FERIA DE LA VIGÉSIMA QUINTA
SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
MISA: “Aleluya”, sin “Gloria” ni “Credo” / Oraciones de la I-XXXIV Semana del T. Ordinario [364-397] / Prefacio Común (I-IX) [493-501] / Leccionario IV: Ecle 3, 1-11; Sal 143, 1a y 2abc. 3-4 [756]; Lc 9, 18-22 [465].
LITURGIA DE LAS HORAS: Tomo IV / Las lecturas del Oficio (“Año II”) y la oración conclusiva del viernes XXV del T. Ordinario [284] / Todo lo demás del “Viernes I” del Salterio [773] /COMPLETAS: “Viernes” [1227].
O BIEN: SAN COSME Y SAN DAMIÁN, MÁRTIRES (MEMORIA LIBRE). Rojo. Misa: Oraciones propias [716] Liturgia de las Horas: 2ª lectura del Oficio y oración conclusiva propias [1391].
LECTURAS
Lectura del libro del Eclesiastés 3, 1-11
Lectura del libro del Eclesiastés 3, 1-11
Hay un momento para todo
y un tiempo para cada cosa bajo el sol:
un tiempo para nacer y un tiempo para morir,
un tiempo para plantar y un tiempo para arrancar lo plantado;
un tiempo para matar y un tiempo para sanar,
un tiempo para demoler y un tiempo para edificar;
un tiempo para llorar y un tiempo para reír,
un tiempo para lamentarse y un tiempo para bailar;
un tiempo para arrojar piedras y un tiempo para recogerlas,
un tiempo para abrazarse y un tiempo para separarse;
un tiempo para buscar y un tiempo para perder,
un tiempo para guardar y un tiempo para tirar;
un tiempo para rasgar y un tiempo para coser,
un tiempo para callar y un tiempo para hablar;
un tiempo para amar y un tiempo para odiar,
un tiempo de guerra y un tiempo de paz.
¿Qué provecho obtiene el trabajador con su esfuerzo?
Yo vi la tarea que Dios impuso a los hombres
para que se ocupen de ella.
Él hizo todas las cosas apropiadas a su tiempo,
pero también puso en el corazón del hombre
el sentido del tiempo pasado y futuro,
sin que el hombre pueda descubrir
la obra que hace Dios desde el principio hasta el fin.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL 143, 1a. 2-4
R. ¡Bendito sea el Señor, mi Roca!
Bendito sea el Señor, mi Roca,
Él es mi bienhechor y mi fortaleza,
mi baluarte y mi libertador;
Él es el escudo con que me resguardo. R.
Señor, ¿qué es el hombre para que Tú lo cuides,
y el ser humano, para que pienses en él?
El hombre es semejante a un soplo,
y sus días son como una sombra fugaz. R.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 9, 18-22
Un día en que Jesús oraba a solas y sus discípulos estaban con Él, les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy Yo?»
Ellos le respondieron: «Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los antiguos profetas que ha resucitado».
«Pero ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy Yo?»
Pedro, tomando la palabra, respondió: «Tú eres el Mesías de Dios».
Y Él les ordenó terminantemente que no lo anunciaran a nadie, diciéndoles:
«El Hijo del hombre debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día».
Palabra del Señor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario