NO DEJES DE VISITAR
GIF animations generator gifup.com www.misionerosencamino.blogspot.com
El Blog donde encontrarás abundante material de formación, dinámicas, catequesis, charlas, videos, música y variados recursos litúrgicos y pastorales para la actividad de los grupos misioneros.
Fireworks Text - http://www.fireworkstext.com
BREVE COMENTARIO, REFLEXIÓN U ORACIÓN CON EL EVANGELIO DEL DÍA, DESDE LA VIVENCIA MISIONERA
SI DESEAS RECIBIR EL EVANGELIO MISIONERO DEL DÍA EN TU MAIL, DEBES SUSCRIBIRTE EN EL RECUADRO HABILITADO EN LA COLUMNA DE LA DERECHA

miércoles, 1 de octubre de 2008

XXVII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO: EL MENSAJE DEL DOMINGO: El rechazo a la acción amorosa de Dios


Las parábolas de Jesús junto al Templo de Jerusalén poco antes de su pasión, simbolizan el rechazo a la acción amorosa de Dios por parte de los falsos creyentes, representados en “los sumos sacerdotes y fariseos” (Mateo 21, 45), en contraste con la respuesta de quienes sí iban a producir los frutos esperados. Meditemos en el sentido que tiene la parábola de los viñadores, relacionándola con los otros textos bíblicos de este domingo [Isaías 5, 1-7; Salmo 128 (127); Carta de Pablo a los Filipenses 4, 6-9].

1.- “El dueño de una finca plantó un viñedo”

En la parábola de los viñadores homicidas que nos presenta el Evangelio hay una referencia implícita a la canción de la viña compuesta por el profeta Isaías hace unos 28 siglos y que nos trae la 1ª lectura bíblica de este domingo. Se trata de una imagen poética del amor de Dios al pueblo de Israel, al que en el siglo 12 a.C., por medio de Moisés, había liberado de la esclavitud con que lo oprimía el faraón en Egipto, para plantarlo en otra tierra en la cual le brindaría todos los cuidados, como dice asimismo el Salmo 128: Sacaste Señor una vid de Egipto y la trasplantaste. Extendió sus sarmientos hasta el mar -el Mediterráneo, al occidente de Jerusalén- y sus brotes hasta el gran río -el Jordán, al oriente-.

También a cada uno de nosotros el Señor nos ha querido liberar de la esclavitud del pecado, de las cadenas del egoísmo, para plantarnos en una tierra nueva que es su Reino, un reino de amor, de justicia y de paz, la paz verdadera a la que se refiere el san Pablo en la 2ª lectura, cuya realización para cada uno de nosotros depende de nuestra disposición a responder al amor infinito de Dios mediante la puesta en práctica de todo lo que es verdadero -sincero-, noble, justo, puro, amable… (Carta a los Filipenses 4,8).


2.- “Por fin mandó a su propio hijo… lo sacaron del viñedo y lo mataron”

A través de sus enviados anteriores, los profetas, Dios había invitado una y otra vez a su pueblo a la conversión, a que cambiara las idolatrías esclavizantes de apego a los falsos dioses por el reconocimiento de su amor, un reconocimiento manifestado en la práctica de la justicia y la caridad. Pero una y otra vez los profetas y sus mensajes fueron rechazados por quienes prefirieron sus intereses egoístas a la construcción de una comunidad de amor y de paz. Y el colmo de este rechazo fue precisamente la forma en que trataron a Jesús, el Hijo de Dios hecho hombre, a quien hicieron morir en una cruz.

Cada uno de nosotros es invitado a responder al amor de Dios mediante el comportamiento constructivo con los demás, reconociendo en cada uno de ellos a nuestro hermano o hermana, porque todos somos hijos de un mismo Creador. ¿Cómo estoy respondiendo a esta invitación que el Señor me hace una y otra vez? Si Jesús se presentara nuevamente hoy en la tierra como lo hizo hace poco más de veinte siglos, sin duda sería igualmente asesinado por quienes se sienten incómodos con las exigencias del amor al prójimo. ¿Sería yo uno de ellos? ¿Qué debería hacer para no serlo?


3.- “A ustedes se les quitará el reino, y se le dará a un pueblo que produzca la debida cosecha”

Esta frase con la que Jesús concluye la parábola es una clara alusión a lo que iba a ocurrir desde los inicios del cristianismo. Los falsos creyentes, representados en quienes se creían santos y mejores que los demás y se opusieron a Jesús hasta matarlo por el hecho de haberse puesto al lado de los explotados y excluidos, iban a resultar fuera del Reino de Dios. En cambio, quienes fueron rechazados por aquéllos como paganos y pecadores iban a constituir el nuevo pueblo de Dios, en el que el reino del amor y de la paz se iría haciendo una realidad cada vez más plena en la medida en que acogieran y llevaran a la práctica las enseñanzas de Jesús.

Surge entonces una pregunta para cada uno de nosotros: ¿estoy produciendo los frutos que el Señor espera de mí? No vale sólo pertenecer institucionalmente a una Iglesia llamada el “nuevo pueblo de Dios”. Si no reconocemos efectivamente a los demás, con preferencia a los más pobres y necesitados como nuestros hermanos y hermanas, hijos e hijas del mismo Creador, de nada nos servirán unos ritos vacíos de contenido y nos haremos merecedores de las mismas palabras de Jesús con las que concluye el Evangelio de hoy: “a ustedes se les quitará el Reino, y se le dará a un pueblo que produzca la debida cosecha”. Revisemos pues nuestras actitudes y comportamientos, y dispongámonos a realizar con hechos lo que expresamos al proclamar nuestra fe, al decirle a Dios Padre “venga a nosotros tu Reino” y al recibir a Cristo que nos alimenta en la Eucaristía con su propia vida resucitada.-

No hay comentarios: