordar el trabajo de D. Ruiz, dedicado al Viernes Santo de las mujeres acosadas, victimizadas, recordando a todas las que como ella y con ella están realizando una labor esencial en el pensamiento y en la vida de la iglesia. Por eso he querido dedicar este post, de un modo especial a las mujeres crucificadas, aus Viernes Santo, tan diverso, tan sangrante.
Me valgo para ello de los comentarios que Juan Manuel González, director de la Escuela y Foro Bíblico Parresía (http://boards2.melodysoft.com/app?ID=Parresia), aportó a mi post de aquel día, no sólo sobre la figura de Susana “acosada” (según un cuadra de la pintora ARTEMISIA GENTILESCHI, que D. Ruiz había estudiado), sino también sobra la Adúltera de Juan 8.
Gracias a D. Ruiz por su trabajo, y a J. M. González, por resumirlo y presentarlo en el blog. Con esta “imagen” de la mujer acosada, que se vincula a los temas que vengo desarrollando estos días en mi blog, quiero presentar mi (nuestra) meditación silenciosa del Viernes Santo. Esta mujer acosada (y los millones de mujeres violadas y asesinadas) no es todo el Viernes Santo cristiana, pero ella pertenece a la dura historia del Viernes Santo.
Juan Manuel González
Una palabra sobre el cuadro de Susana que sabiamente ha elegido Pikaza. ARTEMISIA GENTILESCHI: siglo XVII.
La biografía de Artemisia Gentileschi se entrelaza de manera dolorosa con su propia obra. Violada por su profesor de dibujo, fue sometida a juicio público y tortura para demostrar que su acusación era verdadera. Este ambiente de pillos, tramposos y asesinos marcó la vida de Artemisia, a quien se rodeó de una fama de libertinaje y mercadeo con su propio cuerpo, sobre todo a raíz del citado juicio. Es en medio de estas circunstancias como mejor se explica este lienzo con la historia de Susana y los Viejos. Se trata de la primera obra de una artista que ha finalizado su aprendizaje y demuestra ya una calidad de pintora consagrada.
(2) Susana: ¿Seducción o violación?
Se ha privilegiado la escena del baño (no la del juicio): es el erotismo del varón. La violación, es este caso, sería un castigo a la vanidad de ella, pues el fondo de estos cuadros late el falso tópico de que “ellas siempre quieren”. La deshonestidad de estos pintores se hace patente en su manera de implicar al espectador. En sus cuadros la mirada masculina se hace imprescindible: los espectadores ocupan el tercer vértice (pintor, ancianos, espectador) y se convierten en cómplices., tanto del autor como de los ancianos.
(3) SUSANA: Aquí hay una mirada desde Susana. Esta es una mujer más real, incluso con el desnudo más natural y puesto de relieve, en el que, sin embargo, el espectador no se regocija, entre otras cosas, porque no precisa de la mirada del espectador. El propio cuerpo se convierte en texto. En su rostro y en todo su cuerpo, se percibe su rechazo a la conspiración de los varones, tras ella, separados por un muro. Ante ella, una fuente adivinada apenas, infunde sobriedad a la obra. Susana, situada en el centro y al borde del cuadro, no llama con sus ojos al espectador, incluso parece prescindir de cualquier mirada. Ésta es u principal aportación: no hay obrerismo.
(4) SUSANA: Todo su cuerpo se convierte en llamada que implica a quien la observa: quien lo hace, se convierte en víctima. Mirar a la Susana de Artemisia es implicarse en su trama, es sentirse objeto, es convertirse en objeto de una violación. El cuerpo de ésta Susana es el más desnudos, pero esa desnudez no viene a satisfacer deseos masculinos, no es exhibición para ser evaluada, sino que contribuye a incrementar el dramatismo de la escena, le da fuerza y desvía nuestra atención hacia el tema: el rechazo a los varones. Ese rechazo se hace patente a través de un cuerpo que no llega a volverse hacia ellos, no llega mirarlos. El espectador se da cuenta de que el mismo es Susana, una mujer acosada, rodeada por todas partes, sin salida. Desnuda pero sabiéndose más que un cuerpo desnudo. Desde este cuadro, Susana toca nuestras conciencias, precisamente porque no nos mira.
(5) SUSANA: En el ámbito del ARTE PLÁSTICA se han centrado mucho más en la figura de Susana que en Daniel:
1. Treinta y tres cuadros pintados por los grandes artistas,
2. Sólo uno trata de la escena del juicio.
3. El resto se centran en la escena del baño y el acoso de los ancianos, uno pintado por Artemisia Gentileschi, artista que en su primera adolescencia había sido violada por su profesor de arte y un amigo de éste.
“La Ideología de la Mirada”, contrastaba las dos posibles interpretaciones de la historia Susana como la de una seducción o de una violación: La violación ocurre cuando una persona fuerza a otra a tener relaciones sexuales. La seducción tiene lugar cuando una persona convence a otra a tener relaciones sexuales. Cuando los ancianos le dicen a Susana que, o bien se somete a ellos sexualmente o se enfrentará con el cargo capital de adulterio, la amenaza muy real de fuerza define su acción como un intento de violación.
Final sobre Susana:
Lo que es he transcripto está tomado del excelente artículo que cita Pikaza en la Bibliografía al final (y que me ha facilitado el año pasado Mercedes Navarro Puerto). Analisiza los grandes cuadros sobre Susana: los artistas, en general, corrieron todo de lo ético (juicio) a lo estético (mujer desnuda). Y con una Susana "vanidosa" pretendieron justificar su "delito" (intento de violación). Un artículo excelente.
¡Gracias Xabier, gracias Mercedes!
D. Ruiz López, La historia de Susana y los viejos a través de la pintura, en J. Campos y V. Pastor (eds.), Actas del Congreso Internacional “Biblia, memoria y encrucijada de culturas” (ABE), Zamora 2004, 694-703.
Juan Manuel González, sobre La Adúltera de Juan
LA MUJER NEGADA (Jn. 7,53-8,11)
Pocos pasajes de la Biblia han suscitado tantos interrogantes como Juan 7,53-8,11. ¿Por qué aparece sólo en manuscritos tardíos? ¿Por qué razón no se la incluyó en ninguno de los evangelios canónicos cuando éstos fueron escritos?
Recién a fines del siglo IV o principios del V -y sólo en Occidente- fue la Escena de la Adultera incluida en algunos manuscritos de los evangelios de Juan. Es evidente que su argumento de perdón a una adúltera debía resultar incómodo en la iglesia primitiva, con su estricta disciplina penitencial. No fue sino hasta el siglo III, que se dieron las condiciones para que se viera esta historia con otros ojos. La Perícopa de la Adúltera comienza a ser citada y mencionada en la época de la controversia sobre qué hacer con los que pecaron después del bautismo (s. IIl-IV).
(2) LA MUJER NEGADA (Jn. 7,53-8,11)
No es casual que fuera precisamente en la iglesia occidental donde se dio principalmente la controversia sobre la readmisión de los lapsi, es decir, los que volvían arrepentidos después de haber quemado incienso ante la imagen del emperador primero durante la persecución promovida por el emperador Decio (entre 249 y 251) y más tarde durante la cruenta persecución de Diocleciano y Galerio (303-331).
La historia de la adúltera Perdonada por Jesús fue seguramente una historia real, que no fue incluida en ninguno de los cuatro evangelios canónicos porque la actitud de Jesús iba en contra de la disciplina de la iglesia primitiva.
(1) UNA MIRADA DESDE EL MARGEN
Lo que más asombra en esta historia es el tratamiento igualitario que Jesús da a los varones “honorables” a la mujer “deshonrada” Para Jesús, la mujer y sus acusadores son iguales. La igualdad es el foco del relato”. Por eso, tal vez, la PA ha sido vista con tanta suspicacia, como una historia que subvierte el orden social.
La historia de la adúltera perdonada es en el fondo un testimonio en contra de un orden social dominado por los varones. Este hecho debe haber suscitado temores sobre qué pasaría si la sexualidad de las mujeres dejara de estar bajo el control de los varones. Aunque no fueran reconocidos, esos temores dominaron el proceso de canonización del texto y la historia de su interpretación.
(2)UNA MIRADA DESDE EL MARGEN
En la sociedad mediterránea del siglo I, nada se decía en cuestiones de adulterio sobre el varón casado que tenía relaciones con una mujer soltera y libre. Podemos suponer que, como de costumbre, la doble moral era la regla. En definitiva, todo se reducía a dos cuestiones básicas: una cuestión económica, el derecho a heredar las propiedades, y una cuestión de honor familiar. Si la mujer cometía adulterio, aparte de quedar deshonrada, ponía en entredicho el honor de la familia. Además podía llegar a tener hijos de otros hombres, lo cual daba lugar a una serie de problemas. Si el adulterio no se descubría, esos hijos “ilegítimos” podían llegar a heredar las propiedades junto con los hijos del esposo. Si se descubría, ni siquiera tendrían derecho a ser considerados como parte de la familia, cuyo honor de todas formas se vería cuestionado.
(3) UNA MIRADA DESDE EL MARGEN
Calvino - un intelectual francés del siglo XVI - en su comentario al evangelio de Juan, no vacila en afirmar que el adulterio debe ser castigado con la muerte. Pero, por su puesto, sólo se refiere al adulterio cometido por una mujer casada (no por un hombre casado), ya que enfatiza la amenaza de que la propiedad podría ser heredada por un hijo ilegítimo y termina diciendo: “el mal principal es que la mujer deshonra al marido”. En ningún momento menciona el adulterio cometido por un varón casado, como si no se tratan también de adulterio.
Me valgo para ello de los comentarios que Juan Manuel González, director de la Escuela y Foro Bíblico Parresía (http://boards2.melodysoft.com/app?ID=Parresia), aportó a mi post de aquel día, no sólo sobre la figura de Susana “acosada” (según un cuadra de la pintora ARTEMISIA GENTILESCHI, que D. Ruiz había estudiado), sino también sobra la Adúltera de Juan 8.
Gracias a D. Ruiz por su trabajo, y a J. M. González, por resumirlo y presentarlo en el blog. Con esta “imagen” de la mujer acosada, que se vincula a los temas que vengo desarrollando estos días en mi blog, quiero presentar mi (nuestra) meditación silenciosa del Viernes Santo. Esta mujer acosada (y los millones de mujeres violadas y asesinadas) no es todo el Viernes Santo cristiana, pero ella pertenece a la dura historia del Viernes Santo.
Juan Manuel González
Una palabra sobre el cuadro de Susana que sabiamente ha elegido Pikaza. ARTEMISIA GENTILESCHI: siglo XVII.
La biografía de Artemisia Gentileschi se entrelaza de manera dolorosa con su propia obra. Violada por su profesor de dibujo, fue sometida a juicio público y tortura para demostrar que su acusación era verdadera. Este ambiente de pillos, tramposos y asesinos marcó la vida de Artemisia, a quien se rodeó de una fama de libertinaje y mercadeo con su propio cuerpo, sobre todo a raíz del citado juicio. Es en medio de estas circunstancias como mejor se explica este lienzo con la historia de Susana y los Viejos. Se trata de la primera obra de una artista que ha finalizado su aprendizaje y demuestra ya una calidad de pintora consagrada.
(2) Susana: ¿Seducción o violación?
Se ha privilegiado la escena del baño (no la del juicio): es el erotismo del varón. La violación, es este caso, sería un castigo a la vanidad de ella, pues el fondo de estos cuadros late el falso tópico de que “ellas siempre quieren”. La deshonestidad de estos pintores se hace patente en su manera de implicar al espectador. En sus cuadros la mirada masculina se hace imprescindible: los espectadores ocupan el tercer vértice (pintor, ancianos, espectador) y se convierten en cómplices., tanto del autor como de los ancianos.
(3) SUSANA: Aquí hay una mirada desde Susana. Esta es una mujer más real, incluso con el desnudo más natural y puesto de relieve, en el que, sin embargo, el espectador no se regocija, entre otras cosas, porque no precisa de la mirada del espectador. El propio cuerpo se convierte en texto. En su rostro y en todo su cuerpo, se percibe su rechazo a la conspiración de los varones, tras ella, separados por un muro. Ante ella, una fuente adivinada apenas, infunde sobriedad a la obra. Susana, situada en el centro y al borde del cuadro, no llama con sus ojos al espectador, incluso parece prescindir de cualquier mirada. Ésta es u principal aportación: no hay obrerismo.
(4) SUSANA: Todo su cuerpo se convierte en llamada que implica a quien la observa: quien lo hace, se convierte en víctima. Mirar a la Susana de Artemisia es implicarse en su trama, es sentirse objeto, es convertirse en objeto de una violación. El cuerpo de ésta Susana es el más desnudos, pero esa desnudez no viene a satisfacer deseos masculinos, no es exhibición para ser evaluada, sino que contribuye a incrementar el dramatismo de la escena, le da fuerza y desvía nuestra atención hacia el tema: el rechazo a los varones. Ese rechazo se hace patente a través de un cuerpo que no llega a volverse hacia ellos, no llega mirarlos. El espectador se da cuenta de que el mismo es Susana, una mujer acosada, rodeada por todas partes, sin salida. Desnuda pero sabiéndose más que un cuerpo desnudo. Desde este cuadro, Susana toca nuestras conciencias, precisamente porque no nos mira.
(5) SUSANA: En el ámbito del ARTE PLÁSTICA se han centrado mucho más en la figura de Susana que en Daniel:
1. Treinta y tres cuadros pintados por los grandes artistas,
2. Sólo uno trata de la escena del juicio.
3. El resto se centran en la escena del baño y el acoso de los ancianos, uno pintado por Artemisia Gentileschi, artista que en su primera adolescencia había sido violada por su profesor de arte y un amigo de éste.
“La Ideología de la Mirada”, contrastaba las dos posibles interpretaciones de la historia Susana como la de una seducción o de una violación: La violación ocurre cuando una persona fuerza a otra a tener relaciones sexuales. La seducción tiene lugar cuando una persona convence a otra a tener relaciones sexuales. Cuando los ancianos le dicen a Susana que, o bien se somete a ellos sexualmente o se enfrentará con el cargo capital de adulterio, la amenaza muy real de fuerza define su acción como un intento de violación.
Final sobre Susana:
Lo que es he transcripto está tomado del excelente artículo que cita Pikaza en la Bibliografía al final (y que me ha facilitado el año pasado Mercedes Navarro Puerto). Analisiza los grandes cuadros sobre Susana: los artistas, en general, corrieron todo de lo ético (juicio) a lo estético (mujer desnuda). Y con una Susana "vanidosa" pretendieron justificar su "delito" (intento de violación). Un artículo excelente.
¡Gracias Xabier, gracias Mercedes!
D. Ruiz López, La historia de Susana y los viejos a través de la pintura, en J. Campos y V. Pastor (eds.), Actas del Congreso Internacional “Biblia, memoria y encrucijada de culturas” (ABE), Zamora 2004, 694-703.
Juan Manuel González, sobre La Adúltera de Juan
LA MUJER NEGADA (Jn. 7,53-8,11)
Pocos pasajes de la Biblia han suscitado tantos interrogantes como Juan 7,53-8,11. ¿Por qué aparece sólo en manuscritos tardíos? ¿Por qué razón no se la incluyó en ninguno de los evangelios canónicos cuando éstos fueron escritos?
Recién a fines del siglo IV o principios del V -y sólo en Occidente- fue la Escena de la Adultera incluida en algunos manuscritos de los evangelios de Juan. Es evidente que su argumento de perdón a una adúltera debía resultar incómodo en la iglesia primitiva, con su estricta disciplina penitencial. No fue sino hasta el siglo III, que se dieron las condiciones para que se viera esta historia con otros ojos. La Perícopa de la Adúltera comienza a ser citada y mencionada en la época de la controversia sobre qué hacer con los que pecaron después del bautismo (s. IIl-IV).
(2) LA MUJER NEGADA (Jn. 7,53-8,11)
No es casual que fuera precisamente en la iglesia occidental donde se dio principalmente la controversia sobre la readmisión de los lapsi, es decir, los que volvían arrepentidos después de haber quemado incienso ante la imagen del emperador primero durante la persecución promovida por el emperador Decio (entre 249 y 251) y más tarde durante la cruenta persecución de Diocleciano y Galerio (303-331).
La historia de la adúltera Perdonada por Jesús fue seguramente una historia real, que no fue incluida en ninguno de los cuatro evangelios canónicos porque la actitud de Jesús iba en contra de la disciplina de la iglesia primitiva.
(1) UNA MIRADA DESDE EL MARGEN
Lo que más asombra en esta historia es el tratamiento igualitario que Jesús da a los varones “honorables” a la mujer “deshonrada” Para Jesús, la mujer y sus acusadores son iguales. La igualdad es el foco del relato”. Por eso, tal vez, la PA ha sido vista con tanta suspicacia, como una historia que subvierte el orden social.
La historia de la adúltera perdonada es en el fondo un testimonio en contra de un orden social dominado por los varones. Este hecho debe haber suscitado temores sobre qué pasaría si la sexualidad de las mujeres dejara de estar bajo el control de los varones. Aunque no fueran reconocidos, esos temores dominaron el proceso de canonización del texto y la historia de su interpretación.
(2)UNA MIRADA DESDE EL MARGEN
En la sociedad mediterránea del siglo I, nada se decía en cuestiones de adulterio sobre el varón casado que tenía relaciones con una mujer soltera y libre. Podemos suponer que, como de costumbre, la doble moral era la regla. En definitiva, todo se reducía a dos cuestiones básicas: una cuestión económica, el derecho a heredar las propiedades, y una cuestión de honor familiar. Si la mujer cometía adulterio, aparte de quedar deshonrada, ponía en entredicho el honor de la familia. Además podía llegar a tener hijos de otros hombres, lo cual daba lugar a una serie de problemas. Si el adulterio no se descubría, esos hijos “ilegítimos” podían llegar a heredar las propiedades junto con los hijos del esposo. Si se descubría, ni siquiera tendrían derecho a ser considerados como parte de la familia, cuyo honor de todas formas se vería cuestionado.
(3) UNA MIRADA DESDE EL MARGEN
Calvino - un intelectual francés del siglo XVI - en su comentario al evangelio de Juan, no vacila en afirmar que el adulterio debe ser castigado con la muerte. Pero, por su puesto, sólo se refiere al adulterio cometido por una mujer casada (no por un hombre casado), ya que enfatiza la amenaza de que la propiedad podría ser heredada por un hijo ilegítimo y termina diciendo: “el mal principal es que la mujer deshonra al marido”. En ningún momento menciona el adulterio cometido por un varón casado, como si no se tratan también de adulterio.
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