EL MENSAJE DEL DOMINGO
Por: Gabriel Jaime Pérez, S.J.
Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús: -«Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí fueron ladrones y bandidos, por eso las ovejas no les hicieron caso. Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y, salir, Y encontrará pastos. El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estrago; yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia.» (Juan 10, 1-10).
1. La imagen del pastor en el Antiguo y en el Nuevo Testamento
La imagen del pastor que cuida y conduce a las ovejas es constante en el Antiguo Testamento. El libro del Génesis describe los orígenes de Israel hacia el siglo XVIII a.C. a partir de los patriarcas Abraham, Isaac y Jacob, que caminan en busca de agua y pastos para sus rebaños de ovejas y cabras. Seis siglos después, hacia el siglo XII a.C., encontramos en el libro del Éxodo a Moisés, quien junto al monte Sinaí aprende el oficio de pastor y es escogido por Dios como instrumento para liberar al pueblo de la esclavitud y conducirlo a través del desierto hacia la tierra prometida. Y otros dos siglos más tarde -hacia el X a.C.-, tal como nos lo cuenta el primer libro de Samuel, Dios mismo escoge a David, un joven pastor que cuidaba el rebaño de su padre Jesé, para ser consagrado rey de Israel a quien se atribuye, entre otros el Salmo 23 (22): El Señor es mi pastor, nada me falta…
También la imagen del pastor es empleada por los profetas. En el capítulo 34 de Ezequiel, Dios reprueba a los jefes del pueblo por haberse aprovechado de las ovejas para sus propios intereses egoístas y anuncia la promesa de un Mesías descendiente de David que será su verdadero pastor. Cinco siglos más tarde, en los Evangelios anteriores al de Juan, es significativa la parábola contada por Jesús acerca del pastor que va en busca de la oveja perdida, la encuentra y la carga sobre sus hombros (Mateo 18,12-14; Lucas 15,3-7), mostrando así la misericordia infinita de Dios. Esta imagen del pastor misericordioso, pintada en las catacumbas de Roma, es la más antigua representación figurativa del cristianismo. Y en todo el capítulo 10 del Evangelio según san Juan, al que pertenece el texto de este domingo, Jesús se presenta como el Buen Pastor.
2. “Camina delante de las ovejas y ellas lo siguen, porque conocen su voz”
Una de las características de los pastores en el cercano oriente es que van siempre delante del rebaño, lo cual los diferencia de los arrieros que golpean y empujan desde atrás. Por eso Jesús, al manifestarse como la presencia personal y salvadora de Dios entre nosotros, se aplica con toda razón la imagen del pastor para invitarnos a seguirlo y a confiar en su misericordia.
La imagen del pastor va unida en el Evangelio de Juan a otro símbolo que Jesús emplea para explicar su misión: “Les aseguro que el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que salta por otra parte, es un ladrón y un bandido; pero el que entra por la puerta es el pastor de las ovejas (…) Yo soy la puerta de las ovejas”. Esta otra imagen se refiere a la labor pastoral que iba a continuar la Iglesia después de la muerte y resurrección de Jesús: una labor que para ser auténtica y efectiva debe pasar por Él.
Con frecuencia se malentiende la imagen del pastor y el rebaño, cuando se pretende hacer de la Iglesia una organización autoritaria en la cual unos jefes gobiernan desde arriba a unos borregos pasivos, sin libertad ni iniciativa propia. Por el contrario, la Iglesia que surgió de la vida y las enseñanzas de Jesucristo tiene que ser una comunidad en la que todos sus integrantes sean reconocidos como “el pueblo de Dios”, y en la que sus pastores vivan y actúen como verdaderos servidores, a imagen del propio Jesús.
3. “Yo he venido para que tengan vida, y la tengan abundante”
La misión de Jesús como Buen Pastor es dar vida, es decir, hacer partícipes a todas las personas que quieran seguirlo, de la vida eterna de Dios. En la segunda lectura de este domingo, tomada de la 1ª Carta de Pedro, su autor les dice a quienes se han convertido a la fe en Jesucristo: Ustedes andaban como ovejas descarriadas, pero ahora han vuelto al pastor y guardián de sus vidas (1ª Pedro 2, 25). El propio Pedro, que en su discurso después de haber recibido energía del Espíritu Santo el día de Pentecostés, tal como aparece en la primera lectura, anuncia a Jesús resucitado como Señor y Mesías, había recibido de éste la misión de representarlo en la tierra como supremo pastor de su Iglesia, según nos lo cuenta en otro pasaje el Evangelio de Juan: apacienta mis cordero (…), apacienta mis ovejas (Juan 21, 15-17).
Este IV Domingo de Pascua o Domingo del Buen Pastor lo dedica la Iglesia Católica muy especialmente a orar por las vocaciones. Siguiendo la exhortación que nos hace el papa Benedicto XVI este año, cuyo texto podemos encontrar en Internet (Mensaje para la XLV Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones). Pidámosle al Señor que incremente el número, pero sobre todo la calidad de las vocaciones al servicio de la misión pastoral de la Iglesia, que consiste en colaborar, cada cual desde su forma específica de vida y de trabajo, en la misión de Jesús como Buen Pastor.
Señor Jesús que sientes compasión al ver la multitud como ovejas sin pastor, suscita en nuestra Iglesia una nueva primavera de vocaciones. Te pedimos que envíes sacerdotes según tu corazón, religiosos y religiosas que sean testigos de tu Reino; laicos y laicas que, en medio del mundo, den testimonio de ti con su vida y su trabajo. Buen Pastor, fortalece a los que elegiste; y ayúdalos a crecer en amor y santidad, para que respondan plenamente a tu llamada. María, Madre de las vocaciones, ruega por nosotros. Amén.-
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