Por Angel Moreno - Domingo 13 de Marzo del 2011
Publicado por Ciudad Redonda
(Gn 2, 7-9; 3, 1-7; Sal 50; Rm 5, 12-19; Mt 4, 1-11)
TEXTO A MEDITAR
Publicado por Ciudad Redonda
(Gn 2, 7-9; 3, 1-7; Sal 50; Rm 5, 12-19; Mt 4, 1-11)
TEXTO A MEDITAR
“No hay proporción entre la culpa y el don: si por la culpa de uno murieron todos, mucho más, gracias a un solo hombre, Jesucristo, la benevolencia y el don de Dios desbordaron sobre todos.
Y tampoco hay proporción entre la gracia que Dios concede y las consecuencias del pecado de uno: la sentencia contra uno acabó en condena total; la gracia, ante una multitud de pecados, en indulto.”
REFLEXIÓN
Los textos de este domingo primero de Cuaresma nos sitúan ante la experiencia más permanente que sufre nuestra naturaleza, la del halago tentador, tipificado en tres instintos, el de poder, el de tener y el de placer.
Ante la constante provocación que padecemos interna y externamente, podemos creer que es irremediable la caída, pues somos de barro. Hasta es posible que se valore como señal de humanidad la fragilidad, y esto, no con conciencia humilde, sino como exculpación.
Sin embargo, al ver cómo Jesús vence la tentación, y sobre todo, al meditar las expresiones paulinas sobre las consecuencias del pecado de Adán, y de la Redención llevada a cabo por Cristo, frente a las insidias del Malo, también tenemos la fuerza del que venció al Tentador, nos redimió del pecado y nos invita al combate contra el mal.
ORACIÓN
Señor, Tú nos has enseñado a rezar: “No nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal”. Cada día repetimos esta oración. No permitas que nos precipitemos en la legitimación de la debilidad y en la justificación de la quiebra de la fidelidad.
En la oración de la noche rezamos: “Visita, Señor, esta habitación, aleja de ella las insidias del enemigo, que tus ángeles santos habiten en ella, y que tu bendición permanezca para siempre”,
PROPUESTA:
“No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Al Señor, tu Dios, adorarás y a él sólo darás culto”.
Y tampoco hay proporción entre la gracia que Dios concede y las consecuencias del pecado de uno: la sentencia contra uno acabó en condena total; la gracia, ante una multitud de pecados, en indulto.”
REFLEXIÓN
Los textos de este domingo primero de Cuaresma nos sitúan ante la experiencia más permanente que sufre nuestra naturaleza, la del halago tentador, tipificado en tres instintos, el de poder, el de tener y el de placer.
Ante la constante provocación que padecemos interna y externamente, podemos creer que es irremediable la caída, pues somos de barro. Hasta es posible que se valore como señal de humanidad la fragilidad, y esto, no con conciencia humilde, sino como exculpación.
Sin embargo, al ver cómo Jesús vence la tentación, y sobre todo, al meditar las expresiones paulinas sobre las consecuencias del pecado de Adán, y de la Redención llevada a cabo por Cristo, frente a las insidias del Malo, también tenemos la fuerza del que venció al Tentador, nos redimió del pecado y nos invita al combate contra el mal.
ORACIÓN
Señor, Tú nos has enseñado a rezar: “No nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal”. Cada día repetimos esta oración. No permitas que nos precipitemos en la legitimación de la debilidad y en la justificación de la quiebra de la fidelidad.
En la oración de la noche rezamos: “Visita, Señor, esta habitación, aleja de ella las insidias del enemigo, que tus ángeles santos habiten en ella, y que tu bendición permanezca para siempre”,
PROPUESTA:
“No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Al Señor, tu Dios, adorarás y a él sólo darás culto”.
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