Por José María Maruri, SJ
1.- Desde que nuestra sociedad comenzó a darse cuenta de que no éramos libres, que andábamos reprimidos, se empezó a hablar y trabajar en contra de todo TABÚ, el TABÚ del sexo. El TABÚ del porro y de la droga, el TABÚ de la autoridad de padres y maestros. Pero ha quedado un TABÚ del que es TABÚ hablar y es el TABÚ de la muerte, digo, también de él se habla pero no para librarnos de él, sino para por eutanasia poner la pesada losa de la muerte cuanto antes sobre los que no tienen remedio
2.- Sólo ha habido un hombre en la Historia que se ha atrevido a hablar en contra del TABÚ de la muerte. El que se ha llamado a si mismo VERDAD Y VIDA, Resurrección y vida, el que ha prometido VIDA ETERNA a los que creen en El. Jesús Dios, es el único que puede prometer sin implicaciones políticas ni concesiones a la galería, que acabaremos con el TABU de que pasaremos de esta VIDA a través de la muerte a otra VIDA INACABABLE.
Jesús no escamotea la muerte, pasa por ella, pero la vence. Nos enseña que la muerte es un dintel obscuro entre dos habitaciones llenas de vida, que la muerte es una frontera entre dos vidas, que la muerte es un puente que une la orilla de la vida mortal con la orilla de la eternidad., que la muerte es el traqueteo del tren al entrar en agujas en esa estación del Reino y de la VIDA ETERNA. Que es mera transformación del grano de trigo en la vitalidad pujante de la espiga.
3.- Jesús Dios no es Dios de muertos es Dios de vivos. Por eso los ángeles no comprenden que los discípulos busquen entre los muertos al que vive:
-no es en el sepulcro sellado
-no es en la obscuridad de la tumba
-no es en la tristeza y las lágrimas
-no es en caras amargadas y largas
-no es en todo aquello que paraliza al hombre donde Dios está.
**A Dios se le encuentra no en la inmovilidad de un cadáver, sino en la agitación de aquellas mujeres que huyen del sepulcro vacío.
**A Dios lo encuentra María no en la tiniebla de la tumba sino en medio de una explosión de flores y plantas en el jardín.
**A Dios se lo tropiezan al aire libre los caminantes de Emaus.
**A Dios lo palpan los apóstoles en una reunión de amigos en el cenáculo.
Dios es vida y está donde hay vida no entre crespones de luto.
4.-Este es el mensaje de la Resurrección:
Que Dios ha hecho al hombre no para la muerte sino para la vida.
Y que en la misma muerte hay vida, como en la muerte de la semilla está la fecundad vital de toda planta. Como en la explosión de una estrella del cielo nace una luz por millones de años. Así en la muerte de Jesús y en la nuestra hay una explosión de vitalidad que tiende al infinito.
5.- ¿Creemos en la Resurrección o no creemos?, si no creemos es natural la tristeza de tantos cristianos, es natural que nos aburra haber tenido esta Fe, es natural que llevemos a rastras nuestra vida cristiana. El que no cree se deja empujar como canto rodado río abajo, vivirá como pez en pecera respirando malamente hasta que una mañana lo encuentren panza arriba sin vida.
2.- Sólo ha habido un hombre en la Historia que se ha atrevido a hablar en contra del TABÚ de la muerte. El que se ha llamado a si mismo VERDAD Y VIDA, Resurrección y vida, el que ha prometido VIDA ETERNA a los que creen en El. Jesús Dios, es el único que puede prometer sin implicaciones políticas ni concesiones a la galería, que acabaremos con el TABU de que pasaremos de esta VIDA a través de la muerte a otra VIDA INACABABLE.
Jesús no escamotea la muerte, pasa por ella, pero la vence. Nos enseña que la muerte es un dintel obscuro entre dos habitaciones llenas de vida, que la muerte es una frontera entre dos vidas, que la muerte es un puente que une la orilla de la vida mortal con la orilla de la eternidad., que la muerte es el traqueteo del tren al entrar en agujas en esa estación del Reino y de la VIDA ETERNA. Que es mera transformación del grano de trigo en la vitalidad pujante de la espiga.
3.- Jesús Dios no es Dios de muertos es Dios de vivos. Por eso los ángeles no comprenden que los discípulos busquen entre los muertos al que vive:
-no es en el sepulcro sellado
-no es en la obscuridad de la tumba
-no es en la tristeza y las lágrimas
-no es en caras amargadas y largas
-no es en todo aquello que paraliza al hombre donde Dios está.
**A Dios se le encuentra no en la inmovilidad de un cadáver, sino en la agitación de aquellas mujeres que huyen del sepulcro vacío.
**A Dios lo encuentra María no en la tiniebla de la tumba sino en medio de una explosión de flores y plantas en el jardín.
**A Dios se lo tropiezan al aire libre los caminantes de Emaus.
**A Dios lo palpan los apóstoles en una reunión de amigos en el cenáculo.
Dios es vida y está donde hay vida no entre crespones de luto.
4.-Este es el mensaje de la Resurrección:
Que Dios ha hecho al hombre no para la muerte sino para la vida.
Y que en la misma muerte hay vida, como en la muerte de la semilla está la fecundad vital de toda planta. Como en la explosión de una estrella del cielo nace una luz por millones de años. Así en la muerte de Jesús y en la nuestra hay una explosión de vitalidad que tiende al infinito.
5.- ¿Creemos en la Resurrección o no creemos?, si no creemos es natural la tristeza de tantos cristianos, es natural que nos aburra haber tenido esta Fe, es natural que llevemos a rastras nuestra vida cristiana. El que no cree se deja empujar como canto rodado río abajo, vivirá como pez en pecera respirando malamente hasta que una mañana lo encuentren panza arriba sin vida.
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