Is 63, 16-17.19; 64, 2-7; 1 Cor 1,3-9; Mc 13, 33-37
Publicado por Sacerdotes Diocesanos de Schoenstatt
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A. Nuevamente celebramos el Adviento, el tiempo de la espera de la venida del Señor, de su venido silenciosa todos los días y de su venida en gloria y majestad al fin de los tiempos. Esta vez celebramos el Adviento en medio del año paulino. ¿No podría ser san Pablo nuestro guía por el Adviento? ¿Nuestro predicador del Adviento? ¿Nuestro educador? ¿Nuestro educador del Adviento? Podría educarnos para una actitud creyente de Adviento, para una sincera disposición de esperar al Señor en Navidad, todos los días de este Adviento y también su venida en gloria al fin de nuestra vida y al fin del mundo.
B. Ya en la segunda lectura nos habló san Pablo. Es un trozo de su primera carta a una comunidad fundada por san Pablo en Corinto durante su segundo viaje de misión. Esto fue más de 15 años después de la muerte y resurrección de Cristo. Y la carta fue escrita en Éfeso, Asia Menor y hoy Turquía unos 20 años después de la Ascensión del Señor. Entonces no existía el teléfono ni el correo electrónico. Pero en Éfeso le llegaron cartas y también viajeros enviados. Y estas noticias preocuparon el corazón del fundador de la comunidad de Corinto. Estas noticias hablan de peleas, tenciones, divisiones y abusos de los Corintios, todo lo contrario de actitudes y de ambiente de Adviento. Entonces san Pablo escribe su primera carta, de la cual escuchamos el primer capítulo. Pero sus primeras palabras no son un sermón de condena y de reprensión, como se podría esperar; sino son palabras de bendición, de agradecimiento y de animación: todas palabras de esperanza. Palabras que muestran que Pablo pone su esperanza en Cristo también en esta situación crítica de la comunidad. El quiere animar a la comunidad a no perder la esperanza en esta situación, sino a mirar a Cristo en medio de toda esta desilusión. En casa podemos leer nuevamente esta lectura.
1. Palabras de bendición: Su primera palabra desea la gracia de Dios para la comunidad: “Gracia y paz a vosotros de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo”. Esto es una invitación a levantar la vista, en medio de toda la miseria y desilusión, mirar a Dios y a Cristo glorificado. Pablo está convencido de que Dios mira lleno de gracia y de amor a esta joven comunidad. Esta es su convicción de Adviento. Por eso quiere ayudarles a los Corintios a descubrir la gracia y el amor de Dios y a confiar y esperar nuevamente en la gracia, la bendición y el amor del Padre y de su Hijo.
2. Siguen después palabras de agradecimiento. “Doy siempre gracias a mi Dios por vosotros”, sigue escribiendo. Pablo tiene tres razones para esta acción de gracias.
a.) Pablo agradece a Dios el hecho de que los Corintios han dado fe al mensaje y se han convertido a Cristo; de que Cristo, su palabra, su gracia y su amor se han tornado en su verdadera riqueza. A pesar de su mal comportamiento, Cristo no retira su amor, llama a la conversión y regala su perdón. Él ha llegado a sus vidas y no se retira nunca jamás. b.) Después agradece a Dios el hecho de que los Corintios quieren permanecer fiel a Cristo y a la comunidad a pesar de las desilusiones, tensiones y fracasos. Pablo, un día, tuvo que dejar la comunidad y viajar a Éfeso, pero Cristo permanece en su comunidad y nosotros tenemos la misma promesa. Por eso agradece san Pablo.
c.) Finalmente agradece que la comunidad espera la vuelta de Cristo: “Ustedes esperan la manifestación de nuestro Señor Jesucristo”. Y eso a pesar de toda la miseria. Pablo permanece tranquilo y esperanzado. El confía en Jesús.
3. Palabras de animación: ¿Qué es lo que mantiene a Pablo sin perder el ánimo? ¿De dónde saca la fuerza para animar a cada uno y a toda la comunidad, para no decaer a pesar de la propia miseria y de los defectos de la comunidad? Tiene la convicción:”Dios es fiel”. Esto es su consejo: En medio de todo el desastre, mirar la fidelidad de Dios y contar con ella. Porque Dios no cesa de perdonar y de regalar nuevamente su gracia. Y Dios no cesa de vincularnos de nuevo, más profundo y más firme.
C. Ojala los Corintios y nosotros no dejemos de escuchar al Señor, para dejarnos llamar por Él e implantarnos en Él, como María está unida a Él. María y san Pablo nos quieren contagiar con su actitud de Adviento que nos lleva a esperar contra toda esperanza y a crecer en la fidelidad. HG. JF.
B. Ya en la segunda lectura nos habló san Pablo. Es un trozo de su primera carta a una comunidad fundada por san Pablo en Corinto durante su segundo viaje de misión. Esto fue más de 15 años después de la muerte y resurrección de Cristo. Y la carta fue escrita en Éfeso, Asia Menor y hoy Turquía unos 20 años después de la Ascensión del Señor. Entonces no existía el teléfono ni el correo electrónico. Pero en Éfeso le llegaron cartas y también viajeros enviados. Y estas noticias preocuparon el corazón del fundador de la comunidad de Corinto. Estas noticias hablan de peleas, tenciones, divisiones y abusos de los Corintios, todo lo contrario de actitudes y de ambiente de Adviento. Entonces san Pablo escribe su primera carta, de la cual escuchamos el primer capítulo. Pero sus primeras palabras no son un sermón de condena y de reprensión, como se podría esperar; sino son palabras de bendición, de agradecimiento y de animación: todas palabras de esperanza. Palabras que muestran que Pablo pone su esperanza en Cristo también en esta situación crítica de la comunidad. El quiere animar a la comunidad a no perder la esperanza en esta situación, sino a mirar a Cristo en medio de toda esta desilusión. En casa podemos leer nuevamente esta lectura.
1. Palabras de bendición: Su primera palabra desea la gracia de Dios para la comunidad: “Gracia y paz a vosotros de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo”. Esto es una invitación a levantar la vista, en medio de toda la miseria y desilusión, mirar a Dios y a Cristo glorificado. Pablo está convencido de que Dios mira lleno de gracia y de amor a esta joven comunidad. Esta es su convicción de Adviento. Por eso quiere ayudarles a los Corintios a descubrir la gracia y el amor de Dios y a confiar y esperar nuevamente en la gracia, la bendición y el amor del Padre y de su Hijo.
2. Siguen después palabras de agradecimiento. “Doy siempre gracias a mi Dios por vosotros”, sigue escribiendo. Pablo tiene tres razones para esta acción de gracias.
a.) Pablo agradece a Dios el hecho de que los Corintios han dado fe al mensaje y se han convertido a Cristo; de que Cristo, su palabra, su gracia y su amor se han tornado en su verdadera riqueza. A pesar de su mal comportamiento, Cristo no retira su amor, llama a la conversión y regala su perdón. Él ha llegado a sus vidas y no se retira nunca jamás. b.) Después agradece a Dios el hecho de que los Corintios quieren permanecer fiel a Cristo y a la comunidad a pesar de las desilusiones, tensiones y fracasos. Pablo, un día, tuvo que dejar la comunidad y viajar a Éfeso, pero Cristo permanece en su comunidad y nosotros tenemos la misma promesa. Por eso agradece san Pablo.
c.) Finalmente agradece que la comunidad espera la vuelta de Cristo: “Ustedes esperan la manifestación de nuestro Señor Jesucristo”. Y eso a pesar de toda la miseria. Pablo permanece tranquilo y esperanzado. El confía en Jesús.
3. Palabras de animación: ¿Qué es lo que mantiene a Pablo sin perder el ánimo? ¿De dónde saca la fuerza para animar a cada uno y a toda la comunidad, para no decaer a pesar de la propia miseria y de los defectos de la comunidad? Tiene la convicción:”Dios es fiel”. Esto es su consejo: En medio de todo el desastre, mirar la fidelidad de Dios y contar con ella. Porque Dios no cesa de perdonar y de regalar nuevamente su gracia. Y Dios no cesa de vincularnos de nuevo, más profundo y más firme.
C. Ojala los Corintios y nosotros no dejemos de escuchar al Señor, para dejarnos llamar por Él e implantarnos en Él, como María está unida a Él. María y san Pablo nos quieren contagiar con su actitud de Adviento que nos lleva a esperar contra toda esperanza y a crecer en la fidelidad. HG. JF.
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