“Hoy (en Argentina) hay que hablar de los que caben en el sistema y los que sobran, y son material de descarte”, sentenció el primado. También alertó que esa industria del descarte se llama “esclavitud” y todavía no fue abolida en el país.
El cardenal Jorge Bergoglio, trazó este sábado un duro diagnóstico de la realidad social del país, al advertir que en Argentina ya hay que hablar de “los que caben en el sistema y los que sobran”, y alertar sobre una “industria del descarte que se llama esclavitud”, que todavía no se abolió.
“Hablamos de opresores y oprimidos, pero no nos basta. Luego añadimos incluidos y excluidos, y no nos basta. Hoy tenemos que añadir otro matiz, gráfico y duro, los que caben y los que sobran”, sentenció el primado argentino.
Bergoglio aseguró que los que sobran son, “de alguna manera, los que dan la materia prima para la industria del descarte, esa industria que se llama esclavitud”.
“Tenemos esclavos. La esclavitud de los niños, sobre todo migrantes, sometidos a la realización de los cartoneros, sometidos a la mafia de la droga como mulitas, sometidos a la mafia de los arrebatadores, sometidos en los talleres clandestinos que pululan en nuestra ciudad, sometidos a la cadena de prostitución, porque por más denuncias que se hagan nadie se atreve a enfrentar”, aseveró.
Bergoglio cerró así la Jornada Arquidiocesana de Pastoral Social, que se desarrolló en el colegio San Cayetano, del barrio porteño de Liniers, orientadas a reflexionar sobre los 25 años de la recuperación de la democracia y la preparación del Bicentenario.
El purpurado reunió en el acto de clausura al senador Antonio Cafiero, al jefe de gobierno porteño Mauricio Macri, y a sus antecesores Jorge Telerman y Enrique Olivera, pero fundamentó su reflexión en una carta enviada por el ex presidente Raúl Alfonsín, que reconoció “me llegó al corazón”.
En esa misiva, leída ante un auditorio de medio millar de personas que aplaudió por largos minutos, Alfonsín valoró que “una generación haya nacido en una libertad antes desconocida”, pero alertó que “nuestro compromiso con la democracia no debe olvidar que millones de argentinos viven sin trabajo y en la indigencia”.
Bergoglio insistió en que es “un cuento chino” se abolió la esclavitud en el país, y exhortó a los dirigentes políticos y sociales presentes en el auditorio a considerar “la realidad entera y no distorsionada, en la que aparezcan los que caben y los que sobran” para hacer un diagnóstico de la realidad.
“Para hacer un análisis de la realidad –reclamó- debemos apartarnos de los esquemas, de las ideas, e ir a la carne de nuestro pueblo, a la carne periférica que sufre, a la carne periférica que tiene hambre, a la carne que se la tira afuera porque sobra, y se la usa de material de descarte”.
Bergoglio aseguró que “produce bronca que los intelectuales nieguen la justicia social, que prefieran hablar de justicia y no de justicia social”, porque, sostuvo, “si no hay justicia social no hay verdadero análisis de la realidad”.
“No miremos la realidad con un intelecto frío o con una visión puramente eticista. Estamos cansados de intelectuales sin talento, y de eticistas sin bondad, miremos la realidad con corazón de hermanos que saben llorar”, pidió a los participantes.
En el auditorio pudo verse a los legisladores porteños Santiago de Estada y María Victoria Morales Gorleri, al ex embajador José Octavio Bordón, a los sindicalista Rodolfo Daer y Horacio Ghilini (SADOP), a los economistas Aldo Ferrer y Rogelio Frigerio, y otros dirigentes de organizaciones políticas y sociales.
En tanto, por la mañana pasaron por el colegio San Cayetano el ex candidato a presidente Roberto Lavagna, quien en un panel opinó que “el área social tiene que dejar de ser manejada por la familia presidencial de turno y tiene que ser el área de las familias argentinas”, y el legislador porteño Aníbal Ibarra, entre otros.
El cardenal Jorge Bergoglio, trazó este sábado un duro diagnóstico de la realidad social del país, al advertir que en Argentina ya hay que hablar de “los que caben en el sistema y los que sobran”, y alertar sobre una “industria del descarte que se llama esclavitud”, que todavía no se abolió.
“Hablamos de opresores y oprimidos, pero no nos basta. Luego añadimos incluidos y excluidos, y no nos basta. Hoy tenemos que añadir otro matiz, gráfico y duro, los que caben y los que sobran”, sentenció el primado argentino.
Bergoglio aseguró que los que sobran son, “de alguna manera, los que dan la materia prima para la industria del descarte, esa industria que se llama esclavitud”.
“Tenemos esclavos. La esclavitud de los niños, sobre todo migrantes, sometidos a la realización de los cartoneros, sometidos a la mafia de la droga como mulitas, sometidos a la mafia de los arrebatadores, sometidos en los talleres clandestinos que pululan en nuestra ciudad, sometidos a la cadena de prostitución, porque por más denuncias que se hagan nadie se atreve a enfrentar”, aseveró.
Bergoglio cerró así la Jornada Arquidiocesana de Pastoral Social, que se desarrolló en el colegio San Cayetano, del barrio porteño de Liniers, orientadas a reflexionar sobre los 25 años de la recuperación de la democracia y la preparación del Bicentenario.
El purpurado reunió en el acto de clausura al senador Antonio Cafiero, al jefe de gobierno porteño Mauricio Macri, y a sus antecesores Jorge Telerman y Enrique Olivera, pero fundamentó su reflexión en una carta enviada por el ex presidente Raúl Alfonsín, que reconoció “me llegó al corazón”.
En esa misiva, leída ante un auditorio de medio millar de personas que aplaudió por largos minutos, Alfonsín valoró que “una generación haya nacido en una libertad antes desconocida”, pero alertó que “nuestro compromiso con la democracia no debe olvidar que millones de argentinos viven sin trabajo y en la indigencia”.
Bergoglio insistió en que es “un cuento chino” se abolió la esclavitud en el país, y exhortó a los dirigentes políticos y sociales presentes en el auditorio a considerar “la realidad entera y no distorsionada, en la que aparezcan los que caben y los que sobran” para hacer un diagnóstico de la realidad.
“Para hacer un análisis de la realidad –reclamó- debemos apartarnos de los esquemas, de las ideas, e ir a la carne de nuestro pueblo, a la carne periférica que sufre, a la carne periférica que tiene hambre, a la carne que se la tira afuera porque sobra, y se la usa de material de descarte”.
Bergoglio aseguró que “produce bronca que los intelectuales nieguen la justicia social, que prefieran hablar de justicia y no de justicia social”, porque, sostuvo, “si no hay justicia social no hay verdadero análisis de la realidad”.
“No miremos la realidad con un intelecto frío o con una visión puramente eticista. Estamos cansados de intelectuales sin talento, y de eticistas sin bondad, miremos la realidad con corazón de hermanos que saben llorar”, pidió a los participantes.
En el auditorio pudo verse a los legisladores porteños Santiago de Estada y María Victoria Morales Gorleri, al ex embajador José Octavio Bordón, a los sindicalista Rodolfo Daer y Horacio Ghilini (SADOP), a los economistas Aldo Ferrer y Rogelio Frigerio, y otros dirigentes de organizaciones políticas y sociales.
En tanto, por la mañana pasaron por el colegio San Cayetano el ex candidato a presidente Roberto Lavagna, quien en un panel opinó que “el área social tiene que dejar de ser manejada por la familia presidencial de turno y tiene que ser el área de las familias argentinas”, y el legislador porteño Aníbal Ibarra, entre otros.
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