Río / Sociedad – El 20 de noviembre de 2006, la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió proclamar el 2009 como el Año Internacional de la Reconciliación. La resolución 61/17 de la UNESCO expresa la determinación de estimular y concretizar procesos de reconciliación en las sociedades afectadas o divididas por conflictos, clasificándolos como necesarios al firme establecimiento de una paz que se pueda considerar sólida y duradera.
La Asamblea invitó, en aquella oportunidad, a los gobiernos de las sociedades en conflictos, organizaciones internacionales y no gubernamentales, a que apoyaran los procesos de reconciliación en tales regiones en problemas. Además de eso, los invitó a implementar programas culturales, educativos y sociales adecuados para promover el concepto de reconciliación, incluyendo la realización de conferencias y seminarios teóricos y de reflexión, así como la divulgación y diseminación de información sobre este asunto.
Sería cómico... si no fuera triste y muy, pero muy serio, si constatamos que el Año Internacional de la Reconciliación empieza con los gravísimos acontecimientos de la Franja de Gaza, donde una vez más israelitas y palestinos se enfrentan con armas letales y el número de muertos sube a diario. El lugar se caracteriza por peleas y contiendas entre los dos pueblos semitas que ahora se enfrentan, en luchas sin precedentes en términos de violencia y letalidad.
Gaza es la mayor y principal ciudad de la Franja de Gaza, denominada a veces como Ciudad de Gaza, para distinguirla de la propia Franja, con una población de 409.680 habitantes, según el censo de 2006. Anteriormente, era gobernada por autoridades palestinas, después que Israel cedió el control sobre toda la Franja, cumpliendo lo establecido en los acuerdos de Oslo, de 1993. Sin embargo, el 2007 la organización nacionalista Hamas tomó el poder por medio de un golpe de Estado.
Desde entonces, las relaciones con Israel empezaron a ponerse cada vez más tensas, explotando con pequeñas escaramuzas, y culminando en este gran enfrentamiento que marcó el final de 2008 y el comienzo de 2009 con una mancha sombría y triste: la de la violencia sin cuartel. El actual conflicto hace de Gaza el lugar más acosado, sitiado y estrangulado del mundo. Allí, mientras Israel vive el siglo XXI, con carreteras asfaltadas, modernas industrias e instituciones de alto contenido educativo, en Gaza más de un millón de personas carecen de agua potable, electricidad y alimentos, además de que sufren cada noche del azote de misiles, tanques y de la artillería pesada de Israel.
Cuando un israelita quiere insultar a otro y mandarlo hacia "aquel lugar", designado así de forma educada para no pronunciarlo claramente, él dice: ¡Ándate a Gaza! En el vocabulario israelita, el nombre Gaza se convirtió en sinónimo de infierno, lugar inhabitable, imposible de habitar.
2009... Año Internacional de la Reconciliación, que ya amanece en esta aurora de año nuevo desafiada. Desafiada a lograr la aparentemente imposible reconciliación en un lugar donde la muerte ha sido detonada con la violencia de los misiles que caen y de donde promete no salir muy luego.
Al proclamar el 2009 como el Año internacional de la Reconciliación por situarse al final de la primera década del nuevo milenio, la UNESCO creyó haber proporcionado a la comunidad internacional la oportunidad de impulsar, con la activa participación de todos los interesados, los esfuerzos para abordar procesos de reconciliación que constituyen una necesidad más que imperiosa. Y comenzar por los lugares que más lo necesiten.
Hoy no hay lugar más necesitado que Gaza. Allí deben concentrarse los esfuerzos de toda la humanidad. Es hacia allá que se deben dirigir los esfuerzos diplomáticos de las grandes potencias y los pronunciamientos de los mandatarios que pueden hacer la diferencia. Las autoridades europeas ya se pronunciaron y el mundo aguarda en suspenso alguna declaración de Obama.
El proceso de reconciliación debe empezar, aunque con pasos trémulos y tímidos. Es la humanidad la que aguarda y la que tiene su futuro en juego.
_________________________
Maria Clara Lucchetti Bingemer, teóloga, profesora y decana del Centro de Teología y Ciencias Humanas de la Pontificia Universidad Católica de Río. Es autora de Deus amor: graça que habita em nós (Editorial Paulinas), entre otros libros. (www.users.rdc.puc-rio.br/agape)
La Asamblea invitó, en aquella oportunidad, a los gobiernos de las sociedades en conflictos, organizaciones internacionales y no gubernamentales, a que apoyaran los procesos de reconciliación en tales regiones en problemas. Además de eso, los invitó a implementar programas culturales, educativos y sociales adecuados para promover el concepto de reconciliación, incluyendo la realización de conferencias y seminarios teóricos y de reflexión, así como la divulgación y diseminación de información sobre este asunto.
Sería cómico... si no fuera triste y muy, pero muy serio, si constatamos que el Año Internacional de la Reconciliación empieza con los gravísimos acontecimientos de la Franja de Gaza, donde una vez más israelitas y palestinos se enfrentan con armas letales y el número de muertos sube a diario. El lugar se caracteriza por peleas y contiendas entre los dos pueblos semitas que ahora se enfrentan, en luchas sin precedentes en términos de violencia y letalidad.
Gaza es la mayor y principal ciudad de la Franja de Gaza, denominada a veces como Ciudad de Gaza, para distinguirla de la propia Franja, con una población de 409.680 habitantes, según el censo de 2006. Anteriormente, era gobernada por autoridades palestinas, después que Israel cedió el control sobre toda la Franja, cumpliendo lo establecido en los acuerdos de Oslo, de 1993. Sin embargo, el 2007 la organización nacionalista Hamas tomó el poder por medio de un golpe de Estado.
Desde entonces, las relaciones con Israel empezaron a ponerse cada vez más tensas, explotando con pequeñas escaramuzas, y culminando en este gran enfrentamiento que marcó el final de 2008 y el comienzo de 2009 con una mancha sombría y triste: la de la violencia sin cuartel. El actual conflicto hace de Gaza el lugar más acosado, sitiado y estrangulado del mundo. Allí, mientras Israel vive el siglo XXI, con carreteras asfaltadas, modernas industrias e instituciones de alto contenido educativo, en Gaza más de un millón de personas carecen de agua potable, electricidad y alimentos, además de que sufren cada noche del azote de misiles, tanques y de la artillería pesada de Israel.
Cuando un israelita quiere insultar a otro y mandarlo hacia "aquel lugar", designado así de forma educada para no pronunciarlo claramente, él dice: ¡Ándate a Gaza! En el vocabulario israelita, el nombre Gaza se convirtió en sinónimo de infierno, lugar inhabitable, imposible de habitar.
2009... Año Internacional de la Reconciliación, que ya amanece en esta aurora de año nuevo desafiada. Desafiada a lograr la aparentemente imposible reconciliación en un lugar donde la muerte ha sido detonada con la violencia de los misiles que caen y de donde promete no salir muy luego.
Al proclamar el 2009 como el Año internacional de la Reconciliación por situarse al final de la primera década del nuevo milenio, la UNESCO creyó haber proporcionado a la comunidad internacional la oportunidad de impulsar, con la activa participación de todos los interesados, los esfuerzos para abordar procesos de reconciliación que constituyen una necesidad más que imperiosa. Y comenzar por los lugares que más lo necesiten.
Hoy no hay lugar más necesitado que Gaza. Allí deben concentrarse los esfuerzos de toda la humanidad. Es hacia allá que se deben dirigir los esfuerzos diplomáticos de las grandes potencias y los pronunciamientos de los mandatarios que pueden hacer la diferencia. Las autoridades europeas ya se pronunciaron y el mundo aguarda en suspenso alguna declaración de Obama.
El proceso de reconciliación debe empezar, aunque con pasos trémulos y tímidos. Es la humanidad la que aguarda y la que tiene su futuro en juego.
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Maria Clara Lucchetti Bingemer, teóloga, profesora y decana del Centro de Teología y Ciencias Humanas de la Pontificia Universidad Católica de Río. Es autora de Deus amor: graça que habita em nós (Editorial Paulinas), entre otros libros. (www.users.rdc.puc-rio.br/agape)
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