Sábado Santo. Después de la intensidad de los días anteriores hoy parece que no hay nada. Solamente se puede rezar y acompañar a María. El tiempo pasa y parece que no hay movimiento. Sólo silencio. Ahora es cuando hay que creer de verdad en Su palabra. Volverá. Seguro.
Aparentemente nada sucede. Los cirios se consumen y los corazones continúan encogidos. Es tiempo de silencio. Demasiado silencio. Debería ser también tiempo de espera pero el tiempo pasa y no se ve ni se oye nada.
Parece que nada ocurre, pero algo está germinando, comenzando a hervir. El lugar del cansancio y de cierta rendición, de una quietud callada y de un querer y no poder que intenta abrirse paso parece ocultar algo para mostrar una vez más que no todo es lo que parece.
Hay muchos espacios en nuestro mundo que se asemejan a este. Muchos lugares donde parece que se palpa la derrota… Demasiadas situaciones en las que huele a sepulcro y falta aire de esperanza; en las que el inmovilismo nos hipnotiza y aplastamos "sinquererqueriendo" las corrientes subterráneas que ayudan a levantarse, a brotar, a saltar, a hervir.
Pues bien, ese sepulcro en el que yace la Vida a punto de estallar, en el que la Palabra espera para volver a ser proclamada con estruendo, para volver a marcar el compás de quienes esperan y creen en ella, es hoy bandera de esperanza para todas esas realidades vencidas y atravesadas, que siguen esperando que se haga la luz.
Y se hará… Seguro.
Roberto Sayalero Sanz, agustino recoleto. Colegio San Agustín (Valladolid, España)
Aparentemente nada sucede. Los cirios se consumen y los corazones continúan encogidos. Es tiempo de silencio. Demasiado silencio. Debería ser también tiempo de espera pero el tiempo pasa y no se ve ni se oye nada.
Parece que nada ocurre, pero algo está germinando, comenzando a hervir. El lugar del cansancio y de cierta rendición, de una quietud callada y de un querer y no poder que intenta abrirse paso parece ocultar algo para mostrar una vez más que no todo es lo que parece.
Hay muchos espacios en nuestro mundo que se asemejan a este. Muchos lugares donde parece que se palpa la derrota… Demasiadas situaciones en las que huele a sepulcro y falta aire de esperanza; en las que el inmovilismo nos hipnotiza y aplastamos "sinquererqueriendo" las corrientes subterráneas que ayudan a levantarse, a brotar, a saltar, a hervir.
Pues bien, ese sepulcro en el que yace la Vida a punto de estallar, en el que la Palabra espera para volver a ser proclamada con estruendo, para volver a marcar el compás de quienes esperan y creen en ella, es hoy bandera de esperanza para todas esas realidades vencidas y atravesadas, que siguen esperando que se haga la luz.
Y se hará… Seguro.
Roberto Sayalero Sanz, agustino recoleto. Colegio San Agustín (Valladolid, España)
LA FLOR EN LA TIERRA
La semilla de la muerte
que ha de germinar al sol
revienta bajo la tierra.
Las manos de Dios alegres
que desgranando los días
cultivan la muerte ya
trabajan siempre la tierra
desde el único principio
de la extensísima vida.
Apenas una raíz
asciende hacia el infinito,
mientras Dios medita y ve
los vastos frutos de luz
que van a cubrir la tierra.
Está la flor de la muerte
brillando sobre la tierra,
y con su esencia perfuma
el aire todos los aires:
los rincones de la vida
donde se deshoja eterna.
Julio César Aguilar
Publicado por Entra y Verás
La semilla de la muerte
que ha de germinar al sol
revienta bajo la tierra.
Las manos de Dios alegres
que desgranando los días
cultivan la muerte ya
trabajan siempre la tierra
desde el único principio
de la extensísima vida.
Apenas una raíz
asciende hacia el infinito,
mientras Dios medita y ve
los vastos frutos de luz
que van a cubrir la tierra.
Está la flor de la muerte
brillando sobre la tierra,
y con su esencia perfuma
el aire todos los aires:
los rincones de la vida
donde se deshoja eterna.
Julio César Aguilar
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