Ven, luz verdadera. Ven, vida eterna. Ven, tesoro innombrable.
Ven, realidad inefable. Ven, persona inconcebible.
Ven, gozo perpetuo. Ven, luz sin ocaso.
Ven, espera infalible de los que anhelan la salvación.
Ven, despertar de los que yacen. Ven, resurrección de los muertos.
Ven, oh poderoso que todo lo haces,
lo cambias y lo transformas siempre a tu voluntad.
Ven, oh invisible y totalmente intangible e impalpable.
Ven, tú que siempre permaneces inamovible y en cada momento
todo entero te mueves y vienes a nosotros que yacemos en el infierno,
oh tú que estás más allá de todos los cielos.
Ven, oh Nombre amadísimo e invocado por todas partes,
del cual no podemos en absoluto expresar el ser
o conocer la naturaleza.
Ven, gozo eterno. Ven, corona inmarcesible.
Ven, púrpura del gran Rey y Dios nuestro.
Ven, cintura cristalina y de piedras preciosas.
Ven, sandalia inaccesible. Ven, diestra real y purpúrea y soberana.
Ven, tú al que ha deseado y desea mi alma miserable.
Ven tú solo al que está solo, porque, como ves, solo estoy.
Ven, tú que me has separado de todo
y me has creado solo sobre la tierra.
Ven, tú que te has convertido en mí en deseo
y me has hecho desearte, a ti que eres por completo inaccesible.
Ven, mi aliento y mi vida. Ven, consuelo de mi pobre alma.
Ven, mi gozo, mi gloria, mi delicia sin fin.
Ven, realidad inefable. Ven, persona inconcebible.
Ven, gozo perpetuo. Ven, luz sin ocaso.
Ven, espera infalible de los que anhelan la salvación.
Ven, despertar de los que yacen. Ven, resurrección de los muertos.
Ven, oh poderoso que todo lo haces,
lo cambias y lo transformas siempre a tu voluntad.
Ven, oh invisible y totalmente intangible e impalpable.
Ven, tú que siempre permaneces inamovible y en cada momento
todo entero te mueves y vienes a nosotros que yacemos en el infierno,
oh tú que estás más allá de todos los cielos.
Ven, oh Nombre amadísimo e invocado por todas partes,
del cual no podemos en absoluto expresar el ser
o conocer la naturaleza.
Ven, gozo eterno. Ven, corona inmarcesible.
Ven, púrpura del gran Rey y Dios nuestro.
Ven, cintura cristalina y de piedras preciosas.
Ven, sandalia inaccesible. Ven, diestra real y purpúrea y soberana.
Ven, tú al que ha deseado y desea mi alma miserable.
Ven tú solo al que está solo, porque, como ves, solo estoy.
Ven, tú que me has separado de todo
y me has creado solo sobre la tierra.
Ven, tú que te has convertido en mí en deseo
y me has hecho desearte, a ti que eres por completo inaccesible.
Ven, mi aliento y mi vida. Ven, consuelo de mi pobre alma.
Ven, mi gozo, mi gloria, mi delicia sin fin.
Simeón el Nuevo Teólogo, s. X-XI
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