NO DEJES DE VISITAR
GIF animations generator gifup.com www.misionerosencamino.blogspot.com
El Blog donde encontrarás abundante material de formación, dinámicas, catequesis, charlas, videos, música y variados recursos litúrgicos y pastorales para la actividad de los grupos misioneros.
Fireworks Text - http://www.fireworkstext.com
BREVE COMENTARIO, REFLEXIÓN U ORACIÓN CON EL EVANGELIO DEL DÍA, DESDE LA VIVENCIA MISIONERA
SI DESEAS RECIBIR EL EVANGELIO MISIONERO DEL DÍA EN TU MAIL, DEBES SUSCRIBIRTE EN EL RECUADRO HABILITADO EN LA COLUMNA DE LA DERECHA

lunes, 22 de noviembre de 2010

¿Es anormal no conocer a Dios?



Para mí es anormal no plantearse uno seriamente qué digo cuando afirmo o cuando niego a Dios. Tan elemental, tan necesario, que no puedo comprenderlo ni con mi corazón, ni con mi razón. El sentido de Dios es un don gratuito, desde luego, en realidad como todo, como toda lo creado, al que el hombre ha de abrirse. Como se abre al amor, a la necesidad de la verdad, a la admiración de la naturaleza, a la belleza, al conocimiento, a la investigación desde el camino que sea.
En el Palacio de Congresos de Madrid, oí ya hace tiempo, en la presentación del comienzo de curso de Comunión y Liberación, a Marco Bersanelli, profesor de astrofísica de la universidad de Milán, una exposición que arranca de una experiencia de Benedicto XVI: todo conocimiento hasta el más simple es siempre un pequeño prodigio. Este profesor es uno de los científicos que participa en la misión del satélite Planck de la Agencia Espacial europea, una especie de máquina del tiempo que tiene como objetivo recoger datos sobre la geometría, composición y evolución del universo. Una especie de máquina del tiempo para comprender la larga historia del universo.
Nos contó una anécdota que, muchos de nosotros, a nuestra manera y en nuestras circunstancias personales, hemos seguramente vivido. Un colega científico se le acerca y le pregunta: ¿es verdad que tú crees? ¿En que creo, en que cosa creo? Pues, siguió desconcertado el otro científico, eres creyente ¿no? Pero, seguía Bersanelli, creyente ¿en que? Lleno de embarazo dijo por fin la palabra escondida: Dios. Bersanelli seguía: ¿Y tu que entiendes cuando dices que soy creyente en Dios? ¿Qué entiendes cuando dices Dios y quién es Dios en el que yo soy creyente? La próxima vez me lo preguntas cuando sepas lo que preguntas.
Creo que sobra todo comentario, pero es evidente que nos ayuda muchísimo en nuestros juicios prácticos.
Siento en lo más profundo de mí ser que es anormal no conocer a Dios ¿Las obras de los pintores, de los escultores, de los arquitectos, de los músicos, de los literatos no hablan de sus autores? ¿De que habla el cosmos? Como expresa maravillosamente Benedicto XVI en la Caridad en la verdad: todo conocimiento, hasta el más simple, es siempre un pequeño prodigio, porque nunca se explica completamente con los elementos materiales que empleamos. En toda verdad hay siempre algo más de lo que cabía esperar, en el amor que recibimos hay siempre algo que nos sorprende. Jamás deberíamos dejar de sorprendernos ante estos prodigios. En todo conocimiento y acto de amor, el alma del hombre experimenta un «más» que se asemeja mucho a un don recibido, a una altura a la que se nos lleva.
Es anormal no conocer a Dios. Para nosotros, creados a imagen de Dios, lo más normal y gratuito es conocer a Dios. Conocer en el sentido hebreo del término, conocer con todo el corazón, con la mente, con la inteligencia. La falta de conocimiento de Dios, fuente de vida, de verdad, y fin último al que nos llama a participar de su amor y felicidad, constituye una profunda alienación y es causa de depresión, de carencia de sentido, y de muchas perversiones. No preocuparnos de profundizar en el conocimiento de Dios es un grave error, y un gran daño para el individuo y las relaciones humanas. Aquí no cuentan los números, ni las estadísticas, sino la verdad de la existencia de cada persona. Un auténtico creyente es creíble. Por eso sobra aquí decir lo que se ha hecho por parte de muchos en nombre de Dios, o de la religión, o de la Iglesia. Lo que hacen los que han sido ordenados en el sacerdocio, los religiosos, los laicos comprometidos. Precisamente nos escandaliza, o escandalizamos, en la medida en que todo eso no se corresponde con lo que realmente supondría ser un verdadero testimonio del Dios en el que se cree.
No se puede creer a medias, eso desde luego. Jesucristo es ayer, hoy y siempre; y el hecho de que Jesucristo ha resucitado ha de ser la fuerza y el dinamismo de la vida del cristiano. Las bienaventuranzas en su conjunto nos indican el camino real hacia el sentido de Dios. Hoy, todas las bienaventuranzas vistas desde una sola: bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Ver a Dios, es el conocer a Dios de la Biblia, que nos lleva a vivir la caridad en la verdad - el amor pleno y auténtico en la verdad- y nos ayudaría a recuperar nuestra humanidad y nuestro sentido en la vida. El amor en la verdad es la fuerza impulsora del auténtico desarrollo de cada persona y de toda la humanidad. Corresponde a la totalidad de la persona en todas sus dimensiones, y a la humanidad entera. Y esto es imposible sin hombres rectos, sin operadores económicos y agentes políticos que sientan fuertemente en su conciencia la llamada al bien común. Se necesita tanto la preparación profesional como la coherencia moral.
Todo conocimiento, hasta el más simple, es siempre un pequeño prodigio, porque nunca se explica completamente con los elementos materiales que empleamos. En toda verdad hay siempre algo más de lo que cabía esperar. En todo conocimiento y acto de amor, el hombre experimenta un “más”…

No hay comentarios: