Publicado por Fe Adulta
COMPASIÓN
Tener entrañas de compasión
es la clave de una verdadera humanidad.
Acción de gracias
Elevamos a Ti, Padre Dios, esta oración de agradecimiento
por la maravilla de creación y el don de la vida.
Pero reconocemos con pesar que te estamos defraudando.
Muchos de nuestros hermanos, no lejos de nosotros,
malviven y mueren de hambre y sed.
No querríamos seguir siendo insensibles a tanto dolor,
cuando hoy día tenemos a nuestro alcance
las vías de compartir el pan que nos das cada día.
Sabemos que nuestra única ofrenda posible
no es pretender agasajarte con nuestro ridículo incienso
sino servir y ayudar a los hermanos más necesitados
y como Tú, darnos sin esperar retorno.
Gracias, Padre bueno, porque nos mueves a ser generosos
y a compadecernos de los pobres que más nos necesitan.
Nos sale del alma bendecir tu nombre.
Memorial de la Cena del Señor
Dios y Padre nuestro, gracias por tu hijo Jesús.
A la luz de su vida, la religión ha cambiado de sentido.
Nos llegó a decir que no es posible amarte a Ti
si no queremos y cuidamos a nuestros prójimos.
Nos puso magníficos ejemplos que no se olvidan,
como el del buen samaritano o el de Epulón y Lázaro.
Y nos enseñó que no es mayor a tus ojos
quien domina sino quien sirve.
Él mismo no quiso ser servido sino servir,
y derivó todo el amor que te tenía
en cuidar a los enfermos, consolar a quienes sufrían,
dar la dignidad a cuantos la sociedad había marginado.
Jesús comprometió su vida con su mensaje de liberación
y aceptó una muerte de esclavos como un último servicio.
Invocación al Espíritu de Dios
Hemos recordado, Padre santo, la vida y muerte de Jesús.
Te agradecemos una vez más su revolucionaria palabra.
Convéncenos, Padre, de lo que tantas veces nos dijo:
que no es ningún honor ser servidos,
que la verdadera satisfacción está en sentirse útiles a otros
y que hemos de luchar por la implantación de tu Reino
y hacer desaparecer de la Tierra tanta pobreza y miseria.
No nos podemos consentir que mueran tantos hermanos
de hambre y sed, en el olvido, ante nuestra indiferencia.
Quizás no seamos conscientes de que somos Epulón,
los que oprimimos en un mundo, tan global para nosotros
como distante y perdido para otros.
Necesitamos tu Espíritu, tu fuerza,
para convertirnos de raíz, desde nuestro yo más íntimo,
reorientar nuestra vida y ponerla al servicio de los demás.
Ten piedad, Señor, de los que aun llamándose tus siervos,
enturbian tu mensaje con vanidades y ansias de poder
y bendice a cuantos en tu nombre
dedican en silencio su vida a los demás.
Unidos en espíritu a todas las personas sencillas y buenas,
recordando a María, la que se llamó esclava del Señor,
y apoyándonos en Jesús, nuestro hermano y valedor,
queremos honrarte, Padre nuestro, y serte siempre fieles.
AMÉN.
Rafael Calvo
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EN NAÍN Y AQUÍ, SIEMPRE
Dos comitivas, Señor.
Una camina alegre,
sonríe
y es portadora de vida;
la otra va triste,
en silencio,
abrumada por la muerte.
Una se acerca a la ciudad,
canta
y mira el horizonte;
la otra se aleja del lugar,
llora
y mira como ausente.
Una entra,
la otra sale;
una va ligera de equipaje,
la otra con paso torpe;
una porta utopías,
la otra ataúdes.
¡Las dos con mucha gente!
Dos comitivas,
nos guste o no nos guste,
como siempre.
Pero Tú,
lleno de ternura,
con las entrañas removidas,
rompiste las barreras
-normas, costumbres, prejuicios, leyes-
que las hacen y mantienen,
y te mezclaste
y las mezclaste
para hacer presente
al Dios de la vida
entre la gente.
¡Eres un gran profeta
y haces que Dios nos visite,
aquí y ahora, en esta tierra!
Florentino Ulibarri
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SER PRESENCIA DE DIOS
Le pedimos a Dios, que conoce mejor que nosotros nuestras preocupaciones y necesidades, que nos siga llevando de la mano en el vivir cotidiano:
• Por todos los cristianos, por todos los que te nombran de otra manera, Padre y por todos los que no te conocen, para que gocemos de sabernos personas habitadas por Ti.
Enséñanos a presentarte, Dios Padre nuestro.
• Por la iglesia, que sea cada día más liberadora, alegre, misericordiosa y pastora de todas las ovejas.
Enséñanos a presentarte, Dios Padre nuestro.
• Por todos los que tienen puestos de responsabilidad en el bien común, para que lo hagan con corazón fraterno.
Enséñanos a presentarte, Dios Padre nuestro.
• Por los que sufren hambre, soledad, violencia, injusticia, enfermedad y desigualdades, para que nosotros, tu gente, sepamos acompañarles y facilitarles la vida.
Enséñanos a presentarte, Dios Padre nuestro.
• Por todos los desencantados, desilusionados, mal amados, deprimidos, agobiados y malhumorados, para que tú les calientes el corazón.
Enséñanos a presentarte, Dios Padre nuestro.
Buen Padre Dios, haz que seamos una presencia tuya, allá donde estemos cada uno y vayamos contagiando tu paz, tu serenidad, tu justicia y tu misericordia.. Amén.
Mari Patxi Ayerra
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