Lucas 15, 1-32
-«Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada, hasta que la encuentra?"
Un pasaje de la Buena Nueva en el que Jesús dirige sus enseñanzas a tres estamentos de la sociedad de su época: pastores, amas de casa, terratenientes. A todos ellos con el mismo mensaje de prioridad de atención a las causas perdidas: la oveja, el dracma, el hijo. Una cosa, un animal, una persona. Y en todos los casos, el mismo énfasis: preocupación por encontrar lo perdido y alegría una vez hallado.
Jesús se apropia de la alegoría del Buen Pastor atribuida a Yahvé en el AT. El Salmo 23 le canta en una de las versiones más paterno-filiales de la literatura mística: El rey David lo entona desde el trono, con su corona y la lira. El rabí de Nazareth, desde un redil, con el rabel de su cayado. Está preocupado por la oveja descarriada y, asimismo, porque "Tengo otras ovejas que no pertenecen a este corral; a esas tengo que guiarlas para que escuchen mi voz y se forme un solo rebaño con un solo Pastor" (Jn 10, 16).
Antecedentes mítico simbólicos de esta estampa los encontraron ya los primeros cristianos en el Crióforo del arte hitita y mesopotámico, y en el Moscóforo (s. V aC) del Período Arcaico griego. La iconografía cristiana traduce su sentido de sacrificio a los dioses, en el Pastor amoroso y preocupado por sus ovejas. Una de sus más primitivas representaciones pictóricas, su representación en las catacumbas romanas de San Calixto.
En una de sus homilias en Brasil, el Papa Francisco pidió a los sacerdotes que no perdieran tiempo en mirarse a sí mismos, que es preciso acercarse a las ovejas del rebaño e impregnarse de su olor. Esta fue su oración:
Señor Jesús, Pastor bueno, sabemos y creemos que tú has dado tu vida por tus ovejas. La fe nos dice que cuidas de nosotros. La esperanza nos lleva a seguirte por el camino. Y la caridad nos invita a acercarnos a nuestros hermanos hasta compartir su suerte y dejarnos impregnar por su olor. Bendito seas, Señor. Amén. Aleluya.
Petición que extiende a todos los cristianos. Jesús es pastor y pasto, como canta Luis de Góngora en esta bella estrofa:
Oveja perdida, ven
sobre mis hombros; que hoy
no solo tu pastor soy,
sino tu pasto también.
Contemplar de este modo la figura de "Jesús Buen Pastor" en el interior de cada uno, nos facilita el sentimiento de Buen Pastor para nosotros –que buena falta nos hace a veces- y para los demás.
La piedra de toque se utiliza para detectar la pureza de los metales preciosos con los que se ha hecho un objeto. La preocupación por el hermano, es la piedra infalible para contrastar esa pureza de auténticos cristianos.
FRANCISCO BUEN PASTOR
Si al mundo de hoy le falta un gran líder, capaz de devolver esperanza y abrir nuevos horizontes a una sociedad desencantada y en ruinas,
- la Iglesia parece haberlo encontrado.
Y no un líder místico, encerrado en sus rezos, con una visión arcaica y autoritaria de la fe, sino alguien que ha pedido a los soldados de ese ejército hoy bajo su mando, que
- dejen de ser "coleccionadores de antigüedades" y cultivadores de "teologías narcisistas" y
- se vayan a manchar sus pies con el barro "de las periferias del mundo",
- donde se encuentran los más explotados por el poder.
Un jesuita que posee "racionalidad y fe", como afirman quienes le conocen de cerca, que además de teología ha estudiado psicología y literatura, y que al mismo tiempo ha escogido como símbolo papal un "corazón franciscano", puede llegar a ser más que un mero líder espiritual de una Iglesia.
Sus antecedentes como arzobispo y cardenal de Buenos Aires y sus primeros gestos de desapego a las apariencias y símbolos del poder vaticano para poner su énfasis en una Iglesia que debe ser "pobre y para los pobres", lo están ya convirtiendo también en una referencia política y social del mundo.
Es justamente el mundo el que está entendiendo –de ahí la perplejidad y hasta miedo de ciertos políticos –que el papa Francisco, no es sólo un religioso que se contentará con lavar los pies a los pobres y visitar favelas.
(Fragmento de: El Papa Francisco visto por el Diario izquierdista de España, por Juan Arias. El País 30-3-2013).
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