NO DEJES DE VISITAR
GIF animations generator gifup.com www.misionerosencamino.blogspot.com
El Blog donde encontrarás abundante material de formación, dinámicas, catequesis, charlas, videos, música y variados recursos litúrgicos y pastorales para la actividad de los grupos misioneros.
Fireworks Text - http://www.fireworkstext.com
BREVE COMENTARIO, REFLEXIÓN U ORACIÓN CON EL EVANGELIO DEL DÍA, DESDE LA VIVENCIA MISIONERA
SI DESEAS RECIBIR EL EVANGELIO MISIONERO DEL DÍA EN TU MAIL, DEBES SUSCRIBIRTE EN EL RECUADRO HABILITADO EN LA COLUMNA DE LA DERECHA

lunes, 9 de junio de 2008

XI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO - CICLO A: Jesús nos envía a predicar el Evangelio.

Publicado por Trigo de Dios

1. Jesús nos llama para que llevemos a cabo sus obras. San Pablo les escribió a los cristianos de éfeso: "Dad lugar a la renovación espiritual de vuestra mente y vestíos a imagen del hombre nuevo, creado a imagen de Dios para una vida verdaderamente recta y santa" (Ef. 4, 23-24). Todos nos sentimos realizados según podemos constatar que logramos el hecho de alcanzar las metas que nos proponemos. La Iglesia, a través de su Liturgia, nos pide que nos propongamos la posibilidad de convertirnos en predicadores del Evangelio, con nuestras palabras y obras. Quizá tenemos cubiertas todas nuestras necesidades en el campo material, y por ello vivimos lejos de la presencia de nuestro Padre común, de forma que nuestra vida espiritual no va más allá de celebrar la Eucaristía dominical. Cuando el Apóstol Mateo renunció a su trabajo de recaudador de impuestos y se hizo seguidor de Jesús, quiso organizar un banquete para despedirse de sus amigos, y proponerles que se hicieran discípulos de su Maestro. En aquella celebración, los fariseos molestaron a los discípulos del Rabbi, con la intención de hacer que todos los asistentes al citado banquete odiaran a Jesús, diciéndoles: "-¿Por qué se sienta a comer con esa clase de gente? Jesús los oyó y les dijo: -No necesitan de médico los que están sanos, sino los que están enfermos. Yo no he venido a llamar a los buenos, sino a los pecadores" (Mc. 2, 16-17). El propio Mateo añadió las siguientes palabras de Jesús a su relato paralelo al texto de San Marcos anteriormente citado: "Id y aprended qué significa aquello de yo no quiero que me ofrezcáis sacrificios, sino que seáis compasivos" (Mt. 9, 13).
Independientemente de nuestra situación actual, nosotros, en conformidad con nuestras posibilidades, hemos sido llamados por Dios, para que prediquemos el Evangelio. Anteriormente os dije que muchos vivimos una situación excelente que nos hace olvidar el dolor que sufren quienes, a pesar de que son más humildes que nosotros, son nuestros hermanos.

2. ¿Qué aspectos de nuestra vida podemos cambiar para predicar el Evangelio? El Domingo anterior recordamos la conversión de los santos Pablo, Pedro y Mateo. Pablo no pudo llegar a ser un buen Apóstol de nuestro Señor hasta que aprendió a trocar su egoísmo farisaico por el amor a quienes les predicó el Evangelio. No olvidemos, queridos hermanos y amigos, que al Apóstol de los gentiles le amputaron la cabeza porque, al ser un ciudadano romano, no se le podía condenar a morir crucificado. Todos los Apóstoles de nuestro Señor tuvieron que efectuar grandes cambios en su vida para ponerse a disposición de Dios a tiempo y destiempo. A San Mateo debió costarle un gran esfuerzo dejar sus múltiples riquezas para convertirse en un evangelizador peregrino. Pedro debió sufrir mucho al separarse de sus familiares.
Como muchos de vosotros sabéis, estoy vendiendo mi vivienda porque no dispongo del dinero que necesito para seguir pagando mi préstamo hipotecario. Hace varios días, un chico y su novia, ambos muy jóvenes, quisieron ver mi piso para ver si les convenía comprármelo. A pesar de que mi imperiosa carencia económica me obliga a vender mi propiedad a un precio bastante inferior al que tienen pisos con las mismas características que el mío, aquellos novios, después de meditar durante unos minutos, no quisieron adquirir mi vivienda, porque no querían sacrificar varios meses de "juerga nocturna" y algunos caprichos de diversa índole con el fin de tener su propia vivienda, argumentando, para no reconocer su afán derrochador, que yo les estaba pidiendo demasiado dinero. Os he contado esta anécdota porque todos debemos sacrificar algo para alcanzar un gran bien. Hace varios años mis amigos nos reprochaban a mi mujer y a mí que no se nos veía divirtiéndonos los fines de semana en los lugares a los que ellos asistían y que no viajábamos, por lo que pensaban que nuestra vida era monótona. Gracias a nuestra renuncia a los citados placeres inmediatos, mi mujer y yo adquirimos dos pisos, de los que vendimos uno el pasado mes de mayo. Los Apóstoles tuvieron que hacer grandes sacrificios para seguir a Jesús, pero, la satisfacción de serles útiles a sus prójimos, compensó el esfuerzo que hicieron y el dolor que ello les produjo.

3. ¿Qué quiere Jesús de nosotros? Jesús nos ha dado "autoridad para expulsar a los espíritus impuros" (Mt. 10, 1). Nuestro Señor nos ayuda a trocar los sentimientos adversos que se anidan en nuestro corazón y en nuestros prójimos por otros sentimientos buenos, realistas y esperanzadores. Bajo esta óptica tan positiva, hemos de creer que nuestro Señor también nos ha comisionado "para curar toda clase de enfermedades y dolencias" (Mt. 10, 1). Nosotros sólo podemos curarnos a nosotros y a nuestros oyentes espiritualmente. Jesús les dijo a sus discípulos antes de ascender al cielo: "Estas señales acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios (sentimientos no realistas); hablarán lenguas nuevas (aprenderán a interpretar las circunstancias relativas a su vida y a la Historia de la Humanidad desde la perspectiva de nuestro Padre común); tomarán serpientes en sus manos (podrán afrontar circunstancias insufribles para la mayoría de la gente); aunque beban veneno, no les hará daño (ni el dolor ni el mal en ninguna de sus formas los derrotarán); pondrán sus manos sobre los enfermos y los curarán" (Mc. 16, 17-18). Si interpretamos las palabras de Jesús que os acabo de recordar literalmente, ¿cómo podemos llegar a la conclusión de que nosotros podemos hacer verdaderos milagros? Jesús nos dice: "-Tened fe en Dios. Os aseguro que, si alguien dice a ese monte que se quite de ahí y se arroje al mar, y lo dice sin vacilar, creyendo de todo corazón que va a hacerse lo que dice, lo obtendrá. Por eso os digo que todo lo que pidáis en oración, lo obtendréis, si tenéis fe en que vais a recibirlo" (Mc. 11, 22-24).

No hay comentarios: